Tuesday, November 23, 2010
Los guiones que estoy escribiendo siempre tienen como personajes principales a una pareja. Más bien, a un hombre y una mujer que están por ser pareja, que están por dejar de serlo, que no lo son de hace tiempo o que ninguna de las dos cosas pero que se nota que hay algo entre ellos. En estas historias siempre existen batallas, demandas, conquistas y pérdidas. Lo que por lo general llamamos histeriqueo. Algo que pone a mi profe de la nuca. Histeriqueo no, seducción. Es que nuestra generación perdió el término "seducción". Palabra linda, además. Llamamos histeriqueo a toda intencionalidad sexual, cuando muchas veces es un real interés de seducir. Habría que preguntarles a piscólogos, lingüistas o sociólogos por qué mierda dejamos de "seducir" para sólo "histeriquear". Decía, seducción, linda palabra, viene del verbo latino seducere, que quiere decir algo así como guiar hacia afuera, alejar. Me gusta entender la seducción como el alter ego de la conducción, donde la conducción sería el guiar hacia donde él/ella quiere ir y la seducción, alejar de donde él/ella quiere ir para llevarlo/la a donde ni siquiera sabía que quería ir.
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