El clamor popular me exige que vuelva a la senda del Blog. Y no puedo desoír tanto griterío. De modo que aquí estamos otra vez. Con las mismas boludeces de siempre.
Toda esta semana estuve charlando acerca de nuestra educación, de cómo en la escuela, en el colegio y en la facultad (para aquellos que llegaron hasta esa instancia) no nos enseñan lo realmente importante. Todo lo contrario, diría. Utilizan el método de señalar los errores, de castigar las equivocaciones, que no es otra cosa que arrear a las vacas por la senda ya trazada.
Euge me contaba que en un grupo taller de arte donde hay nenes de preescolar y primer grado uno puedo saber al toque quién ya está transitando la primaria. Los nenes de jardín juegan, participan, proponen, inventan; los de primer grado se quedan callados esperando que les digan cada cosa que tienen que hacer. En un año ya aprendieron que equivocarse está mal.
Pero mierda. Equivocarse está bien. Enseñen a equivocarse, a buscar caminos, a probar y volver a intentarlo. No enseñen a tener miedo, hijoputas.
También hablamos de las faltas de ortografía. Ahora explico cómo está relacionado. Pasa que las faltas de ortografía se originan en una falla ortográfica, en un sistema que perdió algo de su lógica. Tal vez la tuvo cuando las letras se correspondían con los sonidos pero en el castellano rioplatense, sepaló usté, señor RAE, no tiene sentido tener “c”, “s” y “z”. Salvo, quizá, por una cuestión etimológica.
No tengo nada contra la ortografía. Mi problema comienza cuando las personas juzgan a otras personas por sus supuestas faltas ortográficas. Si partimos del punto en que la ortografía no tiene correlación con el habla, ¿cómo es posible juzgar a alguien por ella? Y ahí está la cuestión. Tengo la sensación de que la ortografía, como otros mecanismos de enseñanza, no son otra cosa que un ejercicio de poder. El poder de decir yo sé esto y vos no, de señalar “te equivocaste”.
Intenenlón, equivoquensén.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
Mata, no vuelvas a dejar por mucho tiempo más otra vez el blog. Soy parte del clamor popular que necesita a diario leerlo.
Sol
que copado, eu siempre pienso que a veces muchos errores de ortografía tienen lógica en el sentido que se correlacionan en la maneera en que hablamos, y muchas veces me equiboko sin kerer keriendo, me encanta sentarel culo, jaja
Post a Comment