Sentado en el rincón preferido de mi casa (a la mesa del comedor, frente a la ventana), veo un momento hermoso. No logro fotografiarlo (ni siquiera lo intento, merezco la derrota). Las luces están apagadas, la ventana abierta pero las celosías cerradas (atadas con una bolsa de plástico, para que no golpeen con el viento). La luz rayada en blanco y negro apenas ilumina la mesa: mate, termo, taza amarilla y blanca. De la calle llega el sonido de siesta, de domingo a las tres de la tarde. La bolsa de plástico se mueve en un intento de libertad y provoca una ligera sombra de pájaro.
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A la hora de la siesta,
sombra de plástico.
Anhelo de pájaro.
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A la hora de la siesta,
sombra de plástico.
Anhelo de pájaro.
2 comments:
Me encantó esta imagen!
cómo venís Mata! puesía pura.
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