Una vez vi a un ángel. Son fáciles de reconocer. Por ejemplo, cuando se acercan a preguntarte la hora o una dirección, no es que vengan volando, ni siquiera llevan alas. Uno los reconoce en el propio cuerpo. Primero, las palabras que querés decir jamás salen de tu boca y ni hablar de los movimientos. Creo que los ángeles deben llevar una vida algo frustrante.
Ángel: - ¿Disculpame, no sabés qué me lleva de acá a Flores?
Uno: - Abladba...db...ñaentr...
Ángel: - ¿Cómo?
Uno: - dbba..traey..uuuuu...iiiii....aaaaa...
Entonces el pobre ángel se va siempre algo desorientado por la estupidez del pobre mortal. Pero la puebra irrefutable de que encontraste con un ángel es que cuando se van medio puteando los pies de uno ni siquiera tocan el piso y el primer paso de vuelta al mundo es como bajar de un escalón.
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1 comment:
Malditos ángeles, si me habré cruzado con ellos... pero claro, que les iba yo a decir
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