Monday, September 28, 2009
Este fin de semana vi Odisea 2001 de Kubricky flashié. Ni siquiera entra en la simplificación de me gustó o no. Flashié. Y lo que debe haber sido verla por aquellos años, ni pudo imaginármelo. Esas secuencias largas y lentas, el viaje lisérgico del final, el monolito ése, la música. Todo dispuesto para que te vuele la peluca. Tantas veces la había visto por partes y no me había pasado nada. Pero este fin de semana algo quedó resonando en mi nuca y no creo que se apague por mucho, mucho tiempo.
También vi El hombre sin pasado de Kurismäki. Película finalndesa que había visto hacía tiempo en el cine pero que me encantó volver a verla. Trata de un tipo que se baja de un tren, se sienta en un banco de plaza y le dan un palazo en la cabeza. A partir de ahí pierde la memoria y empieza una nueva vida. Una vida simple que lo lleva a conocer personajes encantadores. En un momento algo de su pasado vuelve a él y esa nueva vida que se supo forjar se ve amenazada.
Lo que más me gustó, claro, es la historia. Es simple y cala profundo. Deja que la naturaleza de los personajes lleven las acciones. Y son siempre acciones llenas de comprensión y ternura. Hace que tratar a las personas como personas parezca algo muy fácil. Mientras estos personajes interactúan como pueden, se ve cómo todo el sistema de alrededor está corrupto. La fotografía es muy linda, con esa luz de países nórdicos que cae blanca y nunca vertical. Algunas escenas parecen extraídas sin más de una obra de teatro. En fin, todo muy bello.
También vi El hombre sin pasado de Kurismäki. Película finalndesa que había visto hacía tiempo en el cine pero que me encantó volver a verla. Trata de un tipo que se baja de un tren, se sienta en un banco de plaza y le dan un palazo en la cabeza. A partir de ahí pierde la memoria y empieza una nueva vida. Una vida simple que lo lleva a conocer personajes encantadores. En un momento algo de su pasado vuelve a él y esa nueva vida que se supo forjar se ve amenazada.
Lo que más me gustó, claro, es la historia. Es simple y cala profundo. Deja que la naturaleza de los personajes lleven las acciones. Y son siempre acciones llenas de comprensión y ternura. Hace que tratar a las personas como personas parezca algo muy fácil. Mientras estos personajes interactúan como pueden, se ve cómo todo el sistema de alrededor está corrupto. La fotografía es muy linda, con esa luz de países nórdicos que cae blanca y nunca vertical. Algunas escenas parecen extraídas sin más de una obra de teatro. En fin, todo muy bello.
Friday, September 25, 2009
A ver, para un concurso me gustaría preparar una carpeta de no más de 12 fotos: 7 titulares y 5 suplentes. Arranqué de una carpeta con 759 fotos y pasó esto:
De 759 fotos, logré que quedaran 331.
De 331 lme quedaron 211.
De 211 pasamos a 143.
De 143 a 73.
Ahora tengo 54 y debería llegar a la mitad pero ta difícil.
¿Alguien recuerda una foto que tenga que sí o sí estar?
De 759 fotos, logré que quedaran 331.
De 331 lme quedaron 211.
De 211 pasamos a 143.
De 143 a 73.
Ahora tengo 54 y debería llegar a la mitad pero ta difícil.
¿Alguien recuerda una foto que tenga que sí o sí estar?
Tuesday, September 22, 2009
Buenos Aires + Lluvia + Tango = ERROR
Desencuentro de A. Troilo y C. Castillo, interpretado por Goyeneche:
Estás desorientado y no sabés
qué "trole" hay que tomar para seguir.
Y en este desencuentro con la fe
querés cruzar el mar y no podés.
La araña que salvaste te picó
-¡qué vas a hacer!-
y el hombre que ayudaste te hizo mal
-¡dale nomás!-
Y todo el carnaval
gritando pisoteó
la mano fraternal
que Dios te dio.
¡Qué desencuentro!
¡Si hasta Dios está lejano!
Llorás por dentro,
todo es cuento, todo es vil.
En el corso a contramano
un grupí trampeó a Jesús...
No te fíes ni de tu hermano,
se te cuelgan de la cruz...
Quisiste con ternura, y el amor
te devoró de atrás hasta el riñón.
Se rieron de tu abrazo y ahí nomás
te hundieron con rencor todo el arpón
Amargo desencuentro, porque ves
que es al revés...
Creiste en la honradez
y en la moral...
¡qué estupidez!
Por eso en tu total
fracaso de vivir,
ni el tiro del final
te va a salir.
Monday, September 21, 2009
Saturday, September 19, 2009
Acerca de la dialéctica femenina
(y de nuestro pobre entendimiento).
(y de nuestro pobre entendimiento).
Llegado un punto,
los hombres nos accidentamos
contra este dilema:
- Me gusta esa chica pero no sé si acercarme.
- Ella quiere que lo intentes.
- ¿Cómo sabés si no la conocés?
- Porque es mujer. Y las mujeres siempre quieren que lo intentes.
- ¿Y si no le gusto? ¿Para qué?
- No sé para qué. Pero ellas quieren que lo intentes, aún cuando en realidad no quieran, siempre esperan que lo intentes.
Friday, September 18, 2009
Thursday, September 17, 2009
El otro día vi Strozsek de Herzog. Una película que lleva con tanta suavidad a una tristeza profunda. Trata de un ex convicto que con su chica y un amigo emigran a yanquilandia. La relación que une a los personajes es de puro cariño. Pensándolo ahora, creo que es lo más lindo que tiene la película. Los personajes, después de una vida chota en alemania, llegan con todas las esperanzas a tierras nuevas. Pero la realidad los va lijando de a poco y se dan cuenta de que al final, en yanquilandia es más de lo mismo. Herzog te guía hacia el final con tanta delicadeza que tarde uno se da cuenta de que necesita un vaso de whisky o un abrazo.
Entrando en la desesperanza, Strozsek, el protagonista, dice:
"Me miro por dentro y veo que me están cerrando todas las puertas. Pero, oh, tan gentilmente."
Tuesday, September 15, 2009
Monday, September 14, 2009
Continuación de la buhardilla:
Hacía rato que estaba sentado en el tejado; detrás de tanto edificio, la torre Eiffel, si no podés verla no estás en París. Sostenía una copa vacía pero en la botella ya no quedaba nada. El atardecer se perdía del otro lado; mejor no hacerle caso al día perdido. Santos me miraba y de vez en cuando trazaba una línea negra con su pincel. Hacía semanas que trabajaba en el mismo cuadro, capas de negro sobre capas de negro. No sé por qué me necesitaba en el tejado pero el vino que compraba era español y no pensaba perder semejante oportunidad. Además, la sensación de vértigo siempre me atrajo. Soñaba que un día iba a morir así, o de cualquier otra forma, y que iban a encontrar mi caja llena de poemas. Tanto arte perdido. Pero por suerte encontramos esta caja. Sí, por suerte el mundo va a poder vivir toda esta belleza. Nora iba a leer en un diario de Buenos Aires, acerca del poeta perdido dos veces: cuando Buenos Aires lo expulsó y cuando cayó de un tejado en pos de la pintura perfecta. Porque siempre fui generoso, Santos también iba a conocer la fama. Ya nadie le creía que la fama no le importara. Nora, pobre Nora. Toda esa culpa iba aplastarla. Tenía que escribir un poema para que supiera que la había perdonado hacía rato. Pero no dejarlo en la caja, guardarlo en algún bolsillo para que fuera descubierto más tarde. Che, dijo Santos, le encantaba decir “che”, son las siete.
Hacía rato que estaba sentado en el tejado; detrás de tanto edificio, la torre Eiffel, si no podés verla no estás en París. Sostenía una copa vacía pero en la botella ya no quedaba nada. El atardecer se perdía del otro lado; mejor no hacerle caso al día perdido. Santos me miraba y de vez en cuando trazaba una línea negra con su pincel. Hacía semanas que trabajaba en el mismo cuadro, capas de negro sobre capas de negro. No sé por qué me necesitaba en el tejado pero el vino que compraba era español y no pensaba perder semejante oportunidad. Además, la sensación de vértigo siempre me atrajo. Soñaba que un día iba a morir así, o de cualquier otra forma, y que iban a encontrar mi caja llena de poemas. Tanto arte perdido. Pero por suerte encontramos esta caja. Sí, por suerte el mundo va a poder vivir toda esta belleza. Nora iba a leer en un diario de Buenos Aires, acerca del poeta perdido dos veces: cuando Buenos Aires lo expulsó y cuando cayó de un tejado en pos de la pintura perfecta. Porque siempre fui generoso, Santos también iba a conocer la fama. Ya nadie le creía que la fama no le importara. Nora, pobre Nora. Toda esa culpa iba aplastarla. Tenía que escribir un poema para que supiera que la había perdonado hacía rato. Pero no dejarlo en la caja, guardarlo en algún bolsillo para que fuera descubierto más tarde. Che, dijo Santos, le encantaba decir “che”, son las siete.
Pordió, cómo escribían estos tipos.
Afiches de Stampone (música) y el poeta Expósito (letra), interpretado por Larralde:
Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...
Y apareces tú
vendiendo el último jirón de juventud,
cargándome otra vez la cruz.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!
¡Dan ganas de balearse en un rincón!
Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel
y hace con él la primavera...
¿Pero qué?
si están tus cosas pero tú no estás,
porque eres algo para todos,
como un desnudo de vidriera...
¡Luché a tu lado, para ti,
por Dios, y te perdí!
Yo te di un hogar...
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti...
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar...
-¡fue culpa del amor!-
¡Dan ganas de balearse en un rincón!
Afiches de Stampone (música) y el poeta Expósito (letra), interpretado por Larralde:
Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel,
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión,
se rifa el corazón...
Y apareces tú
vendiendo el último jirón de juventud,
cargándome otra vez la cruz.
¡Cruel en el cartel, te ríes, corazón!
¡Dan ganas de balearse en un rincón!
Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera...
Ya moja el aire su pincel
y hace con él la primavera...
¿Pero qué?
si están tus cosas pero tú no estás,
porque eres algo para todos,
como un desnudo de vidriera...
¡Luché a tu lado, para ti,
por Dios, y te perdí!
Yo te di un hogar...
¡Siempre fui pobre, pero yo te di un hogar!
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti...
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar...
-¡fue culpa del amor!-
¡Dan ganas de balearse en un rincón!
Sunday, September 13, 2009
Saturday, September 12, 2009
Thursday, September 10, 2009
En nuestra buhardilla había doce cuartos, de los cuales tres eran habitables. Los otros nueve tenían los techos tan bajos y las vigas colocadas de forma tan inoportuna que sólo los sudamericanos podímaos vivir ahí. Y de vez en cuando algún chino. Para ser justos, tengo que decir que en todos los cuartos la luz era maravillosa, como seguramente debe serlo dentro de un horno con el fuego al máximo o en una heladera en la que el foquito no se apaga aunque cierres la puerta. En uno de esos tres cuartos vivía el francés, que no era francés ni nada pero sí el único que se le daba hablar con los parisinos. En el segundo no vivía nadie. Muchas veces habíamos querido forzar la puerta, hasta tratamos de quemarla, con la consecuente concurrencia de los bomberos. En el tercero, trabajaba Santos, pintor irreverente, perdón, cualquier otro adjetivo sería injusto, quien de vez en cuando, a cambio de dos botellas de vino, me dejaba dormir en su cama. Él no dormía, al menos no en la buhardilla. No sé por qué me tenía aprecio, nuestras conversaciones se limitaban a las que pueden tener los borrachos cuando no encuentran el sacacorchos. De los otros cuartos, sólo tres éramos habitantes permanentes. Franco, Juliana y yo. Nadie sabía qué hacía Franco, de dónde sacaba esos billetes que de tan nuevitos parecían falsos. Se la pasaba todo el día dando vueltas, sin ninguna actividad concreta más que caminar, subir y bajar escalones, comer y de vez en cuando cantar. Cantaba muy bien, a decir verdad. Juliana, la princesa del 36, como le decíamos, aseguraba tener hijo y marido en algún país. Siempre que alguno trataba de pasar a su cuarto nos empujaba con la misma frase: Salga usted de aquí, que soy casada y madre. Yo pasaba mis días refugiado del sol tratando de dormir y por las noches bajaba a cuidar la playa de estacionamiento. Me pagaban por mi soledad.
Tuesday, September 08, 2009
Acabo de ver Paris, Texas de Wim Wenders y todo ese sentimiento todavía me corre por la piel. Uno no sabe bien cómo ni por qué, pero esa película te naufraga. Por la sensación que te deja, me hizo acordar a Carver y sus cuentos. Siento ese llamado, como una trompeta que te impulsa a una cacería, a una búsqueda sin saber qué mierda estás buscando. No sé, la verdad no me pareció ni genial, ni hermosa, ni brillante, ni ningún adjetivo; sólo sé que me mostró algo y eso cuenta por todos los adjetivos que puedan existir.
Les iba a contar de qué se trata pero no tiene sentido.
Se sentó en el segundo escalón, a centímetros de la playa. El viento tiró de su pelo pero ella no movió los brazos; cada mano sobre el hombro opuesto. La semana anterior el viento le había arrancado su chal preferido y hacía diez días, en un momento de distracción, el pañuelo que usaba para atarse el pelo había decidido perderse en el horizonte. Sobre la playa, la arena se arrastraba como un animal, como el fantasma de un animal condenado a la imposibilidad de tocar siquiera las olas. Abrió su diario, la única compañía que le quedaba. Las páginas aletearon pero todavía no era tiempo. Ella volvió cada día, con la esperanza de que el viento le enseñara a volar.
Ayer vi Papá y mamá (Wo de fun qin mu qin), también traducida como The road home, de Zhang Yimou. Me gustó porque hacen trampa, lo filmaron de tal forma que es difícil que no te guste. Está narrada por un hijo que va al funeral de su padre en un pueblo perdido en china. Desde ese punto cuenta la historia de sus padres, de la madre en particular, de cómo se conocieron, se enamoraron y así. La historia es muy simple y predecible, tanto que no llega a calar. El drama queda flotando pero uno no llega a sentirlo del todo. Bueh, no sé. Tal vez fue una noche más escéptica de lo acostubrado. Lo que lleva la película es una fotografía hermosa, que de tan bella dan ganas de mandarlos a la mierda. Es que la belleza cansa. Una vez me dijeron de mis fotos: "Sí, son muy lindas, pero ya es tiempo de que rompas con la belleza." También ayuda que Zhang Ziyi sea la protagonista. Por dios, qué linda es.
En fin, está bien para verla un día de lluvia.
Monday, September 07, 2009
Ayer vi Sorgo rojo (Hang gao Liang) de Yimou Zhang. Una película deliciosa, que se puede bajar del blog que linkié el otro día. Se divide en dos partes, la primera trata de una chica que se tiene que casar con un comerciante de vino por un arreglo (una mula negra) que hizo con su padre. Cuando está viajando hacia su futuro esposo, uno de los cargadores se enamora de ella. La segunda trata de el mismo pueblo invadido por los japoneses. Toda la película ronda alrededor del vino de sorgo, de color rojo intenso. Así que la fotografía, bellísima, se nutre de eso. Voy a contar una parte de la peli, así que ya saben.
La primera vez que cogen los protagonistas, es en el campo de sorgo, que es como un cereal alto. El tipo pisa las plantas que son como juncos para crear un lecho ahí mismo, mientras la cámara pasa por planos de esos juncos que se mecen con el viento. Hermoso.
Saturday, September 05, 2009
Ayer a la noche vi Walkabout de Nicolas Roeg. Una película hermosa. Es australiana y de los principios de los setenta. Trata de dos hermanos, una adolescente y un chico, que se pierden en el desierto australiano y van vagando por ahí hasta que los encuentra un nativo que los guía y les enseña a sobrevivir.
Por favor, vean esta pelicula. La fotografía es increíble, cierto es que los paisajes hacen gran parte del trabajo; las acutuaciones son muy buenas, sin contar que son dos adolescentes y un nene los que actúan; la historia es simple y de una potencia devastadora pero lo que se nota es el cariño que todos le tenían. Se nota desde todos los aspectos que la gente involucrada le tenía cariño a todo lo que se estaba contando. Por eso transmite cierta inocencia. Pero no la inocencia del no saber sino del saber demasiado, a la que se llega después de haber recorrido mucho. Voy a hacer una crítica, porque soy un impertinente y por ganas de molestar: algunas escenas que comparan la vida de ciudad con la del desierto estropean la poesía que se venía contando. Cierto es que tener presente el contraste suma a la cuestión pero a veces lo hacen con torpeza.
La escena que inicia el viaje es zarpada, a lo Visitor Q. Y también como la peli de Miike, la escena que lo termina es de una belleza que dan ganas de llorar.
Eso, estoy escribiendo esto y dan ganas de llorar.
Por favor, vean esta pelicula. La fotografía es increíble, cierto es que los paisajes hacen gran parte del trabajo; las acutuaciones son muy buenas, sin contar que son dos adolescentes y un nene los que actúan; la historia es simple y de una potencia devastadora pero lo que se nota es el cariño que todos le tenían. Se nota desde todos los aspectos que la gente involucrada le tenía cariño a todo lo que se estaba contando. Por eso transmite cierta inocencia. Pero no la inocencia del no saber sino del saber demasiado, a la que se llega después de haber recorrido mucho. Voy a hacer una crítica, porque soy un impertinente y por ganas de molestar: algunas escenas que comparan la vida de ciudad con la del desierto estropean la poesía que se venía contando. Cierto es que tener presente el contraste suma a la cuestión pero a veces lo hacen con torpeza.
La escena que inicia el viaje es zarpada, a lo Visitor Q. Y también como la peli de Miike, la escena que lo termina es de una belleza que dan ganas de llorar.
Eso, estoy escribiendo esto y dan ganas de llorar.
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