Wednesday, April 30, 2008
A esta altura, ya nos entendemos mejor con el muchacho. Veo que es talentoso además de, como dijo Ausencia, lindo. Eso que antes sentía como abuso de la prosa, ahora lo comprendo como una larga degustación. Al tipo le gustan las palabras (por lo que se ve, las suyas más que ninguna) y las mantiene en la boca como un vino de cien pesos, o de cien euros, más bien. Convierte la narración en un fluir constante, en una música llena de violines y clarinetes. Y todo bien con la música y los clarinetes pero a veces me embola. No todo lo que se dice merece ochenta analogías y comparaciones. A veces con decirlo en una oración es suficiente y también la mejor elección que se puede hacer. Cierto es que yo suelo excederme en la síntesis, pero este tipo se excede para el otro lado.
Aún así, me gusta. Los personajes me gustan. Me gusta el cliché del amor. Supongo que todos nos sentimos identificados con la historia de corazones rotos.
Mientras leo (todavía ni llegué a la mitad) no puedo dejar de recordar a mi Sofía y al Rímini que yo era.
Tuesday, April 29, 2008
Primero. Los dos improvisando:
Segundo. Nhop y Toots Thielmans (mi armoniquista preferido):
Tercero. La joyita. Tania María con su banda que suenan de la reputamdre:
Monday, April 28, 2008
De todas formas, me gusta la relación del protagonista con su mujer. En algunos pasajes me hace acordar a Cortázar, pero esa sensación se disipa pronto.
Ya les contaré cómo sigue mi relación con el hermano mayor de los Pauls.
¿Qué onda esa familia?
Friday, April 25, 2008
Es un libro de poemas. Por lo general no leo poesía porque no la entiendo, no logro disfrutarla. Pero este libro está muy bien. Es probable que sea más accesible, para lectores burros como uno. En fin, es otra buena fuente de plagio este Tomi Kontio.
Les dejo un fragmento:
“ Me convertí en niño de vuelta,
dejé caer mi ceguera como pañuelo por la ventana
y vi que no cae,
que el universo no se expande,
que entre las estrellas no hay distancia,
que los vivos no están más cerca que los muertos,
que la tierra no es redonda,
y que todo está
en un solo punto: donde el carbón se convierte
en diamante, el sufrimiento en palabra.”
PD: si alguien sabe cómo llegó este libro a mis manos, por favor avise. Y no se ofendan si me lo regalaron o prestaron y yo lo olvidé. Antes de putearme, recuerden que los quiero. (Sospecho de Martín H)
Lo que sí me dio la impresión de que en las películas anteriores a Primavera, Verano, etc., el tipo hacía historias más pulenta. Que las fue diluyendo para que fueran más vendibles. Porque Bad Guy, que es anterior, tiene una historia super potente, con personajes que tienen una relación amor odio bien visveral. En cambio, Hierro 3, que es posterior, tiene una historia de amor nada más, no tanta víscera. Es más bonita que potente.
En todas las películas que vi de Kim ki Duk, alguno de los protgonistas no habla nunca o casi nunca. Si hablan, gritan algo sin mucho sentido en las palabras, sino más bien en el grito mismo. También vi eso en películas japonesas. Sí, lo sé, por aquellos pagos tienen otros códigos.
Wednesday, April 23, 2008
Recomendación: dejen varios minutos para que cargue, así no se traba.
Tenía que racionar los recuerdos. Al principio me permitía una noche por semana revivir aquellos días en la playa. Después, cuando supe que así no duraría mucho, pasé a recordar viajes en autos y micros. Ahora, una vez por mes, volvía a formar el olor que regalaba a la casa después de bañarse o su mirada cuando rompió mi copa preferida.
La luz del televisor pintaba de colores pálidos la piel de mi brazo. De la ventana: pasos de mujer, un chasquido y el olor a cigarrillo recién encendido. Sonreí. Tal vez podía aprovechar también aquellas cosas. Con entusiasmo comencé a recordar el contorno difuso de su sombra, que escapaba por la puerta abierta del baño y pintaba los tablones del piso de madera. Seis tablones, en el tercero un nudo con forma de caracol.
¿Qué me gustó? Los diálogos entre padre e hijo van bien, la historia fluye, el argumento presenta unas cuestiones del lenguaje y la humanidad que están muy bien.
Monday, April 21, 2008
Los que no la vieron no lean más. No se tienten, que vale la pena verla.
En serio, NO LEAN.
Alejo el texto para ayudarlos.
Dos, no sé si entendí el final. La chica muere. El tipo la mató, ¿no?
Saturday, April 19, 2008
Thursday, April 17, 2008
Ahora, habría que encontrarle un nombre con más onda.
Hoy en el taller de fotografía alguien preguntó ¿para qué? ¿Qué sentido tenía sacar una foto y colgarla para que los demás la vean? ¿Qué sentido el arte en general? Y era una pregunta sincera, una pregunta de alguien que ya había colgado sus fotos, por así decirlo. La respuesta me salió instantánea: para sentirse menos solo. El arte se trata de compartir, pero no tiene nada de generoso. Es un compartir egoísta, un intento de alejar al menos por un instante la certeza de soledad.
Wednesday, April 16, 2008
Les dejo Ella y su gato (Kanojo to Kanojo no Neko) de Makoto. En este corto tal vez no se nota lo que quise decir pero de todas formas está muy bien. Además de escribir y producir la historia, hacer los dibujos, animarlos, Makoto también es la voz del narrador.
Tuesday, April 15, 2008
PD: hoy me di cuenta de que está bueno ponerle un poco de mermelada de frutilla al mate.
Monday, April 14, 2008
Pablo salió a buscar a su gato, Chato, que tardaba más de lo acostumbrado. Cruzó la avenida para saber si estaba chismeando con su amigo Raúl, gato negro del vidriero que nunca fue vidriero, o si lo estaban malcriando en la panadería. Pero no, no lo habían visto desde la mañana. Pablo caminó por las veredas que aún retenían algo de sol, porque sabía que el chato nunca camina por la sombra. Al dar vuelta en una esquina y gritar su nombre, surgió de un rincón soleado, un rincón muy chatense, un Chato igual a su gato pero perro. El pelaje pardo casi pelirrojo, con las mismas rayas que parecían las que forman el viento en una pradera de película, las manchas blancas en tres de sus patas, la panza prominente y una cola tan larga como su cuerpo. Todo lo mismo. El Chato había elegido ser perro. Pablo se lo quedó mirando, en un intento de convencerse de que no, que ése no era su gato. Ni su perro. Pero el animal parecía conocerlo. Incluso se refregaba contra su pierna en un gesto poco canino. ¿Sos vos Chato? Aquellos ojos pardos, esperanzados, pedían que Pablo no lo rechazara por un simple detalle morfológico. Se querían, ¿qué importaba que ahora fuera un perro? Pablo estaba seguro de que si él decidiera ser mujer, el amor de Chato no se desgastaría ni un poco. Vamos, Chato, está bien si sos más feliz como Perro. Chato levantó sus orejas, una con la misma mancha negra de siempre, y salió corriendo hacia una mujer. A esa distancia y con el sol en contra era imposible de saber, pero Pablo si la imaginó igual a él. Tal vez sin barba. Al regresar a casa, un gato igual a Chato esperaba en la puerta para que lo dejaran pasar.
Hoy vienen a arreglar mi heladera y tengo que pagar 220 pesos para que le pongan un parche. Es una de esas heladeritas gnomos que tienen una sola puerta y el congelador ocupa una pequeña porción en la parte de arriba.
El otro día, en un ataque de voluntad extremo, decidí que el bloque de hielo que se había formado en el congelador ya no podía convivir con nosotros. Principalmente, porque en la poca luz que quedaba entre las paredes de escarcha no entraba ni una cerveza. Así que desconectamos la heladera, abrimos la puerta y dejamos que el hielo cediera ante nuestra paciencia. Pero pasaron 5 horas y todavía no entraba una botella. Entonces tuve que recurrir a mi inteligencia y sabiduría. Agarré uno de esos limpiadores con spray que estaba casi vacío y lo llené de agua caliente. Probé unos segundos y parecía funcionar. Me acerqué una silla y tomé posición frente a mi enemigo. De a poco, con la paciencia oriental que caracteriza a todo uruguayo, fui ganando terreno. Llené tres veces el contenedor con agua caliente. El dedo empezó a cansarse y Tilsa decía que se me iba a acalambrar. Pásame un cuchillo, (ella habla de pásame porque es peruana). Comenzó a golpear el hielo con la punta del cuchillo mientras trozos blancos caían al piso. Con el entusiasmo que caracteriza a toda persona que usa vincha, le pasé el martillo de madera para carne. Con cada cincelazo, el hielo se partía en pedazos más chicos. Quise también divertirme, así que Tilsa me pasó las herramientas. Estuve tallando menos de un minuto cuando ella preguntó: ¿Estás seguro que eso es sólo hielo? Después del siguiente golpe, de la punta del cuchillo surgió un gas blanco que me pegó frío y líquido en la frente. Había pinchado el tubo del congelador
Me escondí en el baño para limpiarme mientras no podía dejar de sentirme, pensarme y decirme: Qué sonso. Así que hice lo posible para quedarme dormido pronto y que hoy sea otro día. Cuando llamé a Horacio, el service de heladeras, quise tratar de esconder la causa de la falla.
-¿Y qué tiene la heladera?
-Se pinchó un tubito.
-¿Del congelador?
-Sí, del congelador.
-¿Lo pinchaste con un cuchillo?
- …
- …
- Sí.
(Me imaginé su labio de abajo mordido por los dientes de arriba mientras de lado a lado su cabeza formaba un gesto reprobatorio)
Así es. Soy un sonso. Pero como soy un sonso generoso, después de pensar que de esto no se iba a enterar nadie porque le iba a cortar la lengua a Tilsa, decidí permitir que todos se caguen de risa de mi desgracia.
Que les aproveche.
Sunday, April 13, 2008
Después nos fuimos a la pizzería, claro. Tomamos infinidad de cervezas, miramos los simpsons y hablamos boludeces hasta estar los suficientemente borrachos como para abrir la grappa. Como para que yo aceptara abrir la grappa italiana que mi amigo leo me había regalado especialmente para mi cumpleaños. Sí, tanto así habíamos tomado. En fin, servimos un vaso que fue rotando y calentando los corazones en una noche fresca de otoño. Los datos de fiestas eran escasos y algunos morían antes de saber la dirección precisa. Además, como nos sucede siempre, era muy difícil despegar el culo de ese lugar, tan cómodo y con heladeras tan llenas. Tal vez, haber abierto la grappa fue una buena idea, porque cuando se terminó todos entendimos que era hora de partir. Como un buen equipo, nos separamos para así cubrir todas las puntas. Algunos a una fiesta de gente del Iuna, otros a la Fiesta Clandestina, dos a una fiesta en palermo cheto y, claro, los infalibles al boliche brasilero. En mi defensa voy a decir que fui a la fiesta del Iuna.
No hay mucho para decir de la fiesta. El lugar estaba bueno, la música no, algunas chicas lindas, demasiados tipos y la gente quería ponerle onda pero, aunque ayudé con mi baile, nunca llegó a despegar. Lo bueno de algo tan mediocre es que decidí entonces robarle algunas fotos a la situación. Y salieron buenas.
Friday, April 11, 2008
Llegamos antes de que empezaran a tocar. Saludé a mis amigos de Kaos con mucho cariño. Hacía un año que no nos veíamos. En este bar tan cheto de San Telmo no servían jarras de cerveza, sólo medidas individuales que nos llevaron a elegir otra botella de vino. Esta vez, López de 28 pesos. Kaos empezó a sonar con buenos recuerdos de mi amigo Guille. Al tercer tema Tilsa me sacó a bailar. Bailamos mucho. Pero al rato tuve que sentarme a tomar vino. Quise disfrutar un par de temas con mi vaso en la mano pero una chica insistió en sacarme a bailar. Bailé un rato con ella y me volví a sentar. La chica, otra vez muy insistente, me tiró del brazo para sacarme de la silla. Esta vez no me moví. Ni las otras cuatro o cinco veces que quiso bailar conmigo. De todas formas, ella bailó con todos los tipos del lugar.
En algún momento, gracias a todo el carisma peruano de mi amiga Tilsa, un belga le invitó otra botella de vino que terminamos tomando nosotros. Así que para el momento en que Tilsa subió al escenario, nosotros necesitábamos varios intentos antes de lograr aferrar los vasos. Tilsa estuvo increíble, mi amigo Fabri, guitarrista de la banda, me miraba como diciéndome "wow, de dónde salió esta mujer". Lleno de orgullo, le dvolvía la mirada que decía: "viste?, te dije que cantaba bien".
La banda terminó de tocar. Cuando salía del bar, la chica que había bailado con todo el mundo me interceptó en el pasillo. Así como le había pasado a la mitad de los tipos en el bar, me robó un beso. Tengo que reconocer que fue un buen beso. Pero no quise saber más del asunto, así que salí a la calle.
Llegamos a eso de las 4 a casa. Y, claro, tuve que comprarme un pancho.
Hoy mi cerebro no sirvió ni para una sopa.
Tuesday, April 08, 2008
-¿Cómo lo querés?
-No sé.
-...
-...
-¿Cómo no sabés?
-...
-¿Pero tenés alguna idea?
-No, ninguna.
-¿Nada?
-...
-...
-Bueno, no me gusta usar gel ni ninguna de esas cosas.
-...
-...
-Pero te lo corto, ¿no?
-Sí, vos dale.
Monday, April 07, 2008
Advertencia: vean la película cuando estén en perfecto estado físico-psíquico-mental.
Acabo de terminar de leer Confesiones de un artista de mierda de Philip K. Dick. A diferencia de sus muchos otros libros, éste no es de ciencia ficción. Y, a diferencia de Los tres estigmas de Palmer Eldrich , me gustó mucho. Es que en este libro se nota que estaba más relajado, tal vez menos merqueado y con más horas de sueño. Con un sabor que recuerda a Kennedy Toole, apela a la humanidad de los personajes para contar la historia. Esto es lo que me gustó de Confesiones… y lo que lo diferencia de Los estigmas…, no impone su lado más racional sino que le confía a los personajes que creó el fluir y desarrollo de la novela. Sólo el final me pareció algo débil, como si se hubiera cansado de escribir.