Hoy vi Ponyo on a Cliff (Gake no ue no Ponyo) del Estudio Ghibli, dirigida por Miyazaki. Una vez más esta gente me maravilló. Todo tan hermoso que daban ganas de abrazar la computadora.
Como nos tiene acostumbrados el Estudio Ghibli, la animación es impecable, llena de detalles, pequeños gestos y movimientos que forman parte del carácter de cada personaje y de las particularidades de este universo que crearon; escenografías que explotan en colores y belleza. Pero lo mejor de todo es la historia. Acá no hay buenos ni malos, la mitad de las cosas no tienen explicación, sólo suceden y uno siente que tienen que suceder, y al final queda la sensación de que sí, algo cambió, en los personajes, en nosotros, pero es imposible descifrar ese algo. Ponyo es una historia de amor (entre amigos y entre madre e hijo), tal vez es lo único que se puede poner en palabras. El resto es un gran abrazo, de esos que dan ganas de quedarse ahí.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment