Cuando se comprende del todo, se deja de amar. Tal vez, la búsqueda, el hambre que da la curiosidad, el vértigo de lo que se vislumbra pero no se ve es lo que mantiene el amor a flote. Una vez que nuestra conciencia llega a cada rincón, hay algo que se hunde. Por suerte, esto es casi imposible.
Por suerte, todos tenemos secretos.
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