Ayer vi Tokyo!, una película que cuenta tres historias de tres directores: Gondry, Carax y Bong Joon-ho. Está bastante buena. No es uuhhhh qué gran obra de arte pero entretiene con altura.
La primera cuenta la historia de una pareja joven que llega a la gran ciudad a instalarse. Se quedan en la casa diminuta (posta que son así de chiquitas) de una amiga hasta que encuentren un lugar, pero les resulta muy difícil. Él encuentra laburo y hace sus cosas y ella no encuentra nada y empieza a sentirse una inútil. Hasta que un día, su cuerpo empieza a convertirse en una silla. Y se convierte en una silla nomás.
La segunda trata del Monstruo de la alcantarilla. Un tipo que vive en las cuevas bajo Tokyo se la pasa matando gente y comiendo crisantemos, creo, y billetes. Nadie entiende su dioma salvo otras dos personas en el mundo, una de ellas su abogado. Al tiipo lo condenan a la horca y él simplemente dice No quiero. No cree que no sea culpable, sólo dice no quiero. Ésta es la que menos me gustó porque la historia es un poco débil. El supuesto protagonista no se enfrenta a ningún momento decisivo, sólo va como flotando por la existencia. Sí, se enfrenta a la muerte, pero él no duda, no aprende, no cambia, no nada.
La tercera trata de un hikikomori, una persona que se encierra en su propia casa. Es un fenómeno que tuvo repercusión hace pocos años en Japón. Gente que no logra relacionarse con el resto del mundo, retroceden paso a paso en sus actividades sociales hasta que terminan encerrándose. Y este tipo lleva diez años así, hasta que llega una chica, la que le trae la pizza, y se enamora. La chica se va y el tipo desespera, necesita salir a verla. Claro que entonces tiene que luchar contra su demonio. Al final sale y se da cuenta de que en esos años, todos en tokyo se convirtieron en hikikomori. En ésta me gusta la fotografía que pasa de planos oscuros dentro de la casa a estallidos de luz cuando logra salir.
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