Saturday, December 26, 2009
La noche de navidad estábamos en la pizzería. Tomábamos ferné, yo con hielo y agua porque no me gusta la coca. Charlábamos boludeces aprovecando que no había ninguna chica presente mientras tratábamos de juntar voluntad para ir a algún lado. En algún momento salimos a la vereda a fumar. Una chica que pasaba nos dijo algo que no pude entender. Supongo que mi amigo entendió a la perfección porque le ofreció una seca que ella aceptó de buena gana. Estaba descalza, llevaba los zapatos en la mano. Che ¿todo bien? ¿por qué vas descalza? Los zapatos me molestan y vengo caminando desde Santa Fé (10 cuadras) Uh, bajón. No, todo bien, me gusta ir así. Después de unas secas siguió camino. Qué linda chica, dijimos. La noche quedó en la pizzería. Cuando se terminaron el ferné y las cervezas, agarré mis cosas y salí al amanecer y a esos putos pajaritos que te recuerdan que ya empezó otro día. Por la otra vereda pasaba la chica, con los zapatos puestos y acompañada por un chabón.
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