Pfff. Es increíble cómo un mimo al ego puede dejar al descubierto algunas aristas de mi personalidá. Ayer me dijeron que un poema que escribí estaba bueno (uno que yo pensaba era malo) y al toque mi juicio perdonó al poema y me perdonó a mí (que me pensaba un chanta por haberlo mandado) . Ahora de pronto pienso que el poema no está mal y que incluso es mejor que otros. Mi ego es como un perrito triste, tirado en el pasto. Le hacés una caricia y en seguida se levanta y mueve el rabo y empieza a saltar por todos lados, a ensuciarte, morderte y rasguñarte. Se vuelve tan molesto que preferírías no haberlo acariciado nunca y que siga ahí tirado sin molestar a nadie.
En fin. Una cosa buena de todo esto: asomaron unas ganitas de escribir.
3 comments:
que copao, siempre q te den ganas de escribir es copao
Bienvenido al mundo de "necesito refuerzo externo positivo". Toda la humanidad está ahí, creo
siempre son una gran aliciente esas palabras.
buenas reflexiones encuentro por aquí mi amigo, si me permite la confianza.
saludos!
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