Monday, November 30, 2009

Y éste también:

Sur o no sur.



Kevin Johansen me hace recordar una época feliz de mi birra. Por eso me siento agradecido.
Me pidieron un tema pilas:

Cumbiera Intelectual de Kevin Johansen

Sunday, November 29, 2009

Saturday, November 28, 2009

Vivo bajo el marco de una puerta. El mundo está ahí afuera y ese otro mundo, yo, está adentro, sentado, mirándome. A veces doy un paso hacia afuera, disfruto del sol, paseo por una plaza vacía, me siento en una hamaca. Cuando tengo suerte, me encuentro con alguien màs. Nos saludamos de lejos. Otras veces, entro, me siento y me tomo una cerveza conmigo mismo. Charlamos, nos reímos como amigos, lloramos como hermanos. Pero siempre vuelvo al marco. Duermo bajo el marco, despierto bajo el marco. Espero que finalmente logre dar un paso y cerrar la puerta. Todavía no sé de qué lado prefiero quedarme.


Miren miren:

Capusotto sin Capusotto:





Gentileza de Txabela.

Wednesday, November 25, 2009




De pronto uno se ve rodeado de sus propias acciones y de su propia inacción y tan pero tan cerca de ser un garca.




Estos días me encontré con algo que no sabía, en nuestro queridísimo país la fachitud es un eje que recorre todas las clases sociales, credos e ideologías. Chetos, ricos, pobres, judíos, ateos, católicos, progres, zurdos, fachos, gays, hetero, homo, bi y multisexuales. Ningún grupo puede declarar potestá. Pareciera ser nuestra identidá patriótica, casi tanto como el peronismo.

Tuesday, November 24, 2009

El clamor popular me exige que vuelva a la senda del Blog. Y no puedo desoír tanto griterío. De modo que aquí estamos otra vez. Con las mismas boludeces de siempre.

Toda esta semana estuve charlando acerca de nuestra educación, de cómo en la escuela, en el colegio y en la facultad (para aquellos que llegaron hasta esa instancia) no nos enseñan lo realmente importante. Todo lo contrario, diría. Utilizan el método de señalar los errores, de castigar las equivocaciones, que no es otra cosa que arrear a las vacas por la senda ya trazada.
Euge me contaba que en un grupo taller de arte donde hay nenes de preescolar y primer grado uno puedo saber al toque quién ya está transitando la primaria. Los nenes de jardín juegan, participan, proponen, inventan; los de primer grado se quedan callados esperando que les digan cada cosa que tienen que hacer. En un año ya aprendieron que equivocarse está mal.
Pero mierda. Equivocarse está bien. Enseñen a equivocarse, a buscar caminos, a probar y volver a intentarlo. No enseñen a tener miedo, hijoputas.
También hablamos de las faltas de ortografía. Ahora explico cómo está relacionado. Pasa que las faltas de ortografía se originan en una falla ortográfica, en un sistema que perdió algo de su lógica. Tal vez la tuvo cuando las letras se correspondían con los sonidos pero en el castellano rioplatense, sepaló usté, señor RAE, no tiene sentido tener “c”, “s” y “z”. Salvo, quizá, por una cuestión etimológica.
No tengo nada contra la ortografía. Mi problema comienza cuando las personas juzgan a otras personas por sus supuestas faltas ortográficas. Si partimos del punto en que la ortografía no tiene correlación con el habla, ¿cómo es posible juzgar a alguien por ella? Y ahí está la cuestión. Tengo la sensación de que la ortografía, como otros mecanismos de enseñanza, no son otra cosa que un ejercicio de poder. El poder de decir yo sé esto y vos no, de señalar “te equivocaste”.
Intenenlón, equivoquensén.

Wednesday, November 04, 2009




Acabo de entender algo. Recién hablábamos de Herzog y su Fitzcarraldo y descubrí por qué me gusta tanto el tipo y esa película en particular: Fitzcarraldo, el protagonista de la peli, quiere hacer que un barco cruce una montaña, ése es su sueño y quiere hacerlo realidad; Herzog, cuando filma esta película, quiere hacer que fitzcarraldo logre hacer curzar un barco sobre una montaña: hace de la realidad un sueño.
Tal vez, esa es la verdadera búsqueda.