Wednesday, December 31, 2008


Me desperté el último día del año y el cielo ya estaba en blanco.





Sí, soy hittero y ochentoso.

Part time lover del groso de Stevie Wonder. Es zarpado cómo lleva el ritmo con la voz. Me encantaría escucharlo a capella.

Tuesday, December 30, 2008

Hacía tiempo, después de leer varios de sus libros, que había renunciado a Auster, o Auster había renunciado a mí, esto todavía no lo tengo del todo claro. Pero me encontré con este librito La invención de la soldead y no creo que haya sido pura casualidad. El libro se divide en dos partes: La invención de la soledad y El libro de la memoria. En la primera parte habla de su padre y su familia. Creo que es lo mejor que he leído de Auster. Se nota que está buscando una verdad, se nota esa lucha (struggle, nunca pude encontrar una palabra o construcción equivalente en castellano). Y estas pocas paginas confirmaron algo en lo que creo firmemente: todo escritor tiene que escribir alguna vez acerca de su familia. Ahí está el núcleo, el "Núcleo del disturbio", para citar a una gran escritora.

La segunda parte no está mal pero se para demasiado lejos, incluso pasa a una tercera persona. Vuelve ese Auster que no me gusta, aunque siempre tengo que reconocerle el talento.
Soy el menor de cuatro hermanos: el mayor ni siquiera me saluda; la siguiente casi no me habla. Sólo puedo conversar con la más chica, un año mayor que yo, y sucede muy de vez en cuando. Hoy fue una de esas veces.

- Max (ella me llama así; yo le digo Val), lo que vos no entendés es que en esta familia hay reglas implícitas que todos conocemos.

- Yo entiendo eso. Es más, en todas las familias existen esas reglas. Y entiendo que en la nuestra, siendo papá como es, son mucho más implícitas.

- Bueno, entonces, ¿cuál es tu pregunta?

- Mi pregunta es: si no hay palabras para esas reglas ¿cómo hacemos para discutirlas?

- Esas reglas no se discuten. Las aceptás o las rompés. Pero no se discuten.

- Bueno, eso es una mierda.

- No, no es una mierda. Es así.

- Que sea así es una mierda. Está mal.

Lo que no llegué a explicarle es que cualquier afirmación que no pueda discutirse pierde automáticamente la validez que podría haber tenido. ¿Por qué no se me ocurren estas cosas en esos momentos? Ahora, hasta que vuelva a tener una oportunidad así no sé cuánto tenga que esperar.

Ultimamente estoy con cuestiones de familia: escribo un cuento acerca de la familia y converso con mis amigos acerca de realciones de familia. Espero que para reyes se me pase.



PD: algo que mi hermana no se da cuenta: gracias a todas las cagadas que yo me mandé (sí, no se crean, me mando muchas cagadas), ella tuvo el camino más fácil.

PPD: y sí, es la hermana de la foto.

Monday, December 29, 2008

Mi viejo (aguantá con el jopo):


Mi vieja:


Mi hermana Valeria y yo:


Una vez más, mucha gente muere por la hijadeputez de unos pocos que sólo buscan ganar en las próximas elecciones. El gobierno de Israel bombardea la Franja de Gaza: mata a 300 civiles, hiere a 900. Me gustaría saber qué opina el pueblo de Israel. ¿Por qué no reaccionan? Supieron dar cientos de grandes artistas e intelectuales. Griten, muchachos. Ustedes son los que deberían estar más indignados.

Les dejo el fragmento de un documental que vi hace algunos años: Promesas (promises) del trío Goldberg-Shapiro-Bolado. Es uno de los mejores documentales que haya visto. Para empezar, entrevistan chicos israelíes y palestinos. Dejan que hablen con libertad y esa libertad hace que los chicos digan cosas que dan escalofríos. Pero lo mejor es que no se quedan ahí. Organizan un día de juegos con todos los chicos involucrados, israelíes y palestinos. Y ellos, cuando se los saca de ese conflicto que se les impone, se comportan como chicos y juegan sin importar de qué religión es el otro. En los minutos que se muestra ese día de juegos, se nota que se crea un lazo de amistad. El documental termina con entrevistas a algunos de ellos pero varios años después. Creo que es el único documental que vi que me dieron ganas de llorar. Claro que no pude llorar.

Sunday, December 28, 2008

Ayer probé algo delicioso:

sánguche de jamón crudo, roquefort y apio (se recomienda bastante apio).
Aunque haya sido en un sueño,

no da que me digas te amo.

Ubicate, chabona.

Friday, December 26, 2008

El otro día hablábamos con Vix acerca de la improvisación. Ella me decía que la improvisación (en la danza, en su caso) es algo que te hace estar en un momento, en un lugar, en toda tu plenitud. Toda tu persona, cuerpo y mente, tienen que estar para ese instante-espacio. Si dejás que te gane la ansiedad o te ponés a pensar cómo se ve desde afuera o entrás en especulaciones, perdés contacto con lo que está sucediendo. Le conté que en Kung Fu pasa eso cuando entrenamos combate. Hacer combate tiene poco que ver con pegarle al otro; se trata de estar ahí con todo tu ser para poder tomar las decisiones correctas. Cuando recibís un golpe, por general te das cuenta en qué te equivocaste y las más de las veces es porque no estabas realmente ahí. La última clase de kung fu practicamos combate y estuvo increíble. Realmente sentía ese entonces, ese lugar, mi contrincante y mi cuerpo. Podía ver, realmente veía, los golpes que me lanzaban. Tan así era que parecía matrix. Claro que no soy tan rápido como para esquivarlos todos pero estaba tan presente en esa situación que los movimientos fluían y hasta casi parecían obvios. Quedé maravillado.
Hoy vi Ponyo on a Cliff (Gake no ue no Ponyo) del Estudio Ghibli, dirigida por Miyazaki. Una vez más esta gente me maravilló. Todo tan hermoso que daban ganas de abrazar la computadora.
Como nos tiene acostumbrados el Estudio Ghibli, la animación es impecable, llena de detalles, pequeños gestos y movimientos que forman parte del carácter de cada personaje y de las particularidades de este universo que crearon; escenografías que explotan en colores y belleza. Pero lo mejor de todo es la historia. Acá no hay buenos ni malos, la mitad de las cosas no tienen explicación, sólo suceden y uno siente que tienen que suceder, y al final queda la sensación de que sí, algo cambió, en los personajes, en nosotros, pero es imposible descifrar ese algo. Ponyo es una historia de amor (entre amigos y entre madre e hijo), tal vez es lo único que se puede poner en palabras. El resto es un gran abrazo, de esos que dan ganas de quedarse ahí.

Thursday, December 25, 2008


Estoy leeeeeejjjooooooooossss.

Primero, hay que ser persona.








Tuesday, December 23, 2008

Cuando el hombre quedó ciego, se hizo construir un cuarto sin ventanas ni luces, todo pintado de negro. Y se encerró dentro, con la esperanza de vivir la misma vida que cualquier otro hombre hubiese tenido en ese cuarto.








PD: me gusta este personaje para la historia secundaria de algún cuento.

Monday, December 22, 2008

Mi vieja siempre me cuenta que de chico yo quería ser camionero. ¿Qué estaría pensando? Supongo que me atraía eso de manejar un super camión y andar siempre en la ruta. Eso todavía me gusta, manejar por la ruta. Un camino despejado, la pampa húmeda a izquierda y derecha y una línea gris y tan recta que sólo queda seguir avanzando. Ni siquiera es que me gusta ir lejos sino la sensación de un movimiento continuo, como si planeara. ¿Qué pensaría el pequeño BJ de escribir?
- Machi (así me llamaban todos de pequeño), ¿y qué te parece si escribimos libros?
- Me gusta más el camión, Mata.
- Sí, a mí también.

Tal vez la soledad
(la que se padece)
no sea otra cosa que
aburrirse de uno mismo.









PD: y ya me aburrí de esto.
Siempre digo que escribir es lo único en lo que logro ser sincero pero en realidad, hasta ahora, no había entendido cuál era el mecanismo. Escribo para poder engañarme, para esquivar mis negaciones, mis censuras, mis miedos. Es la única forma que encuentro para llegar a mi ser más profundo.
Mi cabeza es una flor de hija de puta; siempre bloqueando, durmiendo, empañando lo que realmente quiero alcanzar. Por eso necesito engañarla. Porque cuando estoy cerca de algo, las palabras se escabullen, me olvido de lo que quería decir o surge algo totalmente distinto. Entonces, tengo que dar un gran rodeo: repartir pesos en diferentes personajes, desarticular hechos en varias escenas, cocinar con los ingredientes bien separados, para que mi inconciente no sepa hacia dónde voy a patear.
Las órdenes nacen, pasan, se traducen y terminan en la misma cabeza que trato de evitar: es casi imposible. Pero por suerte siempre hay grietas.
Lo fundamental surge de las grietas.

villa ventana 30

Saturday, December 20, 2008

Tengo la impresión de que en algún momento, sin saberlo, elegí el camino de la soledad. Y no me gusta. No me gusta nada.

villa ventana 21

Tuesday, December 16, 2008

Por favor, escuchen todo lo de este tipo. Es zarpado.

Victor Wooten




PD: Gracias M.

Sunday, December 14, 2008

Acabo de terminar de leer Norwegian Wood (Tokyo Blues) de Murakami. Me gustó. Este tipo siempre camina por el límite de lo que me gusta y lo que no. Lo bueno es que eso no importa. No se puede aplanar un libro en esa dicotomía. Decía, los personajes son maravillosos, están llenos de vida aunque los rodee la muerte y se relacionan con una sinceridad que da bronca. Sí, me da bronca no poder ser así de sincero. Tengo mis momentos de sinceridad y otros en los que me siento tan solo y lejos de todo que si fuera sincero sería autista o me pegaría un tiro. No sé, el libro me dejó esta sensación. Por eso no importa si me gustó o no, si algo logra dejarte una sensación así ya vale la pena. Sigamos, el Murakami tiene ese toque de bestseller que me molesta, tampoco me caben algunos pasajes de su prosa que se pone explicativa y a veces incluso va en detrimento de los personajes que se la tienen que bancar calladitos. Pero hay que reconocerle, el tipo es muy groso construyendo personajes. Incluso me da la sensación de que sus personajes son mucho mejores personajes que él escritor.
Leí todo el libro escuchando Erik Satie. No saben lo bien que combinan. Me hubiese gustado tener un buen vino, cerezas, queso y aceitunas. Pero este domingo da fiaca.
Acabo de darme cuenta de que escribí muy desordenado. Ya fue. Salió así

Satie Gnossiennes Nro 1



Beatles Norwegian Wood

Friday, December 12, 2008

Siempre digo que todo es cuestión de actitud y en pocos casos es más aplicable que en la danza. La forma en que baila, no si lo hace bien o mal sino la onda y la actitud que le pone, dice mucho de una persona.
Y esta chaboncita no puede ser tan grosa.

Tuesday, December 09, 2008

Quiero guardarme secretos. Tener cosas que nadie más sepa. Hechos concretos que nunca van a saber de mí. Siempre creí que los secretos eran los mayores formadores de personalidad, tal vez sea lo único que nos hace individuos (aunque sé que este enunciado es bastante endeble). En una época tenía montón de estos rincones, estaban bien cuidados. Pero no sé qué pasó, dejó de importarme. Bueh, también eso de vivir en pareja tiene sus presiones: que quieren saber todo de vos, que por qué no me contás, pero contame, ¿qué estás pensando? (¿por qué siempre quieren saber lo que uno está pensando?, encima a veces uno no piensa en nada y no le creen y hay que mentir para que dejen de hinchar las pelotas) En fin. Ahora sólo me quedan algunas pequeñas cosas. Debería atesorar algunas más. ¿Como qué? No sé, cualquier cosa. Pasar una noche, de bar en bar, tallando en cada una de las mesas una palabra o una oración, hasta lograr que esos lugares contengan un relato mío. Y cuando me pregunten ¿qué hiciste anoche?, voy a decir nada, no hice nada. O una tarde tomarme cualquier bondi hasta donde me lleve, robarle un beso a la primera mina que me cruce, no decir nada y volver. Cualquier día de estos salgo y

villa ventana 23

Monday, December 08, 2008

Cuando era chico, me rateaba de la escuela para ir a jugar al Street Fighter. Era bastante bueno. Cuando llegó la era del Mortal Kombat, perdí interés en los videojuegos y sólo tuve tiempo para mis otras adicciones. Aún así, esto me pone la piel de gallina. Final del Campeonato Mundial de Street Figther, Ryu está a punto de perder contra Chung Li y pasa esto:

Sunday, December 07, 2008



Empecé a editar mis fotos. Es decir, elegir las que más me gustan; de las elegidas, descartar las que menos me representan; despejar el comedor y ordenar las fotos sobre el piso; decidir una forma de agruparlas; subirse a la mesa y tratar de mirar todas las fotos juntas; desistir al darse cuenta de que es imposible; buscar entre las descartadas las que a pesar de que no me gustan funcionan bien dentro del conjunto de las que me gustan; buscar cuáles funcionan bien juntas (por lo general en parejas); volver a descartar alguna, que a pesar de que me gusta y me representa, no funciona en el grupo; recordar alguna que podría funcionar pero que no tengo copia hecha, encontrar un orden para todo el conjunto y construir una secuencia de mis imágenes que logre decir algo de mí.
Me gusta esto de editar. Es como producir algo a partir de una materia prima que uno mismo extrajo, usar palabras que uno mismo creó para escribir un relato.
Lo maravilloso de todo el proceso es que se termina encontrando un sentido más profundo de lo que se hace. Te das cuenta de que las fotos, sean de interior, paisaje, retratos, color, blanco y negro o lo que sea, tienen una mirada en común.

Thursday, December 04, 2008

Bueno, vi la segunda parte de Zeitgeist y la verdad que me defraudó. Empieza más o menos bien pero hacia la segunda mitad, cuando habla la gente esa del Grupo Venus y de las posibilidades hacia el futuro me pareció bastante trucho. Y ya, en el final, me pareció una gran cagada. Es que termina con un adoctrinamiento muy berreta que dan ganas de putearlos. Está bien, tienen buenas intenciones y todo. Pero se perdieron una gran oportunidad de hacer las cosas bien, de entregar a la gente algo sólido, bien argumentado, que nos sirviera a todos para entender el mundo. El cambio tiene que llegar de ese entendimiento y no de algún boludo que te diga que cambies.

Wednesday, December 03, 2008

Terminé de ver Zeitgeist. Como algunas partes me hicieron dudar (en especial, la parte de la religión, que le pifia feo (dice que Thor es un dios Galo) lo del Amero como moneda común de Canadá, EEUU y México, que me parece un invento muy trucho meritorio de ser argentino y eso del chip que me pintó paranoia pura), estuve mirando en la web a ver qué opinaba la gente. Encontré esta página (http://natsufan.livejournal.com/#entry_27315 ) donde se hace una crítica bien fundamentada a muchas de las cosas que aparecen en el documental. De todas formas, a pesar de que la crítica desnuda los errores y las flaquezas de muchas de las afirmaciones, no creo que Zeitgeist le esté pifiando por mucho en su hipótesis central.
Todavía pienso que es importante verlo. Y ahora creo que es importante leer la crítica.

PD: la crítica que linkeo está buena, parece completa (sólo leí la parte de economía) pero también tiene una falla: no tiene en cuenta que la Reserva Federal de EEUU es el único banco central del mundo que es privado. Y eso hace tooooda la diferencia. Por eso el documental dice que cada billete impreso implica una deuda para el estado; cada dólar impreso es un dólar que la Reserva Federal le está prestando al país. Y ese préstamo viene con un interés que el estado, o sea la gente, tiene que pagar. Cuando Kennedy quiso terminar con este robo, lo mataron. Y lo primero que hizo Lyndon Jhonson (vice de Kennedy) en el avión que lo llevaba a Dallas fue firmar la anulación de lo dispuesto por Kennedy.

PPD: mañana voy a ver Zeigeist 2

Tuesday, December 02, 2008

Estoy viendo Zeitgeist, un documental acerca de cómo unas pocas coorporaciones controlan el destino del mundo.

Veanlón!

Acá les dejo la primera parte.
Para amigarme con la literatura yanqui, que, a pesar de los yanquis, es mucha y buena, estoy releyendo algunos cuentos de Cheever. Cada vez que lo leo, es mejor. Que groso Cheever, pordió. Logró que ahora quiera buscar otra traducción, o tal vez la versión original, de "Por quién doblan las campanas".
A veces no puedo creer que Cheever, Hemingway, Carver, Donleavy, Salinger, Melville, Faulkner y tantos otros sean yanquis y al mismo tiempo cuando los leo no puedo creer que sean tan yanquis.
Me maravilla ver cómo en los resquicios, recovecos y fisuras de esa sociedad plástica nacen buenos artistas, como esas plantas que surgen de las paredes, que niegan el concreto hasta ridiculizarlo.

Será que el señor Deleuze tenía razón:
"La creación es un acto de resistencia."

Monday, December 01, 2008

Son las 7.30 de la mañana, estuve toda la noche despierto leyendo "Por quién doblan las campanas" del babrbeta Hemingway. La historia me entretuvo, los personajes están buenos pero la novela no me terminó de gustar. La traducción no ayudó para nada; aunque el contexto del relato amenizó los galleguismos, se nota que el traductor merece la muerte. Pero no le voy a echar toda la culpa al pobre gallego. Ernesto se pone pesado de a ratos: demasiados diálogos internos (aunque algunos son maravillosos), los personajes demasiado yanquis y demasiadas explicaciones, . Incluso hay pasajes que parece que se olvida de su propia teoría acerca del 1/7 y los otros 6/7 del iceberg (era esa la proporción, ¿no?). En fin. Por lo meno hizo algo más tolerable el insomnio.


La certeza del insomnio dan ganas de cagarme a trompadas.

No, en realidad, estoy así:

villa ventana 13

"Birra hay una sobria,
pero si se bebe bien,
con una alcanza"

villa ventana 29


Sunday, November 30, 2008

Les dejo dos temas que dan ganas de correr bajo la lluvia:

Drop, de Cornelius



y Atlas, de Battles.

Saturday, November 29, 2008

Me gustaría tener vino y queso para esta lluvia pero sólo tengo resaca y hambre.
En fin, al menos tengo la lluvia.


Acabo de llegar de la Pérgola. En el bondi, mientras pensaba que tenía que levantarme en seis horas para entrenar combate en kung fu, no podía dejar de cantar esto:

"Los caminos de la birraaaa...
no son como yo pensaba
no son como imagianaba
no son como yo creíaaa..."


Friday, November 28, 2008

No sé si esto ya lo conté pero creo que todas las artes del cuerpo forman parte de una misma cosa. Me refiero a esas actividades que devuelven al cuerpo todo lo que la mente le quita: la danza, las artes marciales, el sexo y todas las demases.

Acá les dejo unos videítos que van desde desde el kung fu-danza, pasa por la danza-kung fu y termina en una maravilla que dan ganas de llorar de tan hermoso.








Tuesday, November 25, 2008

Sí, ¿y?, me rateé de kung fu, ¿y qué pasa?, hace calor, viejo, así no se puede, sí, lo sé, pero sepan entender, el bondi, la calle, las abdominales, no, claro, es verdad, bueh, el jueves voy seguro, prometido, sí, en serio.

virasoro 02

Monday, November 24, 2008

En casa de una amiga (sí, mi ex):

- Che, ya son las tres y me da paja esperar el Bondi. ¿Puedo quedarme a dormir?
- ¿Te suena raro que te diga que prefiero que no durmamos juntos?




PD: tuve que esperar 45´el puto bondi.
Frase de la otra noche:

"No me autoboicoteen"
El otro día mi amiga Paula me mostró unas fotos. Eran fotos de ella, fotos que yo le había sacado hacía ocho nueve años. En ese tiempo recién empezaba a estudiar algo de fotografía y las fotos tienen la torpeza de la ignorancia. Y también su frescura. La misma frescura que recién ahora puedo volver a producir. Cuando encuentro cosas que escribí hace tiempo me pasa lo mismo que me pasó con estas fotos: me conmueve el camino que hay que recorrer para volver a ser uno mismo.

pau 2000 03



pau 2000 01Alineación a la derecha

pau 2000 02

Friday, November 21, 2008

Paca y Emerita de Imperio Diablo con la actuación de mi queridísima Tilsa: Cumbia cumbia cumbia.

-No, está re arrepentido.
-Claro, es que a los quince uno no tendría que hacer nada con uno mismo.

Thursday, November 20, 2008

y después están esas otras mujeres con las cantás a viva voz (aunque cantes horrible) porque ellas te dan ganas de cantar, y después las mirás caminar y penás en bailar. Y bailan. Mujeres que de un momento a otro, mientras se olvidan de pasarte el mate, te dicen que les gustaría tener una lagartija y mueven las piernas y los brazos como las lagartijas cuando corren. Pero con una sonrisa y una mirada. Y otro día te dicen no sabía que me gustaba la rúcula, gracias, es buenísima. Cortan las verduras con una lentitud que exaspera y enternece. Cuando comen torta siempre se enchastran y les da vergüenza pero al final no les importa. Se ríen con tantas ganas que uno termina dicendo tantas boludeces sólo para escucharlas reír. Vamos al parque, te dicen y no se dan cuenta (o sí) de lo buena que están con esa remera ajustada. Y se muerden el labio de abajo cuando no dicen algo. Saltan para alcanzar a tocar las hojas de un árbol o levantan una hoja seca y roja del piso y la guardan en un libro hasta que alguien la descubre años después. Ya te extraño, te dicen y uno

Wednesday, November 19, 2008



Qué fastidio cuando el mate te sale mal.
Fui con mis viejos a un lugar que se llama Villa Ventana, al toque de Sierra de la Ventana, claro. Es un pueblito onda Cariló: cheto y con bosquecitos. Hacía mucho tiempo que no me iba con mis viejos a algún lugar, menos sólo nosotros tres. Y no estuvo mal. La buena bebida y la buena comida siempre ayudan, pero convivimos en una armonía que no esperaba encontrar.
Hablé bastante con ellos aunque no de las cosas importantes. Qué tarado (qué cobarde), era una buena oportunidad y la dejé pasar. En fin. Una vez más sorprendió cómo llevan una ideología más o menos progre mientras pueden tener reacciones de lo más fachas. Ejemplo: están a favor de las retenciones y de la muerte de las afjp pero mi viejo puetea cuando viene el chabón con el trapito amarillo y le dice ¿le cuido el coche?; están en contra de la baja de la edad imputable pero no pueden evitar los prejuicios, miedos y reacciones contra los pobres pibes que se fuman un porro al lado de su casa; creen que los barrios privados y countries son una mierda, que no se puede vivir aislado de la sociedad, pero su casa parece una fortaleza llena de rejas por todos lados. Y así.
Algo que me parece facinante de mis viejos, tal vez una de las mayores contradicciones del universo, es que se adoran. Llevan 40 años de casados pero todavía se adoran.


villa ventana 08

Wednesday, November 12, 2008

Acabo de comprender algo:

Lo que me gusta de Japón no es su cultura
sino
las posibilidades de su locura.



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Saturday, November 08, 2008

Conclusión apresurada en una apresurada noche de verano:

Tengo un exceso de racionalidad positivista,
por eso me gustan locas.

Friday, November 07, 2008

Estoy tratando escribir un cuento feliz. No con final feliz. Sino íntegramente feliz, que el tipo no deje de ser feliz en todo el relato. No se mata al final, nadie muere ni nada. ¿Y saben qué? Es difícil. Supongo que por todo esto tan sabido del conflicto y demás. Trato de recordar alguna literatura de la felicidad pero no me sale. Seguro que existe algo en la poesía pero ya saben que yo no ando mucho por esos pagos. Veremos qué pasa.

tilsa ventana sorbete

Wednesday, October 29, 2008

Es maravilloso cuando uno al terminar de leer algo se siente con la necesidad de aplaudir aquellas palabras.

Monday, October 27, 2008

Sigo leyendo a Carver. Acabo de terminar Fiebre, un cuento que no me había llamado tanto la atención cuando lo leí la primera vez. Tal vez porque no entendía, todavía no había sentido, lo que cuenta la historia. Ahora sí entendí, ahora sí lo sentí, y si supiera llorar hubiese llorado con Carver.
Anoche soñè que estaba cogiendo con una mina y de la nada un tipo se asomó al cuarto. Salí corriendo a buscarlo y cuando llegué a la calle me di cuenta de que eran dos y que se estaban llevando lo ùnico valioso de la casa: una mesa china de la dinastìa Li (ni siquiera creo que exista algo así). Como los empecé a correr los tipos sueltaron la mesa que cayó al piso y se rompió. Al parecer estaba hecha de un vidrio verde, sólo vi la superficie astillada. Nos empezamos a cagar a trompadas, en realidad yo era el único que pegaba, los tipos ni se defiendían. En un momento le pegué a uno y cayó al piso. Cuando se dio vuelta vi que se había clavado tremendo vidrio en la panza y que se iba a morir. Entré a la casa que era mezcla de la casa de mi abuela con la de mis viejos y llamé a una ambulancia. Me dijeron que ya se habìa pedido una para esa misma dirección. Para cuando llegó una doctora, el tipo ya estaba muerto. El sueño siguiò con una sensaciòn de culpa horrible y una necesidad de que los demàs entendieran que habìa sido un accidente mientras todo el mundo se lo tomaba a la ligera.

Sunday, October 26, 2008

Recuperé a dorita, estoy feliz.
No podía ser de otrra forma, la chobona tenía novio.

Saturday, October 25, 2008

Pffff. Estoy resucitando a Dorita. La pobre había muerto de rotura de disco rígido. Por eso le compré uno nuevito nuevito. La cuestión ahora es que resucitar una laptop, si no se tienen los discos originales que vinieron con la compu, es un bardo mal. Los drivers son difíciles de encontrar y cuando finalmente doy con uno resulta que no funciona o que tengo que tener otro driver para poder instalar ése y así. Una mierda.
Ahora que lo pienso, es extraño, todavía no estoy de mal humor. Estas cosas suelen ponerme de mal humor al toque. Estoy viejo.
Todo sea para ganar espacios de escritura. Es increíble cómo las laptops cambian radicalmente los luagares y tiempos en los que uno puede escribir.
En fin, ya me aburrí.

mendoza2008 25

Friday, October 24, 2008

Hoy duermo en lo de mis viejos. Hay varias razones pero una de ellas es que hoy perdí mis llaves. En algún momento me iba a pasar, me las olvido seguido en cualquier lugar. Lo curioso es que también hoy vi a mi doble. Hay una clase que la doy en un bar de Palermo. El bar tiene varios espejos. A mí me gusta fijarme en uno que te da un anticipo de la persona que va a pasar caminando dentro de pocos segundos, justo del otro lado del vidrio. En el espejo, mi doble ni siquiera estaba vestido igual que yo sino que llevaba una remera y un pantalón que en este momento deberían estar en la lavandería, además de mi mochila que sí tenía conmigo. Esperé esos segundos para que pasara a pocos centímetros y poder verle bien mi cara, pero nunca pasó. Tuvo que haber dado media vuelta, si no no había forma de que no lo viera. Así que supongo que ahora con mis llaves debe haber entrado a mi casa y debe estar durmiendo en mi cama. Menos mal (¿menos mal?) que no tengo novia porque ahí sí que se pudría mal.

Thursday, October 23, 2008


mendoza2008 16



Hay días tan equivocados
que uno no debería toamr ninguna decisión.

Recién subí al 105 y había un amontonamiento de gente, cuando logré atravesar ese tumulto me di cuenta de que en realidad el bondi no iba lleno. Atrás había tres flacos con camiseta de fútbol (supuse de Argentinos aunque sólo se le veían los cuellos) que le gritaban a alguno que iba adelante: -Eh, refugiado, hay que tener huevos para ponerse la camiseta, dejá de esconderte, puto- y así. Pensé: - Eh, puto de mierda, si necesitás dos más para bardear, muchos huevos no tenés. Me da mucha bronca cuando se hacen los vivos porque son muchos. Los otros dos discutían con una mujer mayor. No entendí bien, pero no la bardeaban a ella. Uno le decía al otro: - Dejala a la señora, ya es mayor y los mayores ya tienen la cabeza así, no se los puede hacer pensar. La mujer decía: - A ustedes habría que bajarlos a garrotazos. Yo no entendía qué pasaba, tal vez a ella también le daban bronca los patoteros cagones de mierda. Y sentí una afinidad con la mujer. Pero enseguida largó: - Sí, a este país le hace falta palo, tienen que volver esos tiempos para que vuelva el respeto. Y en ese momento me hubiese unido alegremente con los de Argentinos para cagar a trompadas a la vieja de mierda, facha repulsiva. En el siguiente semáforo, el colectivero frenó junto a una patrulla. Ahí bajaron varios, algunos ni siqueira estaban involucrados en la cuestión. Los canas pararon a los cuatro con camiseta y dejaron ir al que no tenía la de Argentinos (no pude ver de qué cuadro era), que volvió a subir al bondi. Lo que me da más bronca es que la vieja de mierda se debe haber quedado con la sensación de triunfo, de que gracias a su aporte se hizo justicia y que menos mal que estaba la policía y que cómo salvé al bondi y que mejor estábamos con los milicos y que bla bla bla.
Ah, vieja, ¿por qué no le hacés un favor al mundo y te morís? Por favor, en un lugar donde no ensucies demasiado.

Wednesday, October 22, 2008

Principio fundamental:

Contar sólo lo necesario


tilsa ventana 01


PD: pero por suerte éste es un blog y uno puede decir todas las boludeces que se le ocurran, como por ejemplo que en el centro, sobre corrientes, hay un kiosco que atrás tiene un patio donde uno puede tomar cerveza, claro que te la cobran 12 mangos y la música siempre está muy alta y puede ser un poco molesto, y eso es un símbolo de vejez, que empiece a molestarte el volumen de la música, además de nunca querer moverte de tu casa y de
Estaba en París (sí, Francia; sí, Menemlareconchadetumadre), cerca del Arco del Triunfo. No me acuerdo qué hacía pero estaba esperando algo, tal vez en las oficinas de una línea aérea, cuando una mujer (creo que era china) me preguntó si podía ayudarla. Claro, dije en inglés. Me llevó a la calle y me preguntó si podía comprarle una cartera, que no sabía por qué no le quisieron vender. ¿Qué habré pensado en ese momento? Estos franchutes racistas de mierda o algo así. ¿Y no me daba cuenta de que yo también me veía medio chino? En fin. Claro que puedo ayudarla. Caminamos una cuadra hasta el negocio. La mujer me dio un catálogo de carteras Louis Vuitton y un fajote de billetes (en ese tiempo todavía Francos). No era una sino como diez carteras las que quería comprar. Entré al negocio super cheto, una mina hermosa me guió hasta una sala con un sillón, me preguntaron si quería un café (dije que no) y después se acercó un tipo en traje. Me atendió con toda la amabilidad. Le señalé con el catálogo todas las carteras que quería comprar. Me dijo que lo esperara un segundo, se fue y llegó otra mina hermosa que me también me preguntó si podía servirme algo (esta vez dije que sí, un café). El tipo de traje volvió con otro tipo de traje para decirme que lo lamentaban pero que no podían venderme las carteras. OK, dije y salí del negocio antes de que trajeran mi café. En la calle miré para todos lados pero no veía a la mujer china. Tenía toda esa plata, ni quiero calcular cuánto era, y la mujer no aparecía. Al final apareció, casi que me quitó la plata de la mano y se fue sin decir nada.




Sí, todavía con insomnio.
maldito

Maldito

MALdito

MALDITO INSOMNIO


puka ventana


Y sí, es una cabeza de Puka.

Como muchos saben, la casa de mi abuela tenía su tintorería al frente. Ahora ese local es un almacén chino. Sí, hay cierta orientación en la cosa. En fin. La casa es una casa chorizo: al frente, el local y un garage, después un patio chico desde donde se accede al cuarto principal y al comedor, de ahí un pasillo y otro patio más grande que da a la cocina, al baño y a la escalera que te lleva a otros dos cuartos y a la terrraza. La casa de mi abuela siempre estuvo llena de plantas. No sé cuánto le llevaría regarlas a todas, con su andar tan corto y pausado. La casa vecina también es una casa chorizo, puede verse desde la terraza. Junto a la puerta de calle hay un cartel: Hogar de menores. Cosa extraña, hace muchos años, el cartel era otro: Hogar de ancianos. De todas formas, nunca vi a nadie salir o entrar a esa casa pero siempre me dio intriga porque desde el patio de mi abuela podían escucharse voces y a veces alguien gritaba. Uno se daba cuenta de que detrás de esa pared también había un patio. Por encima de un alambrado crecía un árbol de hojas enormes, que cuando caían yo las juntaba y las apilaba en un rincón. Pensaba que podía usarlas para dibujar o incluso para armar algo, eran bastantes gruesas y flexibles, pero siempre terminaban en la basura. Con los años dejé de visitar a mi abuela, sólo la veía en las reuniones familiares. Un día tenía que hacer tiempo y estaba cerca de su casa así que le toqué timbre. Ella siempre se alegraba de verme, me quería mucho aunque sólo recordaba mi nombre después de deambular por los nombres de sus otros nietos. Esa tarde me preparó nesquik y tostadas. Para mí, el olor del pan tostándose es su cocina. Mientras tomábamos la merienda me contó que hacía unos días una chica se había subido al árbol de hojas grandes, había cruzado el alambrado y había bajado por la pared hasta el patio. Mi abuela le abrió la puerta y la chica se fue. Un año más tarde, en el velorio de mi abuela, una tía volvió a contarme la historia pero esta vez era la versión de la directora del hogar. Al parecer, mi abuela le había ofrecido un nesquik y había insistido en que se sentara a comer algo. Cuando al fin le abrió la puerta a la chica, la gente del hogar estaba esperándola en la calle.

Tuesday, October 21, 2008

Lo único bueno del insomnio es que veo amanecer.


cielo ventana 08

Monday, October 20, 2008

Hoy estuve todo el día leyendo a Carver. Siempre me gustó pero esta vez, además de toda la potencia de su prosa, me encontré con algo de su luz. Maravilloso.


sorbetes ventana 02

Hace unos años, sentado en lo alto de una duna, miraba el atardecer. Me acompañaba una chica de la que me había enamorado y quien ya me había roto el corazón. Claro que todavía ninguno era conciente de esto. Sólo disfrutábamos de un cielo maravilloso, dejábamos escapar arena entre las manos y hablábamos de los camarones que íbamos a cocinar aquella noche.


mendoza2008 39

Wednesday, October 15, 2008

No logro elegir:


en ésta me gusta la expresión de la risa, en el cuerpo y en la cara de Tilsa

tilsa piso 02


en ésta me gusta que se vean los pieses y también que la escena sea más relajada

tilsa piso 01

Tuesday, October 14, 2008

Recién, mientras esperaba el bondi para volver de la pixa, se me ocurrieron estas dos escenas.

La primera, inspirada en un sueño de Tilsa:

dos chicos y una chica vuelven de una fiesta; el que viaja atrás viene re en pedo y medio a los gritos y sacado; esa noche le tiene ganas a la chica que maneja, tal vez siempre le tuvo ganas; sospecha en su borrachera que el otro amigo se la quiere sacar; los tres se conocen desde pendejos; el que va atrás quiere discutir por la música que pone el que va adelante pero no lo escuchan; para volver a sus casas tienen que pasar por un viaducto; el túnel está oscuras, a veces los pibes de la zona encuentran el cableado y lo cortan, ellos mismos lo habían hecho alguna vez; en el medio de la oscuridad se ven las luces rojas de un auto parado, las puertas abiertas y dos cuerpos tendidos en el piso; la chica quita los pies de los pedales pero se aferra al volante, la vista al frente sin mirar nada; avanzan despacio; el chico que viaja adelante grita que frene, que están vivos; el que viaja atrás intenta gritar que no pare pero las palabras caen en saliva de su boca; no logra ningún sonido.


La segunda:

un grupo de chicos de escuela pasan un día juntos en un campo; el pibe al que tienen de punto ya sufrió alguna maldad aquella mañana y está apartado de los demás; cuando todos se van a jugar a la pelota, él se acerca a la orilla del río; sabe que está ignorando una de las reglas que había dicho la señorita pero no le importa; en la orilla encuentra un sapo; primero le da miedo, después un poco de asco pero al final decide que tiene que atraparlo; el sapo es gordo y torpe, así que consigue arrastrarlo con una rama y los pies, no se anima a tocarlo con las manos; de a poco los otros chicos se acercan; empiezan a patear al sapo que está rodeado; el sapo deja de defenderse; entonces, el chico le pega con todas sus fuerzas con la rama; los demás lo miran; para que deje de sufrir, dice; es verdad, es verdad, estaba sufriendo, dicen los demás y lo patean con más fuerza y el chico no deja de pegarle con la rama aunque todos saben que el sapo todavía está vivo.

Friday, October 10, 2008

Frase del bondi:

Ayer viajaba en el 105 y escuché esta conversación de dos chicas:

- Che ¿qué cenamos hoy?
- ¿Y si pedimos empanadas?
- No, nena, me tenés la concha llena con tus empanadas.


No sé por qué, tal vez es la misma razón por la que dejé de entrenar y de sacar fotos, durante semanas no leí el diario. Tampoco tengo tele. Así que ahorita me vengo a enterar de que al fin el sistema financiero mundial colapsa. Hacía meses que se veía venir y lo único que hacían era meter más plata para sostener la mentira. Y al parecer no aprendieron nada. U$S 700.000.000.000 Chau, son una bocha de números. Con esta intervención (es re loco, viste, primero no quieren que los estados intervengan en los mercados y después hacen que pongan toda esa guita, en fin), decía, con lo que van a poner para hacer que unos repugnantes ricachones sigan siendo igual de de ricachones, igual de repugnantes, la deuda del estado yanqui supera los U$S 10.000.000.000.000. Sí, trece ceros. La mayoría de las calculadoras no tienen los dígitos para poner ese número. Un alfiler y trece burbujitas que nos van reventar en la cara. Y lo mejor de todo es que esto ya pasó antes. Hace setenta y nueve años.


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Mejor nos vamos todos a Mendoza.

Tuesday, October 07, 2008

Ayer soñe que llegaba a un pueblo en medio de una ciudad en medio de un desierto. Para llegar al pueblo que había retrocedido sobre sí mismo primero tuve atravesar lo que había sido la ciudad: asfalto cubierto de fisuras, edificios altísimos que ahora sólo servían para dar sombra al atardecer, autos apilados en una muralla contra el viento y su arena que, decían, picaba hasta hacerte sangrar. A medida que avanzaba, el laberinto de los barrios abandonados me protegía del desierto. Cuando al fin llegué al centro vi los primeros habitantes. Muchos vestían trajes, cobarta y zapatos, uniformes de escuela y de diferentes oficios, como si aquella realidad los hubiera tomado por sorpresa mientras cumplían su rutina diaria. Caminé un poco más para escapar de sus miradas y llegué a una boca de subte. La escalera apenas bajaba dos escalones hasta una inundación de arena. El pueblo había tomado el nombre de aquella estación: Varadero.

Monday, October 06, 2008

Otra vez en baires. Andá a saber por qué. En fin. Déjoles algunas fotos. Paseen por el flickr que hay muchas más.


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Tuesday, September 30, 2008

Hace unos días que estoy en Mendoza. Hace dos que no me baño. Comparto la vida de mis amigos jipis y cada noche miro un cielo increíble. Todavía no sé bien por qué pero vuelvo mañana.

Thursday, September 18, 2008

Hace unos días escribí acá la escena clave de una historia y me propuse escribir el cuento. Como soy culposo, para compensar al pobre blog, dejo el cuento entero que terminé hoy.




Giro la cabeza para que no me vea. No me hizo falta más que un segundo para reconocerla; a pesar de los años no cambió nada. Busco en el espejo, detrás de la barra, entre las botellas y la veo sentarse a una mesa cerca de la ventana: Andrea sigue siendo hermosa. Un tipo la acompaña, tal vez ese Eduardo que nombró en la nota de la revista. Buscando al mozo, ella pasa su mirada sobre mí pero no me reconoce. Yo sí cambié.

Nos conocimos hace diez años en una zapatería. Era su primer trabajo, ella quería ser escritora. A los pocos días, empezamos a salir y aquel verano nos fuimos juntos de vacaciones. La pasé a buscar después del trabajo, nos tomamos un taxi a Retiro, sacamos dos boletos a Mendoza y subimos al micro. Hicimos el amor dos veces en los asientos libres de atrás. Cuando llegamos recién amanecía. Desayunamos medialunas en el bar de la estación. ¿Por qué Mendoza?, pregunté. ¿Cómo? Que por qué elegiste Mendoza. ¿Yo elegí? Creo que sí. Ah, no sabía. Igual, dijo, es un buen lugar como cualquier otro. Terminamos de desayunar, agarramos las mochilas y salimos a buscar donde quedarnos.

Pido un whisky sin hielo. Leí sus tres libros; el último, varias veces. Cuenta algunas cosas que vivimos juntos, aunque no me reconozco en el personaje. Más bien se parece a su viejo, o lo que cree que fue su viejo. Apenas lo conoció, él se fue cuando ella todavía era una nena. En la billetera siempre llevaba, seguro todavía la tiene, una de esas fotos de bordes redondeados y colores diluidos. No, no odio a mi viejo, sólo espero que sea feliz. Andrea se ríe, habla y gesticula. Al parecer no perdió la costumbre, cada vez que contaba algo, representaba la forma de los objetos como si los tuviera entre las manos. El mozo trae el whisky, tiene dos cubitos. Lo cagaría a trompadas pero no quiero llamar la atención.

Después de buscar toda la mañana, el almacenero que nos vendió los sánguches de jamón y queso dijo que él tenía un departamento para alquilar. Vayan a verlo si quieren. Era en una esquina de la misma manzana, primer piso por escalera, un solo ambiente, cocina y baño. Bajamos al almacén, pagamos por adelantado y volvimos al departamento. Aquella cuadra y media era casi lo único que íbamos a conocer de la ciudad. Pasamos los sietes días haciendo el amor, bañándonos juntos, comiendo en el piso. Hubo largos momentos de silencio que dedicábamos a mirar el palo borracho que ganaba nuestra ventana. A veces podíamos oír el agua que pasaba por la acequia. Hoy salgamos. No sé por qué dije eso. Era nuestra última noche en Mendoza pero Mendoza era para nosotros aquel departamento. Por desgracia, Andrea estuvo de acuerdo.

Termino el whisky y pido otro. Esta vez sin hielo. El mozo mira mi mano que se cierra con fuerza sobre su muñeca y asiente. En todos sus libros, Andrea cuenta algo sobre nuestra relación. A veces me da bronca porque las cosas no pasaron así; otras veces, cuando me veo a punto de ser descubierto, da miedo. Pero por suerte ella nunca cuenta nada de Mendoza, de aquel departamento ni del sábado que decidimos salir. Me gustaría agradecerle. Andrea mira por la ventana, el sol le da en la cara y cierra los ojos.

Fuimos al centro de la ciudad, entramos a un restaurante y pedimos vino y pastas. Cuando salimos a recorrer las calles, la noche se había llenado de gente. Muchos, como nosotros, habían tomado. De alguna forma terminamos hablando con una chica y dos chicos. Nos decían que teníamos que visitar tal lugar o probar un vino que seguro en Buenos Aires no se conseguía. La chica y uno de los chicos fueron a conseguir algo de tomar. El que quedaba estaba completamente borracho y apenas se mantenía en pie. Tienen que visitar mi casa. Los invito a mi casa. No gracias estamos bien acá, dijo Andrea. El tipo le rodeó la cintura con su brazo. ¿Por qué no querés venir a mi casa?

Llega el whisky sin hielo; lo tomo de un trago. Eduardo se estira para darle un beso a Andrea. Llama al mozo y pide la cuenta. Aprieto con fuerza el vaso, tal vez se rompa. No pasa nada. Andrea y Eduardo pagan y salen del bar.

Bajamos del taxi y subimos al departamento. Me voy a acostar, dijo Andrea y comenzó a desvestirse. Fui al baño, cerré la puerta. Me miré en el espejo y golpeé la pared con el puño hasta que los azulejos comenzaron a mancharse de sangre. Hace cinco minutos no defendiste a tu novia y ahora le pegás a una pared. Matate. Ni siquiera te moviste. Fue ella la que paró el taxi. Acordate de eso. Me lavé la sangre y salí del baño. Andrea me esperaba sentada en la cama. Menos mal que no te peleaste, tenía miedo, ese tipo daba miedo. ¿Por qué no te cayás?, quise decirle. ¿Estás bien?, preguntó. No le contesté. Las palabras son tan miserables. Dormí, dijo y se metió debajo de las sábanas. Me acosté junto a ella pero ni siquiera podía mantener los ojos cerrados. El paso de los autos hacían surgir sombras que se encogían hasta desaparecer. Andrea era tan hermosa que parecía estar lejos. La besé, apenas un roce de los labios, y me apartó. Cuando estaba punto de regresar a mi lado de la cama, tiré de la sábana y traté de aferrarle las muñecas. No me importó que gritara, que me clavara las uñas en el brazo. Con las rodillas logré separarle las piernas mientras con la mano libre repasaba la cintura, la espalda, el cuerpo que aquella noche no había defendido. Cuando al fin dejó de resistirse, supe que tampoco iba a poder.

Pido la cuenta al mozo. Viajé solo a Buenos Aires, aquella misma noche, y desde entonces que no hablo con ella. Busco la billetera y elijo dos billetes. Alguien me abraza por la espalda. Basta, me dice Andrea. Perdonate.

Tuesday, September 16, 2008

Frase del mediodía:

"De vez en cuando, morirse hace bien"


ventana mesa y sillas 01

Monday, September 15, 2008

Frase de hace media hora:

"- Muchachos, me voy. Me tengo que levantar temprano.
- No te vayas. Ya es muy tarde para levantarse temprano."

Friday, September 12, 2008

Llegué a límites insospechados, a un punto sin retorno:

le pongo dulce de leche a las frutigran.




tomasa ventana 01

Tuesday, September 09, 2008

Ayer escribí un cuento de una sentada. Lo mejor de todo fue que logré apartar al escritor de la historia. Es decir, permití que las cosas sucedieran por sí mismas. Tengo un principio que me es muy difícil de respetar: Escribir como si sacara una foto. Cuando uno saca una foto, lo que hace en realidad es encuadrar algo que ya existe. Es decir, elige lo que queda dentro del rectángulo y, más importante aún, lo que queda afuera. También considera dónde va a poner el foco, en qué velocidad, qué película va a usar y en qué momento realiza la toma. Bueno, contar una historia es lo mismo. La historia preexiste a uno, la humanidad y el universo ya están ahí antes de que nos sentemos a escribir. Lo que se hace es encuadrar, elegir el pedazo de universo vamos a contar y, después, elegir el foco, la velocidad, las palabras. Hacer esto es difícil porque me creo escritor. Entonces, muchas veces al puto escritor, al artista de mierda, se le ocurre que él es más importante que lo que está contando y hace cagadas.

En Japón, antes de la llegada de los gringos, no existía el “arte”. Ni siquiera tenían una palabra que designara ese concepto. Lo más parecido que podía encontrarse era “oficio” / “habilidad” o “camino”. Pero, en Japón, estos conceptos eran inherentes el acto de tomar el té, cocinar, arreglar el jardín, acomodar flores, crear espadas, escribir, pintar, tirar con arco y flecha, trazar una sola palabra sobre el papel y todas las actividades cotidianas. Los oficios eran el camino para llegar a la esencia de las cosas, de uno mismo y del universo. Cualquier acto podía ser (lo que nosotros llamamos) "arte" si respetaba esa búsqueda.

Monday, September 08, 2008

Sunday, September 07, 2008

Cosas que suicidan

Tarde de domingo, afuera hace frío y garúa. En este momento, alguien enciende el último cigarrillo de su vida, un auto pasa por una zanja y salpica la vereda, la mancha tiene la forma de una mano. En este momento, alguien se deprime sin saber por qué, una chica tira las tres monedas del I Ching, miro el teléfono y me obligo a no llamarte. En este momento, un bebé de seis meses tiene un sueño de luz, ella llora antes de llegar al orgasmo y un hombre saca una foto de una foto. En este momento, él toca la canción que escribió para ella mientras piensa que odia a la mujer que ama, alguien debajo de la ducha cierra el agua caliente. En este momento, una chica lee los mensajes que su chica recibe de otras chicas y un hombre parado en una cornisa mira hacia abajo. En este momento, hace siete años que ella no ve a su madre que vive en Adrogué. En este momento, vos leés todo esto, un hombre abre la botella de whisky que había jurado no tomar y la luz gris entra despacio y en silencio por la ventana cerrada. En este momento, se huele la torta que espera en el horno, alguien se masturba sentado en su cama, la remera roja a la derecha, cerca de sus pies. En este momento,

Friday, September 05, 2008



ventana mesa y sillas 02


Thursday, September 04, 2008

Las putas saben algo. Cada noche ven y tocan a los hombres. Los ven y los tocan de una forma que nadie más puede hacer. Un hombre frente a una puta está desnudo, mucho más desnudo que frente a su mujer, frente a su madre, su psicólogo, más desnudo que él solo desnudo frente al espejo de su casa. Tan desnudo como en un sueño, una pesadilla.
Y cada noche las putas toleran esa desnudez y ven, como si olieran, los gritos de las almas.
Frases de esta noche:

"No estamos sobrios; por suerte hay otras formas de birra en el universo"


Wednesday, September 03, 2008

Estaba claro: Laura le chupaba la sangre a Dami. Ella era hermosa pero lo que más llamaba la atención era la paz que transmitía. Tal vez por eso nuestras sospechas. Era una paz que ningún ser humano podía tener, ningún ser vivo. Todos nos conocíamos de la escuela, hacía quince años que nos reíamos de los mismos chistes y contábamos las mismas anécdotas, pero fue Juan, recién vuelto de Barcelona, quien primero dijo: “Che, Dami está hecho mierda.” Sí, los demás nos dábamos cuenta de las sombras debajo de los ojos, el paso cansado, la espalda que de a poco iba venciéndose pero día a día el cambio era tan imperceptible que a nadie se le habría ocurrido decir “está hecho mierda”. Yo, que lo conocía desde pibe, que tantos veranos había pasado con él y con Irma y Roberto, sus padres, no podía entender que de aquellas dos personas surgiera el Dami que veíamos en esos días. Padres e hijo hacía tiempo que estaban peleados, sólo se veían cuando no podían evitarlo. Es más, yo los veía más seguido que Dami y les contaba las últimas noticias. Parecían polos opuestos, como si a propósito la pareja, o tal vez su hijo, se esforzaran en diferenciarse del otro. Ellos caminaban erguidos, con los cuerpos formados por el ejercicio del tenis y el cuidado en la dieta, la cara luminosa que permite la vida holgada de dos psicólogos.

Mientras Laura seguía caminando por el mundo como si no necesitara tocarlo, Dami se encorvaba como si quisisera a comerse a sí mismo. En el bar donde nos juntábamos surgió nuestra teoría: ella era la mujer vampiro. Con las semanas de cervezas la teoría mejoró: la mujer mosquito. No sé quién fue el primero que comenzó a nombrarla simplemente “mosquito” y más tarde “bzzz bzzz”. Un día Dami me invitó a cenar a su casa. También irían Irma y Roberto. Me alegro de que se hayan reconciliado, dije. Yo también. Hablamos y ahora estamos mucho mejor con mis viejos, me explicó. Llegué cerca de las diez. Dami abrió la puerta. Me sorprendió con una sonrisa y unos ojos claros que me obligaban a mirar hacia arriba. Tanto tiempo de verlo encorvado me había hecho olvidar que en realidad era más alto que yo. Me guió hasta el comedor y noté en sus pasos la misma liviandad que marcaba, o borraba, los de Laura. Se libró de ella, pensé. Por fin se separó. Me alegré por mi amigo. La mesa estaba servida, en el centro una olla de bronce con una burbujeante fondue de queso. Te jugaste, dije. No conocía tus habilidades culinarias. No fui yo, lo preparó Laura. En ese momento su mujer entraba al comedor. Quise verla con la espalda vencida y los pasos dudosos pero ella estaba como siempre. Bzzz bzzz. ¿Cómo?, preguntó Dami. Qué estúpidos, me dije. Nada, que me encanta la fondue de queso. Los miré: eran hermosos. Miré los cuadros y las fotos que colgaban de las paredes y por un segundo me imaginé un cuarto oscuro con los retratos de ellos dos cubiertos por pesadas mantas violetas. Te ves bien, dije a mi amigo. Sí, me siento bien. En ese momento sonó el timbre. Laura fue a abrir la puerta. De cada brazo, como si los sostuviera, guiaba a Irma y a Roberto que caminaban encorvados.

Tuesday, September 02, 2008


El camino que me lleva a vos
me aleja a cada paso
pero es el único camino.

Monday, September 01, 2008

Siempre digo que me resulta más fácil escribir o sacar fotos cuando estoy de viaje. En parte, creo que esto también lo conté, es porque fuera de Buenos Aires nadie sabe que yo soy yo. Nadie pretende que sea quien soy. Puedo ser de cualquier forma porque nadie, ni yo, espera que sea de cierta manera. Es una libertad que todavía no logro en mi ciudad. Pero creo haber encontrado un camino: perderse. Claro, es difícil perderse en algo tan conocido como la propia ciudad. Por eso, en este caso perderse no significa no encontrar un lugar o ignorar dónde se está sino aprender que lo previsible de Salguero y Rivadavia se encuentra en lo previsible de nuestra mirada. Quiero decir, tal vez el camino sea el contrario: mirar lo que nunca miramos para no estar donde siempre estuvimos.

cande 02
planta ventana 04

Empecé a regar las plantas:
la adultez me está alcanzando.

Friday, August 29, 2008

Frase de la noche:

"No me dejen hablando sobrio."

Saturday, August 23, 2008

Me despierto en mi cama. Miro el dibujo de la luz sobre la pared, junto a la biblioteca. Deben ser las once, es sábado. Me vuelvo a acostar. Escucho que Tilsa sale de su cuarto. Buen día, dice. Buen día, grito. La escucho salir del baño. Hacete café, grito. Ni en pedo, dice. Bueh, ponete el agua, yo hago el café. Dale. Ruido de la pava llenándose de agua y del encendedor que nunca enciende. Tilsa pone un tema en el equipo. No lo conozco. ¿Sabés qué es lo mejor para los sábados a la mañana?, pregunto. Me habías dicho, dice y sigue cantando. Los bitls, digo. Y en este caso el compilado de los top uan que está ahí. Ah, dale, pero primero escuchemos esto que quiero sacarlo en el piano. Sisi, sólo te decía para que fueras feliz, creo que no escucha lo que digo pero no insisto. Empieza a sonar la armónica de lov mi du. Me levanto. El agua hierve. Otro día hermoso.


tilsa sillón ventana 01

Friday, August 22, 2008

Anoche soñé que le daba un beso a una chica que siempre me gustó pero que nunca pasó nada. El beso no fue uaaauuuu pero aún así no estaba mal. Lo que me sorprendió fue que en un momento me dije: "Esto es un sueño". Hice todas esas prubas de realidad: cachetearme, pegarle a algo y que me duela, preguntarle a la gente a mi alrededor, tocar paredes y muebles, y todo dio positivo. Según la noción de realidad que manejo, aquello no era un sueño. Obvio que después la chabona me esquivó mi intento de sexo alocado.

Los sueños podrían ser más buena onda, no les cuesta nada.

Thursday, August 21, 2008

Acabo de ver Election 2 de Johnnie To. Como la primera, una gran película de mafia. Como la primera, con su fotografía de claroscuros que tanto me gusta. Esta vez, no suceden tantas cosas que el espectador no sabe sino que la magia queda a cargo de la transformación del protagonista. Una nueva elección de las tríadas obliga a uno de sus miembros a postularse. Pasa que este tipo es un hombre de negocios que no quiere involucrarse con las internas de la mafia pero termina no encontrando otro camino que luchar por su elección. El enfoque más humano (psicológico o espiritual, para los que no les gusta cuando uso esa palabra) le da, comparado con la primera parte, una mayor profundidad a la historia.

Quien quiera verla y no la vio deje de leer acá.











Pequeñas joyitas:
- la dualidad que deben enfrentar protagonista y antagonista debido a su oficio y a su paternidad.
- cuando el protagonista le dice al cana que no quiere convertir la mafia en algo familiar, que quiere que su hijo sea doctor o abogado, le pega una trompada y el cana se levanta; le pega otra y otra, como cinco veces y el cana queda en pie; después de pegarle la última trompada el que cae rendido ante la realidad, ante el futuro que se creó, es el protagonista, sentado en el piso, llorando entre sus rodillas.

Wednesday, August 20, 2008

Otro fragmento:

Demian y Andrea se separaron dos veces, como si rebotaran. Nunca discutieron, sólo se lastimaron con paciencia. Bastaba con que alguno opinara cualquier cosa acerca de un tema para que el otro opinara lo contrario. De a poco, los recuerdos que tenían en común se distorsionaron hasta volverse opuestos. El departamento era cada vez más chico, las lecturas silenciosas de Demian se prolongaban y las conversaciones se acortaban. Se rindieron como quien se duerme de cansancio: sin oponer resistencia, concientes de que habían perdido la batalla hacía tiempo, aunque aún ahora no saben cuándo. ¿Y? ¿Supiste algo de Raquel?, preguntó Andrea mientras cebaba otro mate. No, nada. A Demian todavía le incomodaban aquellas preguntas; él nunca quería saber nada de los tipos con los que ella salía. Dos formas de masoquismo. ¿Pero la llamaste? Demian buscó la cámara de fotos, se arrodilló, encuadró la ventana, la mesa, el sol que caía sobre el pelo de Andrea y le dibujaba media máscara de sombra, el ojo izquierdo brillaba como el ámbar. Ella lo miró con cansancio. No seas pesado, dijo. Él escondía cajas y bolsas repletas de fotos de Andrea. Muchas veces, cuando intentó extirparla, aunque sólo fuera de su mente, aunque sólo fuera de su casa, o cuando creía que la relación con alguna mujer podía prosperar, pensó en regalárselas, tirarlas a la basura o quemarlas pero siempre eran salvadas por la nostalgia o la justificación del arte. Dejó la cámara sobre la mesa y tomó el mate que le ofrecía Andrea. No, no la llamé.

Tuesday, August 19, 2008

Acabo de terminar de leer La ley de la ferocidad de Pablo Ramos. Me encantó. Se nota que buscó y rebuscó en su propia historia, en su propia mierda, hasta encontrar lo que en realidad quería contar. La sinceridad te raspa en cada palabra. A veces me incomoda tanto tango todo junto pero supongo que el descenso (toda búsqueda real parece ser un descenso) es así. Imposible despegarse de este protagonista que es capaz, después de días de autodestrucción, de la mayor ternura.

Con este libro me pasó algo que no me pasaba hacía mucho tiempo: leí caminando. Me bajaba del bondi con el libro abierto y caminaba a donde tuviera que ir sin dejar de leer.

Saturday, August 16, 2008

Otro párrafo del cuento:

Después de ver setenta y ocho departamentos, encontraron en el número setenta y nueve, dos ambientes, planta baja, a una cuadra de Plaza Cortázar, un lugar donde vivir juntos. Al principio comieron sobre una gran caja de cartón, orgullo de Demian, que soñaba con ser artista, siempre imaginado en buhardillas de París. Pero Andrea no tardó en desalojar la caja que ya había ganado varias manchas de comida y una pendiente hacia el centro. Los ecos del departamento fueron silenciándose con una mesa, sillas, la biblioteca, fotos tomadas por Demian, que comenzaba a ser un buen fotógrafo. De a poco aquel hogar se convertía en el refugio donde él descubrió cómo ser feliz y donde ella se permitió estar triste. Andrea, cada vez más sombría, el pelo cada vez más corto, lloraba por las noches tras sábanas y dientes apretados. Ahora, frente a su taza de café, Demian miraba a la gente cruzar Rivadavia mientras pensaba que en aquel tiempo no había sabido comprender que las personas no siempre están listas para ser felices. Sonó el timbre. Subo, dijo Andrea. Hacía tiempo que tenía llave de la puerta de calle. Le había quedado de una vez, años después de haberse separado, en que había tenido que mudarse de su departamento. Demian debió insistirle para que aceptara quedarse en su casa unas semanas. Hasta que encuentres algo. Durante aquellos días vivieron como si nunca hubiese habido un corte. Cocinaban, comían y a veces, aunque nunca volvieron a coger, dormían abrazados. Bailaban cada noche, recibieron varias quejas de la vecina de abajo. Andrea dejó de contestar los llamados de Diego y Demian, escudado por un helado de chocolate amargo y menta granizada, le dijo a Alejandra que era mejor que ya no lo intentaran. Andrea rescató dos plantas que agonizaban en un rincón oscuro y les hizo lugar en la biblioteca. De pronto, Demian nunca supo cómo ni cuando, había cinco plantas con macetas nuevas en la biblioteca de su sala y era como si siempre hubiesen estado ahí. O, más bien, esto pensaba mientras oía el ruido del ascensor que acercaba a Andrea, como si fuese una obviedad del destino.

Thursday, August 14, 2008

A veces me da miedo esto de escribir siempre sobre mí. Tengo la sensación de que en una época vivía mucho más que ahora; la mayoría de mis relatos surgen de esos años. El problema es que ,ahora que me pasan menos cosas, vivir historias es un proceso más lento que escribirlas. Entonces, es como si me estuviera comiendo mis ahorros.

Wednesday, August 13, 2008

Párrafo de un cuento:

Demian y Andrea se conocieron jóvenes, casi niños. Ella tenía dieciocho años y él veinte. Como todas las historias que se conjuran a esa edad, se convirtieron en la única representación del amor que conocerían. Todas las otras relaciones que iban a llegar, que llegaron, debían pasar por aquel agujero; sólo que en este caso el vacío tenía una forma determinada, como un juego de encastre, donde los ángulos hacían fracasar cualquier intento por no parecerse en nada a su Andrea, a su Demian, o por parecerse demasiado pero no serlo del todo. Antes de Demian, Andrea había dicho muchas veces "te amo". Antes de Andrea, Demian no creía que tal cosa existiera. Aún así, fue él quien a pocos meses de conocerla, después de salir apurados de una fiesta en busca de un lugar donde coger, dijo el primer "te amo". Te amo, dijo después de un beso que comenzaba a dejarlos sin aire. Creo que te amo, dijo Demian. Un año más tarde, la misma noche en que se mudaron juntos, Andrea utilizaría este recuerdo para argumentar su teoría de “valiente cobarde”. Según ella, Demian era capaz de actos de valor sorprendentes, tan increíbles que él mismo no podía reconocerse en ellos y se asustaba de no haber tenido miedo antes. Nos mudamos juntos, dijo él, acostado en la cama con el teléfono sobre el pecho y el tubo apoyado en su oreja. Demian estaba harto de que sus padres odiaran a Andrea y Andrea estaba harta de su padre, que en el fondo odiaba. ¿Estás seguro?, dijo ella mientras intentaba que la felicidad y el terror no se filtraran en su voz. Creo que sí, dijo él.

Monday, August 11, 2008

Aquella nohce, Juan lo recuerda cada noche, no supo ser hombre. Otro le había manoseado la mujer y él se hizo el borracho, el que no se daba cuenta de aquel brazo (a veces bestial) que dividía en dos el vestido rojo. Ella trató de refugiarse tomándolo de la mano pero a ninguno de los dos hombres parecía importarle aquel gesto. Al fin regresaron a casa. Menos mal que no te peleaste, tenía miedo, ese tipo daba miedo, le dijo su mujer sin darse cuenta de que era lo peor que le podían decir. Cualquier palabra, todas miserables, eran lo peor que podían decirle. Ella se acostó, Juan esperó un par de cigarrillos. El humo se mezclaba con la madrugada; aquel frío, la mejor excusa para el pozo en el que se había convertido su cuerpo. Como quien escapa de un castigo, Juan entró al cuarto conciente de que ella escuchaba sus pasos. Se acostó. Después de tratar de dormir, de mirarla dormir, se obligó a recordar peleas de su niñez, rencores de adolescencia, discusiones con jefes y compañeros. Era la primera vez que se reconocía cobarde. Quiso gritar, golpearse pero permaneció inmóvil, entre sombras que se empequeñecían con el paso de los autos. Volvió a mirarla, tan hermosa que parecía lejos de él. Comenzó a besarla como quien pide permiso. Ella lo apartó. Cuando estaba a punto de regresar a su lado de la cama, Juan quitó la sábana y le aferró las muñecas. No le importó que ella se negara, que tratara de alejarlo, que le clavara las uñas en el brazo. Con sus rodillas logró separarle las piernas, mientras su mano repasaba una y otra vez la espalda, la cintura, la cadera que aquella noche no había defendido. Cuando al fin ella dejó de resistirse, Juan supo que tampoco iba a poder cogerla.







PD: no me gusta la última oración pero todavía no encuentro una buena forma (que no sea mojigata) de decir que no se le para.

Wednesday, August 06, 2008


Es una falta de educación
que las personas con las que uno ha salido
estén ahora más buenas
mientras uno tiene el decoro de estar cada día peor.

Tuesday, August 05, 2008

Ayer soñé con un lugar donde a quienes querían dejar de fumar los ponían en un campo enorme con un alambrado extensísimo. No era para que no pudieran salir sino que la gente llevaba unos alicates con los que cortar parte de la maya del alambrado y después tirar. Cientos de personas estaban ahí, hiperquinéticas y desquitándose con el alambrado. Como hacer explotar los globitos de ese envoltorio protector, sólo que esto a una escala zarpada.
Voy a usarlo para un cuento.

Monday, August 04, 2008

La cama me está empezando a dar miedo. En la última semana hubo tres días que dormí como doce horas. No preocupa tanto la cantidad sino diluirme. Como si la cama quisiera hacerme parte de ella, mi cuerpo se ablanda y a pesar de que ya logré despertar y un estado de conciencia casi pleno vuelvo a caer en el sueño.
Encima me pone de muy mal humor.
Ayer fui a ver He reprobado, pero…(Rankudai wa shita keredo) de Ozu, ese director japonés que inventó el plano que simula la visión de una persona arrodillada sobre un tatami. La película era del ´30, blanco y negro y muda. A pesar de que no se vendía como puro entretenimiento, estuvo muy bien. Creo que es la primera vez que veo una película donde ni siqueira hay música de fondo, todo se sostenía por la fotografía y los actores. Lo que más me gustó fue que a través de la expresión corporal de los actores, sin llegar a la exageración, pudieran contar una historia de sesenta minutos. Por ejemplo, Buster Keaton o Chaplin que también eran capaces de esos gestos mínimos preferían movimientos más exagerados.
En fin, muy recomendable para quien quiera ir al San Martín esta semana.

Saturday, August 02, 2008

El embole de andar buscándole razones a todo es que la felicidad no suele ser racional; la tristeza sí.

Friday, August 01, 2008

El otro día pensaba:

las cámaras digitales son a las analógicas

lo que el blog a la literatura.

Los escritores son todos ladrones y mentirosos. Plagiar y mentir son su oficio, su adicción, su excusa de vida.
Hace años que con mis amigos pensamos en comprar una isla para mandar a el/la/los hermano/a/s que no soportamos. No todos tienen candidatos pero sí la mayoría. Que se metan ahí así no joden más.

Thursday, July 31, 2008

Ayer me pasé dos horas tratando de poner cara de malo. Nunca lo logré. Intenté combinando una levísima inclinación de cabeza con el ceño algo fruncido y la mirada fija pero no salía de lo ridículo. Todavía ahora, mientras escribo, me fijo en el espejo del comedor y sólo veo la misma cara de sonso. Dicen que a veces cuando estoy enojado o de mal humor doy un poco de miedo pero tal vez sólo quieren dosificar la frustración. Voy a practicar: quiero ser capaz de poner cara de malo.

Wednesday, July 30, 2008

El otro día que encontré la foto de Euge de ahí abajo pensé escribir esto en el blog pero no sé por qué no me dieron ganas. Recién pasé a visitar el blog de Paula y el tema me volvió al pie, como una pared que uno tira y va a buscar porque sabe que se la van a devolver limpia.

Algunas fotos son como despedidas. No es que uno se despide de ese momento y tiene la foto para recordarlo sino todo lo contrario: la foto se despide de uno. La foto es quien queda y se despide de quien se va, de ése que siempre se está alejando de quien era. Hablo tanto del fotografiado como del fotógrafo. En el caso del fotógrafo la despedida es, si se quiere, más sutil: quien permanece es la mirada.
Bueno, no pude evitarlo, ayer me quedé hasta la madrugada releyendo The catcher in the rye y hoy me desperté temprano para terminarlo. Sigue siendo maravilloso. Me devolvió algo de felicidad. Tal vez no soy tan diferente al que era. Tal vez lo que nos hace felices no cambia tanto a lo largo de la vida.

Si no hubiese prestado los otros libros de Salinger, ahora mismo estaría releyendo.
Recién, mientras esperaba que mi tarta de choclo estuviera lista, agarré The Catcher in the Rye de Salinger y abrí en el medio. Leí el capítulo que vuelve al hotel y hace subir a una puta. Y no me acordaba esa escena. Es un momento importante y aún así no lo registré. Siempre me pasa que ,cuando releo, los libros son otros. Claro, pasaron diez años, yo soy otro, entiendo eso. ¿Pero no les pica la sensación de que tendrían que volver a leer todo lo que ya leyeron? Volver a conocer las personas que alguna vez cruzaron en sus vidas pero no echaron raíces. Pensar que, tal vez en diez años, hace diez años, correrías, hubieses corrido hasta alcanzar a la mujer que ahora ves alejarse hacia la esquina.





PD: todos sabemos que el agua y el aceite no se mezclan. Entonces, ¿por qué cuando uno hace masa, para la tarta de choclo por ejemplo, con agua y aceite parece que pueden convivir a la perfección? La relaciones dependen del cotexto.

Tuesday, July 29, 2008

Después de perder la mitad de los 5 días que lo tuve instalado, hoy logré vencer mi adicción al Counter Strike. Acabo de quitarlo de mi máquina. Lo peor de todo es que soy malísimo en el jueguito de mierda y eso lo único que hacía era pinchar mi orgullo para que volviera a jugar una vez más. Me siento liberado.

Tengo que recordar que soy
adicto crónico latente
a cualquier adicción posible.

euge

Esta foto es de la madrugada del primero de enero del 2001. Todavía vivíamos en el 1 a 1, con eso les digo todo. Me gusta mucho, más que nada porque el foco está en algún lugar entre Euge y el almohadón de atrás (qué linda palabra almohadón, así toda mullidita). Supongo que no lo hice a propósito, debía tener una buena borrachera encima y no logré enfocar con precisión, pero tal vez el factor azar es lo que le da algo de magia.

Monday, July 28, 2008

Cuando tenía 16 años, mi vieja y Menem me regalaron un viaje a Europa. Fui en vacaciones de verano así que allá hacía un frío de cagarse, en especial ese año. Un día llgué a Bruselas y de la estación de tren fui a buscar alojamiento. Caminé un par de horas con la mochila a cuestas, los pies, las manos y las orejas helados. En un momento pasé por una plaza que tenía un laguito en el medio. Mitad del lago estaba congelado y era la primera vez que veía algo así en persona. Hasta ese momento las películas con gente que patinaba sobre aguas congeladas era parte de la mitología de Joliud. Pero ahí había un lago sólido, claro que ni loco probaba qué tan duro era. Caminé junto a la orilla, donde pegaba ese sol de invierno. Al final del recorrido vi un pato que aleteaba furioso pero no despegaba nunca. Volvía a aletear, algunas plumas se desprendían, pero se quedaba en el lugar. Al parecer, el lago se había congelado cuando él todavía estaba lacreando en el agua. Ahora estaba atrapado ahí y cagándose de frío. Me fui rápido. Mientras caminaba pensaba si podría haberlo ayudado pero apuré el paso y me concentré en las calles y el mapa de McDonalds que me habían dado. Al final encontré un hostal, dejé mi mochila, me duché con agua caliente y volví a salir. Estuve dando vueltas por esa ciudad tan de mentira, como para muñecas victorianas, hasta que de casuadlidad llegué a la misma plaza. El pato parecía dormido y mucho más feliz que cuando estaba vivo. Me quedé unos minutos, hasta que el sol ya ni siquiera iluminaba los techos de los edificios.

Friday, July 25, 2008



Los sueños se colman de tantas verdades que
a veces temo que la vigilia, sostenida por esperanzas,
sea una pérdida de tiempo.

Thursday, July 24, 2008

Mientras caminaba por su barrio, Eduardo pensaba en qué iba a gastar las doce balas que cargaba la nueve milímetros que llevaba en el bolsillo. Había que ser cuidadoso porque no tenía forma de conseguir más municiones. Al principio claro que había anhelado llegar hasta los hijodeputas célebres pero aquella fantasía le duró hasta terminar el café con leche. Debía ponerse objetivos alcanzables. Más factible era tomarse un bondi hasta Puerto Madero y elegir entre la abundancia de garcas pero, debía reconocerlo, le daba tremenda fiaca tener que cruzar el microcentro. Se dijo que ya era la hora pico y que no valía la pena, que garcas había en todos lados. Para que la ansiedad no lo traicionara, entró a un bar. Pidió una gaseosa, un tostado y el diario. Estaba seguro de que leer las noticias le daría gran inspiración pero como siempre empezó por los chistes. De pronto, mientras terminaba el primer triángulo, se preguntó si este mundo de mierda merecía su generosidad; ¿por qué no podía gastar las balas que él había comprado en las personas que ahondaban su tristeza? Trató de espantar aquel pensamiento pero era tarde, el egoísmo ya se había instalado. Bueno, se dijo, cinco balas para mí y siete para la humanidad. Una resolución más que justa. Pensó primero en las cinco balas. No tardó en darse cuenta de que no eran suficientes, tan sólo en ese bar ya sobraban candidatos. Reconoció la pesadez en todo su cuerpo, el cansancio que le llegaba como primer síntoma de depresión. Debía hacer algo pronto. Levantó el brazo y apretó el gatillo. Una mujer toda pintada de rojo empezó a gritar mientras su amiga caía al piso. De pronto, Eduardo se sintió lleno de energía. Se puso de pie, dejó un billete de veinte y salió a la calle. Todavía dudaba de contar aquella bala como de la humanidad o propia. En un acto filantrópico, la contó como una de las suyas. Su propia generosidad lo hizo feliz. Miró el arma y a su alrededor. Paró un taxi. A Puerto Madero, dijo. En la radio sonaba Radio 10.


Ser este yo me pone de mal humor.

no puedo escribir

Ponete a escribir, la puta madre.

Wednesday, July 23, 2008

En estos días vi todos los capítulos de la primera temporada de Six Feet Under. No sé si fue por el desgaste de la novedad pero me pareció que iba de mejor a peor. Es cierto que los personajes van ganando profundidad y que los actores logran sostenerlos (en especial y en este orden: David, la madre y la hermana) pero aún así hay algo en la historia que se va haciendo más trucho, tendría que verlo de vuelta para ser más preciso y no tengo ganas. Las alucinaciones, en especial las de David, son lo mejor. Me gustaban las publicidades de productos para funerarias que hay en los primeros dos capítulos y que después desaparecen. Me pareció novedoso, tal vez porque no veo tele, la presentación de las drogas como algo cotidiano e inserto en el argumento. En fin, tengo que admitir que me hice adicto a estos personajes y que necesito conseguir ya la segunda temporada.


tilsa ventana anteojos 03

"Ya, Juan Carlos, búsquese otra. No hay que estar sobrio en la birra"

Tuesday, July 22, 2008

En Buenos Aires, la mayoría de las calles son paralelas y perpendiculares; las avenidas están separadas por cuatro o cinco cuadras; por lo general el sentido de circulación es único y está intercalado para que uno tenga la seguridad de que si no pudo doblar a la derecha en esta esquina lo podrá hacer en la siguiente. Pero hay puntos donde todo esto se pierde: Parque Chas, donde una calle puede cruzarse con sí misma; la diagonal que traza Estado Israel-Angel Gallardo-Gaona, la otra diagonal de Juan B Justo; las manzanas triangulares de Avenida San Martín o de Palermo Viejo; la curva imposible (casi recta) de San Pedrito-Nazca; las avenidas Garay o Chiclana que se diluyen a medida que se alejan de esa esquina, como si no supieran existir sin la otra.

Dicen que este desorden no siempre fue así pero que la ciudad, como todos nosotros, tiende al caos. Esos trazados que rompen el cuadriculado original son calles que surgieron solas, por voluntad de Buenos Aires. Cuando creemos que hay cada vez más gente y más autos, en realidad sucede que hay cada vez menos calles. Cuadras que desaparecen frente a nuestras narices sin que nos demos cuenta, personas que regresan de un día de trabajo pero que no reconocen la puerta de sus casas, el almacén de la vuelta que se convirtió en una inmobiliaria.

Una mañana que volvía de Palermo, después de esperarlo cuarenta minutos, me tomé el 160. Claro que me quedé dormido. Por suerte no tanto como para llegar a Claypole pero sí hasta Pompeya. Cuando bajé del colectivo me di cuenta de que todavía estaba borracho y de que ya no tenía plata así que empecé a caminar. Al ver que una calle se abría en diagonal como si trazara una línea recta hacia mi casa decidí seguir por ahí, hasta que se cortó en una plazoleta y tuve que doblar a la derecha. Doblé a la izquierda en la primera esquina y caminé despacio, todo mi esfuerzo concentrado en mantener un paso firme y los ojos abiertos. Llegué hasta una pared, como si hubiera alguna vía de tren que cruzara Pompeya. Di media vuelta para regresar a la esquina, pero ya no estaba la calle por la que había llegado; en su lugar, otra pared. Más allá había surgido un pasaje, tan angosto que todavía no llegaban los rayos de sol. Caminé por sus adoquines, las veredas eran apenas dos cordones elevados pegados a las casas. Pensé en la mujer que cada noche, para no esperar su llamado que nunca llegaba, me expulsaba de casa. Una sombra avanzaba junto con mis pasos. Me resultaba imposible no querer verla, mandarla a la mierda de una vez por todas. No quise mirar atrás pero sabía que la ciudad se cerraba a mi espalda. Alguna vez llamó para pedir perdón, perdón por sus desplantes. Ahora las paredes a mis lados comenzaban a arrimarse, ya ni siquiera permitían ese cordón flaco. ¿Quién quería sus disculpas? Sabía que ella no necesitaba mi perdón. Al frente, una avenida cargada de autos; la luz que llegaba adelgazaba a cada segundo. Quería verla, nada más. Pero ella no quería verme a mí. El hartazgo me durmió las piernas y por un segundo pensé en sentarme sobre aquellos adoquines hasta ver cómo la luz desaparecía del todo. Grité su nombre, grité como si lo vomitara, como si me despidiera, y corrí hacia la avenida. Las paredes cada vez más cerca me hacían correr de costado, los últimos pasos fueron apretados contra los ladrillos. Ya en la vereda de la avenida, miré atrás: una agencia de lotería había encerrado su nombre en aquel pasaje.