Friday, April 30, 2010

Pasé por el blog de Txabela y me encontré con esto:


Pero escucha si tú no provienes de un barrio pobre de Santiago
es difícil que me entiendas tú no sabrías nada de la vida que
llevamos mira es sin aliento es la demencia es hacerse pedazos
por apenas un minuto de felicidad

(de Anteparaíso, Raúl Zurita)

Thursday, April 29, 2010

10:33 AM




9:51 AM

Monday, April 26, 2010

Conversación de poeta y narrador:


Poeta
Porque nunca he pensado en un personaje.
Y cuando los narradores decís eso, sinceramente, creo que mentís. Que si el personaje te lleva, que si no sé qué, que si ellos tienen sus propias vidas y que vosotros no elegís. No me lo creo. Hala, lo dije

Narrador
Es que los personajes son nuestra forma de entender el mundo, somos nosotros tratando de ver la verdad del mundo. Es como si mandaras a alguien a ver qué hay ahí, en la parte oscura del bosque, sólo que ese alguien sos vos, en alguna forma. Por eso es una chotada obligar a los personajes a algo, es como decirles lo que tienen que ver en el bosque oscuro.




Sunday, April 25, 2010

Acabo de ver A man once a Superman (algo así como "El hombre que una vez fue un Superman") de Jung Yoon-Chul. Una historia bonita que conmueve. Se trata de un tipo que cree ser súperman y se la pasa ayudando a las personas. Él dice que las ayuda porque esas acciones producen cambios, y porque él es súpermnan y ayudar a las personas le ayuda a recordar quién es. Una periodista quiere hacer un programa acerca de este personaje y se involucra en su historia. Por cierto, la mina (Jeon Ji-Hyun) es hermosa: me dejó medio tarado. Lo que me pareció interesante de la peli es que la lucha del protagonista es por no olvidar quién es. Eso, te cuentan todo lo que hay que hacer para no dejar de ser uno mismo. Acá les dejo el link por si quieren bajarla.
Jung a veces me cae simpático, como cuando escribió el prólogo para la traducción del I Ching o como cuando tira una de estas frases:


"Si no se toma conciencia de una situación interna,
ésta ocurre afuera, como destino"


Mi nueva amante tiene como 60 años,

y es preciosa.





PD: Sí, sí, lo sé, tengo que conseguirme una novia.

Friday, April 23, 2010

Primer día perfectamente matoso:
felicidad.



Wednesday, April 21, 2010

Un día de estos voy a amanecer con un tiro en la espalda y eso sí que va a ser incómodo.


Hoy venía al trabajo y me quedé maravillado por una luz que caía sobre una empresa de logística. Los depósitos, los camiones, el pastito, todo tenía un brillo acuático. Así que paré el auto, me bajé, caminé por la colectora y entré a sacar fotos. En eso sale un camión y el chofer me grita: ¿Qué hacés? ¿Estás loco? Tevamoamataaaarrr. El tipo siguió y yo seguí sacando fotos. Pero el momento mágico ya había pasado.






Tuesday, April 20, 2010

Mi reciente retorno a la fotografía analógica trajo un fetichismo que no sabía que tenía. Me encantan las cámaras, las que son mecánicas y que parecen que funcionan con magia. Porque, ¿cómo puede ser que sólo tirando de una palanca, sin pilas, pueda sincronizar montón de velocidades, cerrar diafragmas, pasar película y activar el obturador? Y todo eso sucede en un imperceptible clic. Un clic que es como toda una sinfonía. Es extraño, más allá de la imagen, me gustar el acto de sacar una foto. Me gusta tener la cámara entre las manos, enfocar, encuadrar y provocar ese clic. Nunca había tenido fetichismo por nada y ahora me viene esta cosa que me gustan las cámaras viejas. Paso rato largo mirando cámaras en la interné y ahora estoy tras un par que ya tengo fichadas. Ahora, podría haberme buscado un jobi más barato, ¿no?

Monday, April 19, 2010



El otro día, mientras disfrutábamos de un delicioso ají de gallina que habíamos preparado, se nos ocurrió una nueva forma de dislexia, la dislexia temporal. Acaso nunca les pasó que les empieza a doler el pie y decís qué mierda, y ahora ¿por qué me duele el pie? Justo hoy que tengo tantas cosas que hacer y, zas, te das el pie contra un mueble. Ahí tienen, dislexia temporal: que se te rompa una taza en la mano antes de que se te caiga, estar en pedo antes de abrir la botella, dejar a alguien antes de que te dejen.





Hoy viajaba en el 146, puteando porque estábamos como enlatados yendo hacia el microcentro. En un punto de donde ya me habia resignado, miré la ventanilla: Corrientes con el Obelisco al fondo estaban en blanco y negro. Claro que era la niebla pero buenos aires estaba tan mágica como una foto blanco y negro. Así que no me quedó otra que bajar del bondi y seguir caminando las últimas 20 cuadras. Por suerte llevaba la analógica encima y por primera vez en mi vida de porteño saqué fotos al obelisco.



Sunday, April 18, 2010

Estuve todo el día eligiendo retratos para un concurso, revisando carpetas de hace varios años. En eso me encontré con fotos extrañísimas, extrañísimas porque el protagonista soy yo.


2003


2005


2006


2006


2007



2007

Estaban sentados a la mesa de un bar, en el rincón más alejado que encontraron, debajo de una escalera, en las sombras que unían el trajín de la cocina y las voces exaltadas de los clientes. Algo pasaba en Buenos Aires, siempre algo está pasando en Buenos Aires pero, para ellos dos, sólo existía aquella mesa cubierta de servilletas arrugadas y granos de azúcar desparramados en una vía láctea. Andrea lloraba, o había estado llorando, no es tan fácil reconocer el momento preciso en que otro ha dejado de llorar. En eso pensaba Martín, que no lograba exprimir una lágrima y se sentía agotado por el esfuerzo. No es justo, Andre. Somos lo que más queremos y a los que más lastimamos. ¿Cómo puede ser? Ahora sí, Andrea volvía a llorar y a agarrar otra servilleta. No podemos seguir así. La mano de él se movió pocos milímetros hacia la mano de ella pero no llegó a tocarla y aún así sintió que la había empujado lejos. Andrea lo miró, las lágrimas seguían ahí pero estaba seguro de que eso no era un llanto. ¿Estamos cortando? ¿Me estás cortando? Me estás cortando. Martín permaneció inmóvil. ¿Estoy cortando? ¿Andrea se puso el saco o ya lo tenía puesto? ¿Cómo hacen los mozos para llevar tantas cosas? ¿Qué voy a hacer? ¿Estamos cortando? ¿Dónde fue que le compré ese saco? ¿En México? ¿Y la vez que nos metimos en esa casa? ¿También en México? Andrea se puso de pie y se alejó. Martín permaneció inmóvil mientras una lágrima corría por su mejilla.
Decía, la luz, los colores de otoño:

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Friday, April 16, 2010

Frase de la noche:




"Da miedo sentirse valiente"





Choqué el auto. Estoy bien pero me quedó una sensación extraña. Durante 14 años nunca me había pasado nada manejando y creía que era un groso al volante. Todavía creo lo mismo pero ahora me doy cuenta de que no importa ser un groso, los accidentes igual suceden.


Wednesday, April 14, 2010


Dice Irene que dice Ortega y Gasset:

"El poeta aumenta el mundo, agregando a lo real, que ya está ahí por sí mismo, un irreal continente. Autor viene de la palabra auctor, el que aumenta. Los latinos llamaban así a los generales que ganaban para la patria un nuevo territorio"

Tuesday, April 13, 2010

Buaaahhh, tengo ganas de llorar. Acabo de ver Mary & Max, película de animación australiana, dirigida por Adam Elliot. Es maravillosa. Está hecha en stop motion, pero con una técnica increíble. Con desplazamientos de cámara, juegos de luces y sombras, de colores y grises. La verdad es que debe haber sido un laburo zarpado. Y la historia es un mazaso en el alma. Habla de la soledad, de la amistad y de la comprensión. Y lo hace de una forma tan contundente que te dan ganas de llamar a todo el mundo, de abrir la guía telefónica y empezar a marcar por el primer número.

Así que los abrazo a todos. Y a los que no quieren, se joden, porque los abrazo también.


Estoy viendo las fotos que sacaba hace unos años: otro estilo pero nada mal.


De garcas, locas y otros demonios.



Un día descubrimos esto:



"Todos tenemos en nuestro haber
un garca hijoputa o una loca de mierda."




Monday, April 12, 2010


mejor veamos la tele

Sunday, April 11, 2010

Frase de la noche:



"Lo que ayuda a mantere unida a la familia es la culpa."




Ayer tuve una noche joven y hoy me duele todo.




En un homenaje a aquellas noches jóvenes de antaño, les dejo Cielito Lindo interpretado por divididos. Qué groso estaba poguear este tema.


Saturday, April 10, 2010

Pueblo 1 (Chascomús):



"Chascomús es lindo. La moza que me atiende también. Se parece a Amelie. El pueblo es un poco cheto pero todavía no llega a ser desagradable. En el centro las calles son empedradas y tiene unos bulevares anchos y muchos árboles. En la costa hay un parque onda Ital Park pero de pueblo. Por alguna razón me dio mucha ternura. Pero claro, debería contar primero otras cosas. El otro día decidí que todos los fines de semana que pueda voy a ir a algún pueblo de provincia. Cosa rara, el Vasco Viejo está muy bien. Decía, salir de capital para sacar fotos, pensar, leer escribir. Esas cosas inútiles. Empezamos por Chascomús porque sí. El pejerrey a la parrilla está increíble y la ensalada verde acompaña bien.
Estoy pensando, eso me pasa por beber (pensar, digo), decía, creo que me gustaría saber cantar antes que saber escribir. Claro, entonces por qué mierda no dejo de escribir boludeces y me tomo unas clases de canto, ¿no? O clases de dibujo. Me encantaría saber dibujar. Dibujar y cantar, eso quiero hacer."



"Estoy en un bar cheto de Chascomús, de esos bares con sillas con almohadoncito cubierto de cuero verde y que se llena de lectores de La Nación. Si, ya sé ya sé, no tengo ¿cómo es? ¿respaldo moral? para decir algo así. En fin. Tengo los pies helados de andar caminando por el pasto cubierto de rocío pero mejor le pongo un poco de orden a la cosa. Ayer, después del pejerrey, me fui con el auto por la ruta que circunda la laguna. Quería encontrar un lugar alejado de las luces de la ciudad, para poder ver las estrellas. Estacioné el auto en un descampado y saqué unas fotos. Sin convicción, la verdad. Eso. A estas fotos les falta convicción.



Después me preparé para dormir en el auto: recliné el asiento y me acomodé lo mejor que pude. Pero ¿saben? dormir en el auto no es nada cómodo. No sé por qué tenía el recuerdo de que sí. Tenía lugar, no hacía frío y aún así no dormí nada bien. Encima, justo una de las veces que había conseguido el sueño algo me despierta: unos golpecitos en la ventana. A ver, los ubico. Yo estaba a por lo menos tres kilómetros de cualquier luz, en medio de un descampado por donde no pasaba un auto, a las 3 de la madrugada y escuché golpecitos en la ventana. Abrí un ojo y vi la silueta inconfundible de un cana. ¿Cómo es que los canas, sin importar peso o estatura, tienen todos la misma silueta? Buenas noches, señor. Hola. ¿Todo en orden? Sí, todo bien. El cana trataba de ver qué tenía adentro. ¿Qué hace acá estacionado? Saco unas fotos. ¿Cómo se llama? ¿Pero hay algún problema? El cana me miró como si no entendiera. Digo, ¿no se puede estar acá? No, problema no, pero es sospechoso. Unos vecinos avisaron que había un auto estacionado en la zona. Lindos, vecinos pensé. Sí, estacioné acá para poder sacarle foto a las estrellas, dije y, cosa extraña, el cana pareció entender. ¿Termina con eso y retira? Sí, a la madrugada me voy. Muy bien señor."



"Me desperté antes del amanecer y le di la vuelta entera a la laguna mientras el sol se levantaba sobre el horizonte. Todo muy bello, aunque las fotos se me escaparon. Resumen: pies fríos, zapatillas mojadas, resfrío incipiente, fotos medio pelo, cansancio y una linda sensación. De libertad o de verdad. Son tan parecidas que se me confunden."

Friday, April 09, 2010

Dos cosas maravillosas: hoy es viernes, joda joda joda (para los que veían fax) y hoy oficialmente siento el otoño. Y saben lo que es el otoño en Baires. La luz de otoño, las sombras de otoño, los colores de otoño. Es como esas visitas que esperabas con ansiedad porque sabías que te iban a traer tremendo regalo (no es que fuera interesado, eh). Todo se ve tan maravilloso que no te queda más que reconciliarte con esta puta ciudad. Es como estar enamorado de una ciclotímica o de una maníaca depresiva (seguro que les pasó): por momentos te dan ganas de irte a la mierda pero de pronto hacen algo tan encantador que la vuelve inimputable.

Y ni hablar de que se terminó ese puto calor de mierda del verano.

Thursday, April 08, 2010




"Siempre acabamos llegando a donde nos esperan",


decía en la contratapa del Viaje del elefante de Saramago,
libro que perdí en Humahuaca.


Wednesday, April 07, 2010



Frase de las vacaciones:


"Las personas inteligentes saben que no son inteligentes."
Día 11

“Estoy en el avión. Todavía no despega. Hoy por primera vez en tres días pude comer algo. Pollo en la estación de micros de Jujuy, 8 pesos; pollo en el aeropuerto de Salta, 24 pesos. También por primera vez en días me miré en un espejo. Estoy negro y muy flaco. El avión está lleno de blanquitos, de euroargentinos como diría un boliviano que conocí una vez. Nada de pachamama por los alrededores. Y no sé si serán mis prejuicios, bueh, sí, son mis prejuicios, pero todo parece más falso. Yo me siento más falso. Me gustaría contar algo más acerca de mis conversaciones con Hugo pero sé que aunque las transcribiera textualmente no podría transmitir nada de lo que dijo.”

“Son todos ridículos. Escucho las conversaciones y me asquea tanta falsedad. Sé que en un par de días volveré a acostumbrarme pero ahora no puedo escucharlas ni de lejos.”

“¿Por qué mantengo el conocimiento tan lejos de la realidad?”

Tuesday, April 06, 2010



Acabo de llegar de kung fu, volví a mi antigua escuela. Estoy todo roto. Mientras tecleo esto me tiembla la mano derecha. Me había olvidado del calentamiento que ya te mata en los primeros 15 minutos, de las 400 abominables, del agotamiento que parece que te desmaya, de la sangre en los nudillos y de lo placentero que es dar una buena patada.

Día 10

“Estoy en un bar de Purmamarca, por la ventana enorme se impone uno de los cerros que abrazan esta ciudad, acaban de suspender el River-Boca por lluvia y en este lugar hay un sol que deja cicatrices. No se me pasa la rotura, tengo el estómago estropeado y algo de mareo. Creo que se me pasó la fiebre El pueblo parece lindo, algo más cheto que Humahuaca pero no tanto. Quiero averiguar acerca de una excursión a las salinas. No tengo ganas de ir con los remiseros. Son medio como una mafia del pueblo. Me acaban de contar que si uno intenta poner su propio negocio de excursiones, te vienen a apurar. A apunar. Vísteme despacio que estoy apunado.”

“Paro en la casa de un tipo, Hugo, se llama. Es de lo más copado, contagia una paz que te lleva como una gran marea lenta. Hablamos poco, se la pasa tocando la guitarra, la batería o la quena, mientras yo estoy acá sentado. Saco una foto de vez en cuando y escribo esto, pero más que nada estoy sentado mirando los cerros. Al tipo se le nota una sabiduría profunda. Esa sabiduría que sólo te lo puede dar haber pasado por muchas cosas.”

“Hugo era bailarín de folklore hasta que se rompió un tendón. Se lo rompió cruzando un río, con una nena a los hombros. Se engancho el pie entre dos piedras y empezó a caerse para atrás. Para no aplastar a la nena, giró sobre la rodilla y se cortó el tendón. Dice que mientras estaba ahí tirado sobre las piedras pensó en una historia china. La historia cuenta así: un gran maestro tenía de discípulo a un actor afamado que se la pasaba de juerga. Una de las noches que su discípulo se ausentó su maestro lo siguió y vio cómo iba de fiesta en fiesta, de mujer en mujer. Hasta que en un momento una de esas mujeres, después de cogérselo, lo dejó moribundo junto a un río. El maestro supo que no tenía que mover a su discípulo, así que empezó a construirle una casa a su alrededor. Hizo ahí mismo los ladrillos y trabajó sin descanso hasta hacerle un techo. Otra cosa que me contó Hugo, que esa misma noche, en la casa de una amiga, estaba sentado en el piso y sintió un alivio enorme. Dice que ahí se dio cuenta que durante mucho tiempo había bailado en busca de reconocimiento, en lugar de por la búsqueda misma. Claro que lo dijo con otras palabras, otras mucho mejores.”

“La coherencia te da fuerzas, dice Hugo. Hoy anduve caminando largo rato. Me desperté antes del amanecer y me fui al cerro colorado. Fue un paseo increíble. La luz era maravillosa y creo que saqué buenas fotos. Anduve todo el tiempo acompañado de unas nubes, pero iban casi a mi lado, como grandes perros blancos.”

“Al final tuve que irme con los remiseros. Para la excursión teníamos que ser por lo menos 4 y estaba yo solo. Y eso que anduve preguntando a ver si alguien quería venir, pero nada. En fin. Igual, no estuvo nada mal. Justo me tomé la última traffic que subía a las salinas y pude ver el atardecer a más de cuatro mil metros de altura. Y la verdad que se siente distinto eso de estar tan cerca del cielo. Eso sí, me cagué de frío. Las salinas tienen una luz maravillosa. Es que uno puede ver al sol bajar hasta casi la altura de los pies, a la misma altura por donde andan las nubes.”

Monday, April 05, 2010



Ya fue.
Hoy no duermo.




Hoy. Ayer. Bueh, hace unas horas terminé de leer Cuando lo peor haya pasado de Pablo Ramos. Me encantó. Y lo más extraño es que lo sentí como un libro de poemas. Muchos escritores que escriben narrativa y poesía no encuentran diferencia entre los géneros. Y supongo, yo, que no escribo poesía, que no la hay. Decía, terminé de leer este libro y me dieron ganas de volver a leerlo. No me pasó eso con los otros libros de Pablo, La ley de la ferocidad y El origen de la tristeza. Las historias de Cuando lo peor... tienen algo más, o algo menos, no sé. Algo que queda resonando como un diapasón; cada cuento es un solo golpe pero esa nota cristalina llama a todo los armónicos.








Mierda. Volvió el insomnio.


Sunday, April 04, 2010

Cosa extraña:

Hoy, las aceitunas y el whisky se llevan bien.


Otra cosa:

El whisky no es como los otras bebidas: no es uno quien lo bebe sino el alma.


Última cosa:

Tengo que escribir acerca de "Las torpezas del alma".
Ayer anduve joven. Salí de casa y caminé hacia la casa de Euge. A las dos cuadras entré a un chino y me compré una birra para ir tomando por el camino. Cosa que no hacía hace tiempo, al menos en Baires. Pasé a buscar a Euge y fuimos tomando la birra mientras esperábamos el bondi y arriba del bondi, en los asientos de atrás. Y nos sentimos bastante boludos de no haber comprado otra. Es que después, en el bar donde tocó la Orquesta Inestable, era un afano. Salimos del bar un poco entonados y seguimos con la juventú. Compramos hamburguesas en un McPato y caminamos hasta córdoba. Teníamos tanto espíritu que no sólo fuimos a seguir la noche, sino que nos tomamos un bondi. ¿Hace cuánto que no me tomaba un bondi a las dos de la mañana? En Ladran Sancho, los precios eran más razonables así que escabiamos montón. Hasta bailamos un toque. Noche joven, por cierto. Lo que no sé es cómo gaste 170 pesos.
Día 8:

"Estoy desayunando mate con facturas. No sé qué onda, pero acá las hacen enormes y muy livianas. Vienen como apunadas. Los demás desayunan nesquick, será algo de marplateneses, no sé. Mientras, la mamá de Miguel está haciendo humitas. Dice que hay que empezar a prepararlas un día antes, así que esto es para mañana, para el día de San José y como su marido, el papá de miguel, es carpintero es especialmente especial. Los marplateneses se dicen Tito y Richard, a todo el mundo llaman así y no es que sean sus nombres. Es una forma de llamar a los amigos. Me gusta eso. Creo que me caen bien los marplateneses. Además, imagínense, son gente que se la pasan aguantando a gente insoportable, durante tres meses seguidos. Bueh, mejor me termino el desayuno que voy a perder el bondi"

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"Día largo. De esos días que mejor me quedaba en cama. En fin. Hoy fui a Uquía. Un pueblito acá cerca de Humahuaca. Me dijeron que había unos paisajes muy lindos así que me tomé un bondi y me bajé en un pueblo que no era mucho más que una iglesia y unas casas. Miguel me había contado que la iglesia era interesante porque había detalles que había dejado los obreros indígenas al contruirla, detalles que eran para ellos. Una forma de resistencia, como diría Deleuze. Pero la iglesia estaba cerrada. Así que empecé a caminar hacia el Cerro de las señoritas. Caminé, escalé, caminé, trepé y así. Claro que me perdí. Pero no importaba, estaba disfrutando el paseo. Tanto que de mirar como un boludo el paisaje, tropecé con un cactus. Me dolió como la puta madre. Me miré el pie y mi zapatilla de cuero estaba atravesada por montón de espinas. Parecía un puercoespín. Saqué todas las espinas pero cuando di dos pasos me seguía doliendo. Me quité la zapatilla y la media: en el pie, todas las puntas de las espinas. Hijas de puta. Estuve bastate rato tratando de sacarlas pero me quedaron tres adentro. Cuestión que tuve que bajar la montaña con esas espinas clavadas. Dolió bastante."

"Llegué a Otro Mundo, Miguel estaba tomando cervezas con un amigo, "el chato". Tomamos algunas cervezas mientras trataban de quitarme las espinas. Escarbaron pero no había caso. Después me fui al hospital. Escarbaron un poco más pero tampoco pudieron sacarlas. Me dieron unas hojas de alguna planta medicinal. Me dijeron que me pusiera las hojas sobre donde estaban las espinas, que mañana van a salirse solas. Veremos. Volví al hostal. Escabié de lo lindo mientras charlaba con el Chato. Hablamos de muchas cosas. El tipo parecía copado pero dejaba sentir un resentimiento profundo. Resentimiento hacia los blancos, claro. Y claro que no es para menos. Pero igual era una oscuridad con la que no me sentí cómodo. Llegó a decirme que tenía clavada las espinas porque no respetaba al indio."

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Día 9:

"Escabiamos de lo lindo hasta que me dio bajón y me fui a buscar empanadas. Debo haberme comido como una docena. Mi hígado me pidió el divorcio y estoy en cama desde entonces. Sólo salí a la calle para comprarme ojotas pa poder caminar. Por cierto, esas hojas no sirvieron para nada. Creo que tengo fiebre. La verdad que estoy patrás."

"Confirmado, tuve fiebre. Dormí todo día en el caldo de mi propia transpiración. Me clavé un par de tafirol y ahora estoy un poco mejor. Estoy sentado en la mesa de un restaurante cheto, a la espera de mi guiso de quinoa. Acá, en la otra mesa, hay una chica comiendo sola, parece simpática. Podría hablarle. Pero, la verdad, ni ganas tengo."

"Acerca de la inteligencia. Debería entender de una vez por todas que la inteligencia no es ninguna virtud. Por ejemplo, este tipo, el Chato, se nota que es muy inteligente pero parece que no le sirve de mucho. Bueh, a decir verdad, a mí tampoco. Yo creo que soy inteligente pero no logro aplicar esa inteligencia en la realidad. Supongo que lo que realmente es valorable es la sabiduría, que vendría a ser la experiencia procesada por la inteligencia y aplicada en la realidad. Bueh, de eso no tengo nada. Lo malo es que a veces me encuentro juzgando a la gente por lo que yo creo que es la inteligencia. O sea, una pelotudez. Por cierto, este lugar cheto es un afano."
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Friday, April 02, 2010

Hace cuánto que no escuchaba esto. Cierto que me gustaba.

Vamos a faltarnos el respeto
usando el alfabeto completo...

Mala suerte con el 13, Calle 13 y Mala Rodríguez.

Te vi llegar
del brazo de un amigo
cuando entraste al bar...

Tu forma de ser, Auténticos decadentes.


Thursday, April 01, 2010

Día 7

“Hace un par de horas llegamos de una travesía agotadora. Pero mejor cuento de antes. Anoche me vine a hospedar a Otro Mundo. Hostal que maneja Miguel en la casa de los viejos. Miguel es un chabón copado, descendiente de los pueblos originarios. Acá, en Otro Mundo, conocí otra gente, todos buena onda. Hay una chica particularmente simpática. L, se llama. Lo único malo es que quiere ser graciosa todo el tiempo y llega un punto en que fuerza la cosa y me hincha un poco las pelotas. Bueh, tal vez soy yo el jodido. No, en realidad va por otro lado. Es como si la chabona necesitara demostrar todo el tiempo que es inteligente. Ahora que pienso, creo que a mí me pasa algo parecido. Bueh, no sé. Tengo un mambo. Alguna cosa rara con lo que yo creo que es la inteligencia. Encima es una inteligencia re pelotuda. En fin. Decía, anoche compartimos guiso, cerveza, charla y otras hierbas. Nos acostamos temprano para levantarnos temprano hoy."

"Miguel nos subió a un bondi. Viajamos cuarenta minutos y nos bajó en una curva de la ruta, en medio de la nada. Bajamos de la ruta al valle, pasamos bajo las vías del tren y empezamos a caminar por el lecho de piedra de un río. Caminamos, caminamos y caminamos. El paisaje era del estilo 360 grados. Montañas escarpadas por todas partes. Después de una hora larga llegamos a un punto donde los dos cordones se cerraban sobre el lecho del río y quedaba como una entrada por donde pasaban sólo dos personas al mismo tiempo. Seguimos a Miguel que subió por unas piedras y de a uno se iban escuchando los gritos de asombro. Me apuré para ver. Guau. Mierda. Un jardín del edén entre medio de las piedras. Posta. Un jardín perfecto. El pasto suavecito cortado a la altura justa, estanques llenos de agua y un solo árbol con la corteza que parecía de libro antiquísimo. Preparamos lo que habíamos traído de Humahuaca: pan, queso y jamón: Sánguches de jamón y queso en el Edén. Qué buen título. Terminamos de comer y descansamos unos minutos.”

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“Después de caminar-escalar un rato más llegamos a una ventana en la cima de un cerro. Daban ganas de quedarse ahí pero nadie llevó mate”

“Miguel nos llevó a un alero, algo así como una cueva amplia, donde había pinturas rupestres. Era el lugar con la mejor vista del mundo. Un punto desde donde podían verse las montañas como si fueran el patio de tu casa. Se sentía como si no se necesitara ninguna otra cosa en el mundo más que sentarse en una piedra y mirar el paisaje.”

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“Llegamos a otro alero, algo más cerca de la ruta. La cueva que la mayoría de la gente visita. Y daba ganas de matar a todos. En la misma piedra, el arte de un pueblo antiquísimo y toda la estupidez que la evolución nos supo dar. Sobre las pinturas rupestres, pintadas de imbéciles. Mucha bronca.”

“Hicimos el camino de vuelta agotados de tanto caminar sobre piedras. Llegamos a la ruta quince minutos antes del horario que nos dijeron iba a pasar el bondi de vuelta pero nunca pasó. El viento se hacía cada vez más frío y había una chica apunada que parecía medio muerta. Así que empezamos a hacer dedo a todo lo que pasaba. Hasta que paró un camión. Uno de los grandes. Suban chicos. Subimos a la caja y recién ahí nos dimos cuenta de que era un camión de alquitrán. Estaba vacío pero aún así las paredes y el piso estaban cubiertos de una capa gruesa de alquitrán pegajoso. Fueron 40 minutos de cagarnos de frío pero con un atardecer que caía sobre las montañas. O sea, para mí y para mis cámaras, un viaje maravilloso. No paré de sacar fotos, hasta terminar la batería de la digital. (Así que de ahora en más, sólo analógica) Estuve a punto de caerme a la ruta un par de veces pero valió la pena, fue uno de los mejores viajes que hice en mi vida.”

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“Cosa extraña, estamos cenando y nos acabamos de dar cuenta de que somos 6 zurdos y dos diestros. ¿Qué probabilidad hay de que pase esto?”