Tuesday, October 31, 2006

La semana pasada escribí un cuento acerca de escribir, hoy les traigo fotos de fotos. Los meta-relatos son un cliyé pero qué se le va a hacer, hay algunos cliyé que quedan bien. Además, nunca consideré la originalidad como un bien en sí mismo.





Wednesday, October 25, 2006


Hace unas semanas pensábamos que le había pasado algo a la vieja de enfrente porque no la habíamos visto más y los sobres se acumulaban en el pasillo. Ayer salí de mi departamento y vi que la puerta de mi vecina estaba apenas abierta. Detrás de la puerta, esa muñeca del terror que me miraba, leía mi mente y sabía lo que pensaba en ese momento: mis secretos más cochinos (qué buena palabra). Y se sonreía, la muy turra.

Tuesday, October 24, 2006


Sí, ahora me acuerdo, odio el verano. Hoy pensé que la realidad se derretía para mezclarse con las paredes, la mesa, el armario, con una tristeza podrida y amarillenta. El tiempo se estiraba y cada segundo me daba más sueño. Encima vivo en el último piso del edificio, con lo que mi casa se convierte en mi peor enemigo. Además, después de que cae el sol, el techo conserva todo el calor acumulado del día, con lo que nunca refresca. ¿Aumentará el índice de suicidios durante el verano porteño? ¿De asesinatos? ¿O el calor da taaaanta paja que ni eso se puede hacer? Seguro que los conflictos personales, entre parejas por ejemplo, aumenta de forma consdirable. Estoy de mal humor. LA RE MIL PUTA QUE LOS PARIÓ.

Ni la sombra de lo que era

Harto de mirar la pantalla en blanco. Busco guita, el saco y la copia impresa de la novela que nunca avanza. Bajo ocho pisos y me doy cuenta de que el saco no hacía falta, el sol cae como lluvia de arena sobre la piel. Camino hasta el bar de la esquina y me pido un café antes de sentarme junto a la ventana. Traen el café, dos galletitas y dos sobres de azúcar junto a la taza blanca. El bar, de esos posmodernos que parecen peceras a la calle, es caro y sin nada que ofrecer salvo su ubicación a diez pasos de mi casa. Agarro un sobre de azúcar de la punta, lo sacudo y arranco la esquina de papel. Pongo medio sobre en la taza y revuelvo con la cucharita, como siempre contra las agujas del reloj. Miro mi brazo, algo más oscuro que de costumbre y trato de recordar dónde me habré tostado. Por un segundo pienso que podría pedirme unas medialunas, aunque hace cuarenta minutos comí pollo al verdeo, sobras de la cena anterior. Llamo al mozo y pido tres medialunas de manteca. Hay que llenarse de algo.

Ordeno las hojas de la novela para empezar a leer desde el principio. En el tercer renglón, llega el plato con medialunas y pido el diario. Dispuesto a trabajar, busco en mi bolsillo la birome pero un movimiento torpe hace que se caiga al piso, sobre mi propia sombra que de tan clara parece proyectada por otra luz. Dejo la birome y las hojas impresas a un lado, para hacer lugar al diario y las medialunas. Paso de noticia en noticia casi sin leer las palabras, las fotos muestran algo de la batalla de San Vicente, de la ocupación de Irak y y de la muerte de Nelson, el hombre más pequeño del mundo. Las medialunas entran con dificultad en la taza de café, tendría que haberme pedido un café con leche. No termino la segunda y ya me siento lleno y con la certeza de que pronto voy a ir al baño. Entonces sí, muevo todo, quito las migas, limpio una gota de café que se cayó sobre la mesa y ordeno frente a mí las hojas de la novela.


Mientras leo, birome en mano, las setenta y dos páginas que llevo escritas, pienso en la conversación que tuve semanas atrás con un amigo. Él, músico talentoso, yo, escritor supuesto, sentimos que cinco años atrás nos resultaba mucho más sencillo crear. Antes sólo era cuestión de sentar el culo y hacerlo, ahora hay que batallar en cada acorde, en cada palabra, con la propia sombra, siempre la primera en criticar todo y considerarlo una mierda. Cuando empiezo a escribir algo nuevo me ataca un acto reflejo: presionar shift + ctrl + inicio, que marca todo el texto y presionar la tecla supr, que borra todo en un instante. Si las cosas que escribí y que borré de esta forma estuvieran almacenadas en algún lugar, sería uno de los peores escritores del mundo pero también uno de los más prolíficos. Supongo que tengo miedo a que la gente comprenda que en realidad soy un escritor malo, o peor, terror a que yo mismo comprenda esa verdad. Conversando con mi amigo, me preguntaba ¿desde cuándo tengo miedo? Desde que alguien dijo que escribía bien. Sí, soy estúpido.

Al fin, termino de leer al mismo tiempo que termino el café con leche con las migas depositadas en el fondo dulce. Mi sombra, ahora algo más estirada, el rostro demasiado definido sobre el tramado de baldosas, sabe que de las setenta y dos páginas, setenta y una son una mierda. No tiene alma, me explico y casi suena a una justificación. ¿Por qué antes era más sencillo confiar mi alma a las palabras? A veces leo cosas que escribí hace años y me doy cuenta de que, aunque ahora podría hacerlo con un estilo más depurado, me sería imposible ofrecer el alma que dejé en ese tiempo. Decir que el alma es algo que se gasta me parece bastante cagón, es no hacerse cargo. Oquei, me digo, doy vuelta una hoja y agarro la birome. El sol había calentado hasta tal punto mis zapatillas negras que me obligaba a buscar refugio para mis pies. Pero a esa hora, con las sombras escondidas en las paredes, el pueblo sufría una muerte blanca. Me quité las zapatillas Tacho todo. Grito con la boca cerrada y los dientes apretados. La hoja tallada con espirales azules me mira y espera.


Mientras sirvo cerveza en el vaso, la botella helada cubre mi mano de agujas mínimas. Tomo un sorbo y antes de que caiga el líquido en mi garganta siento el placer de esa picazón fría. Miro las líneas paralelas que cubren varias de las hojas. Ni siquiera sé dibujar, me digo y miro el puño cerrado. Me sorprende la piel oscura de mi mano, no sólo en el dorso sino también la palma. De tanto mirar por la ventana, mis ojos se acostumbraron a la luz de la calle, pienso. Una vez más, trato de escribir algo pero ni siquiera llego a la primera letra mayúscula. ¿Por qué esto se parece tanto a la soledad? Al menos, si no se parece, mi imposibilidad de escribir siempre invita a ese ser que le duele el desierto. Descubrirme sin talento me aleja de todo, me lleva a un lugar en el que ni siquiera hay arena a mi alrededor. Ignoro si es la suma de las dos angustias o es la misma la que se hace muerte. Entonces me acuerdo de un amor y se me olvida por qué no estoy con ella. Sirvo otro vaso. Salud, digo y brindo con la silla vacía. Mi sombra, que ya llegó a la columna, se ríe y hasta creo ver sus dientes blancos.


Termino de servir la espuma de la segunda botella. Ahora estoy seguro: soy negro. Pero sin matices, sin color ni brillo. Me paso la mano negra por el brazo negro: estoy cubierto por algo pastoso, como si la transpiración se hubiese mezclado con capas de mugre o de mi propia piel. Me levanto para ir al baño, tal vez pueda limpiarme. Cuando quiero dar un paso caigo al piso sin sentir el golpe. Trato de levantarme pero al parecer estoy más borracho de lo que creía. Me tranquilizo, tomo aire y vuelvo a hacer fuerza pero permanezco aplastado boca abajo, como si el techo y el piso fueran una misma cosa. Mi cuerpo de tan negro perdió volumen. Ni siquiera tengo espacio para llenar los pulmones y gritar. Cuando miro a mi alrededor en busca de ayuda, comprendo que todo está demasiado lejos. En la mesa que ocupaba hace unos segundos, mi sombra se pide un café, agarra mi birome y escribe con ansiedad sobre las hojas de mi novela.

Saturday, October 21, 2006

Tras el comentario perturbador de Ce* en la entrada anterior, dejo otras fotos que le dan la razón: todas las pompas (siempre quise escribir esta palabra) de jabón fueron forros (algo deformes) en su nacimiento. Alta paradoja.





Algunos, como yo, habrán pensado en botellas, globos, organismos unicelulares, hermosos universos jabonosos, pero una vez que leí la palabra forro ya no pude ver otra cosa. Sí, lo sé, tengo problemas.

Friday, October 20, 2006



El otro día charlaba con la punky acerca del universo. Tema amplio si los hay. Lo rescatable, además de todo lo flashero que puede ser el universo, fue nuestras diferencias con respecto a qué es lo que no podemos concebir. ¿Qué es lo que con sólo tratar de pensarlo nos vuela la cabeza? Yo no puedo entender cómo de partículas inorgánicas puede surgir vida. Sí sí, está ese caldo de cultivo donde todas las condiciones estában dadas y qué sé yo. Pero ¿cómo mierda dos granos de arena que se chocan en medio del océano pueden producir vida? Porque ése es el inicio, a partir de ahí toda la evolución y yo frente a la computadora escribiendo boludeces. Pero mi hermana punk dice que eso no la flaseha tanto sino el inicio de todo el universo. Claro, ella cree que tiene que haber un inicio porque si no se me angustia la muchacha. Que algo tiene que partir de la nada, que tiene que nacer. Yo creo que así como el universo se va expandiendo en algún momento se va a frenar hasta un sólo punto (el big crash) y ahí volvemos a empezar con un big bang y así. El universo como parte de una onda que tiene sus nodos en el big bang y el big crash, que vienen a ser la misma cosa.




No sé piensen ustedes y rómpanse el marote con estas boludeces. A mí ya me duele la cabeza.

Thursday, October 19, 2006

Hace unos días, con mis amigos (amigas, en realidad; los amigos se bajaron pronto del plan) decidimos que este fin de semana vamos a salir a bailar. Hace tanto que nadie sale con ese objetivo que no tenemos la menor idea de a dónde ir. ¿Ya no existen las fiestas pop? ¿O alguna fiesta de esa onda pero que se pueda caminar sin tener que recurrir a los codazos? Creo que vamos a tener que consultar con conocidos que no hayan roto la barrera de los 23 o por ahí. Tamos en el horno.

Monday, October 16, 2006


Crónica de sábado por la noche


El sábado salí a eso de las 8 de casa, rumbo al recital de Robbie Williams (sí, pueden empezar a emocionarse), me tomé el bondi que iba hasta las manos de gente, muchos eran los que iban a river, muchas eran minitas, la mayoría insoportables. Avancé hacia el fondo, hasta quedar junto a la puerta y vi a una chica hermosa. Pelo castaño enrulado, ojos también castaños con algo de ámbar y una mirada tan profunda que te dolía. Ojalá vaya al recital, pensé aunque sabía que era imposible: llevaba unos apuntes bajo el brazo. Bueno hagamos así. Bajo donde baje ella, le invito un café y llego unos minutos tarde a Robbie. O no voy a Robbie y listo. Qué importan los ochenta pesos si esa mirada me habla y me sonríe (por favor, sonreí). Boludo, te van a lastimar, me decía un hijoputa. No seas puto, le dije al puto de mierda, bajá y hacé algo. Tengo que ir al recital, dijo, si no me voy a arrepentir. Yo me voy a arrepentir. La chabona bajó, yo quedé en el bondi.

Minutos más tarde, todos bajamos del bondi y camninamos hacia river. Avancé por el túnel hasta salir al campo: el estadio enorme repleto de gente. Siempre que veo a tantas personas que se encuentran en un mismo lugar por mismo motivo pienso que el universo se dobla. Así como la masa de los planteas hace que el universo se deforme, una masa de voluntades todas dirigidas en el mismo sentido debe generar una fuerza de gravedad. Traté de avanzar hacia el escenario por el centro pero choqué contra la cuerpos compacatados. Fui hacia la derecha, pude adelantar unos metros pero otra vez me encontré con la pared de gente. Lejos, en el escenario, los chabones de la portuaria tocaban para 60 mil personas que no los escuchaban y que no querían escucharlos. Miré a mi alrededor: había tantos tipos como minas y muchas chaboncitas de metro cincuenta y pico que no veían ni las pantallas a los lados del escenario. Faltaba media hora para las diez.

Algo pasadas las diez apareció Robbie. Sin que yo siquiera pensara en mover los pies, todos avanzamos varios metros. Un grito enorme que parecía surgir de la tierra. El primer tema que recuerdo (no estoy seguro de que haya sido el primero del recital) fue Rock DJ y fue un caño. Lanzallamas en el pasillo del escenario que se adentraba entre la gente se encendían sincronizados al piso que golpeaba mis piernas. La masa de gente saltaba al mismo tiempo y aunque uno no quisiera moverse te levantaban del suelo. Esto va a estar bueno.

Robbie hacía todos sus chistes, caritas y sonrisas y le ponía todos las ganas. Y yo compraba todo. Las chaboncitas de metro cincuenta y pico se iban desmayando de a una o se escapaban del centro del campo hacia la periferia en busca de aire. El aire respirable estaba por encima del metro sesenta y cinco. Pasaron los hits (que me gustan todos) mientras las olas de gente me empujaban hacia adelante, llegué a un par de metros de la valla. En un momento el chabón pidió que apagaran las luces: el estadio negro. Saquen sus celulares y cámaras a la cuenta de tres. Miré a mi alrededor: hermoso universo en river.

Durante la última media hora tuvimos que levantar a un par de minitas desmayadas por encima de la gente que la hizo navegar hasta los de cruz roja. Angels me dejó sin voz y sin aire. Es cierto, es un tema para gritar. Con feel me pasó lo mismo pero creo que ya ni siquiera salía un sonido de mi garganta. Llegó el tema Kids. Los primeros acordes resucitaron mis piernas. Otra vez en el aire gritaba Jump on board, take a ride... El tema terminó a pleno, con columnas de fuego que se levantaban varios metros y la gente desaforada. Apareció robbie solito en el escenario y empezó a cantar a capella she´s the one. Una chaboncita que todavía no se desmayaba me dijo que si la subía, que no había visto nada en todo el recital. La subí a los hombros un par de minutos en los que se dedicó a gritar como una hijaputa. La bajé antes de que terminara el tema. Otra chaboncita me pidió que la subiera. Okas, hasta que termine este tema. Más gritos. Robbie dijo buenas noches, apagaron las luces del escenario y encendieron las del estadio. ¡¿Quéeee?! No podés terminarlo asíiii. Hijoputaaaa. Y así terminó.

Resto de la noche fue caminar hasta encontrar un taxi, ir a una fiesta en la que bebí mucho, la pasé bien y charlé con gente copada pero de la que tuve que irme antes de que empezara realmente para ir a otra fiesta que ya había terminado cuando llegué.

Kids de, claro, RW.

Friday, October 13, 2006

De a poco voy poniendo toda la música de sentarelculo en muevanelculo.


Ahí van a encontrar todos los temas juntitos pa que no tengan que andar buscando.

Thursday, October 12, 2006

Saqué una cuanta de la impronunciable Flickr: http://flickr.com/photos/70894878@N00/
Es algo redundante poner el link en el blog porque la mayoría de las fotos ya fueron publicadas acá. Pero no importa, tal vez alguien quiera verlas todas juntitas. Tal vez haga lo mismo con la música que subí, así no hay que ir buscando en textos viejos para encontrar un tema que se quiera escuchar.

En fin, les dejo Itchycoo Park de The Small Faces, un tema apropiado para toda la belleza que hay en el mundo.

Wednesday, October 11, 2006

Gracias a las gestiones de Don Pomi, tengo entrada para ver a Robbie Williams. No se molesten, era la única disponible. Y tupatupatupatupa.




Hace dos días mi computadora se apagó solita y no volvió a encender. Espero que sólo sea la fuente. Mientras intento arreglarla okupo la maq de majitus, que tiene un teclado donde todas las teclas parecen a punto de trabarse.
En estos dos días me di cuenta de la cantidad de tiempo que dedico a la compu y, en especial, a la net. Rojo y negro, libro gordo que había empezado cuatro o cinco veces y siempre lo dejaba por la mitad, lo leí en día y medio.
Pasaron quince minutos y ya me aburrí de estar frente a la pantalla.
Bueno, les dejo fotos pa que ustedes no se aburran.

chauuuuu.

Monday, October 09, 2006


Sábado a la noche, fiesta de majo, dos ambientes hasta las tetas de gente, música a pleno, muchísimo alcohol, yo vestido de musculosa, tiradores y corbata de colegial. Llega un amigo que quiero mucho pero que veo muy poco. Nos abrazamos y hablamos en la puerta que comunica los dos hambientes. Legan dos chicas muy bonitas, una saluda a mi amigo y me saluda.
- Yo a vos te conozco.
- ¿Si?- digo (ya todos presentimos que voy a dormir).
- Sí, de la fiesta de tal. Te la pasaste toda la noche bailando.
- Ah, sí, estaba un poco pasado. (en ese momento también estaba pasado)
- Bailás muy bien.
- ...
- Ella es mi amiga X (no recuerdo el nombre)
- Hola - digo sin mirarla y vuelvo a la conversación con mi amigo.
- Saludala - dice y señala a su amiga. Ahora sí miro, es muy bonita.
- ¿Qué tal?- beso en la mejilla a la chica y le pregunto a mi amigo cómo le fue en su presentación. Las chicas siguen al otro cuarto.

Sunday, October 08, 2006


Si si. Majo cumplió 27 y tupatupatupatupa. Cómo adoro a esta cronopita, bombachita punk, metalera vieja y tan dulce que me hace olvidar sus arrebatos mañaneros, único momento en que me dan ganas de pegarle una patada en el culo. Por suerte durante el resto del día su buena onda hiperquinética rebota por todas las paredes de la casa y uno se siente feliz con sólo compartir unos mates o una cocucha.

Te quiero, Majin.

Thursday, October 05, 2006



¿Qué hago levantado a esta hora?

Hoy, cuando volvía de mendoza anunciaron que íbamos a cruzar un "frente de tormenta". Como estaba muy boludo, empecé a reírme solo de la frente de la pobre tormenta y seguí con chistes tan malos como ése (espero que hayan sido todos en voz baja). Me reía cuando el primer sacudón hizo que se volcara mi vasito con agua. El segundo sacudón le arrancó un suspiro a "esa pobre vieja pelotuda que se asusta con cualquier cosa". El tercer sacudón sumó un coro de suspiros de "paranoicos de mierda por qué no viajan en bondi". El cuarto sacudón trajo un grito de "mujer histérica tenés que coger más". El quinto sacudón arrancó sonidos roncos de tipos "mirá si me voy a asustar por una boludez así". El sexto sacudón, el más pronunciado, una caída de unos cinco segundos, me hizo decir "qué loco morirse así". Por suerte le hablaba a la ventanilla. Veinte minutos más tarde llegué a una buenos aires bien asquerosa.

Wednesday, October 04, 2006




He vuelto pero al parecer más largo de lo que creía: tengo la sensación de que no termino de volver. Compartí la vida jiposa de mis amigos, vi la felicidad que se paseaba por ahí y ahora estoy acá sentado, en un intento vago (perezoso y poco definido) de transmitir algo de todo eso. Mi torpeza con las palabras comienza a asustarme, por suerte todavía me quedan las fotos.


Mañana escribo.