En mi familia, mi viejo es quien cocina. Mi vieja maneja las finanzas. Lo hace muy bien, a decir verdad. Pero de cocinar, nada. Así es como mis hermanas no cocinan y mi hermano y yo sí. El jueves llegué a lo de mis viejos y ni bien entré pude sentir ese aire que se instala en la casa cuando mi viejo está enojado. Silencio. Mi viejo no grita, no putea, no nada. Sólo se queda callado. En silencio se enoja, se entristece, se angustia. En silencio te quiere. Y en silencio consigue las cosas. Zarpado su nivel de manipulaión, si consideramos que apenas habla.
Decía que llegué a casa y estaba todo en silencio, ese silencio que no es la nada sino una nada bajo cero, una nada fría. La mayoría de las peleas de mis viejos (gritos unilaterales de mi vieja) son a causa del dinero. Nunca les faltó plata, en gran parte porque a mi vieja le encanta ahorrar. No es tacaña, sólo es mucho más feliz ahorrando que gastando, lo contrario que mi viejo. Por ejemplo, mi viejo hace las milanesas con lomo. Si tiene que hacerlas con peceto se pone de mal humor. Y mi vieja se pone de la cabeza cada vez que él va al súper. Grita hasta que se cansa y aplica su frase de cabecera: Bueno, hagan lo que quieran. Que quiere decir exactamente lo contrario, todos entendemos. Entonces, mi viejo se va a su cuarto y deja esa atmósfera helada. Así pasó la noche de navidad.
Mis hermanos empezaron a acusar a mi vieja que, como grita bastante fuerte, siempre parece la agresora. Por primera vez en mi vida, salí en defensa de ella. Es que recién ahora entiendo que mi vieja es la persona más sana de la familia. Sí, grita fuerte, se pone de mal humor fácil, es mandona y necesita estar en control de todo pero al menos habla, dice y grita. Mi viejo cocina. Cocina muy bien. Se preocupa por que haya un plato que le guste a cada uno y que esté echo con los mejores ingredientes. Es la forma que encontró para comunicarse. Eso es algo que mi vieja no puede entender.
Mis viejos chocan, se sacan chispas, no se entienden en un nivel muy evidente. Nunca se entendieron en esas cosas. Y aún así se quieren. Hasta podría decir que se aman. Es un amor que yo no podría sostener. Me canso de sólo verlos.