Friday, January 19, 2007


El primer libro que leí de Haruki Murakami, escritor posmo japonés, fue Al sur de la frontera, al oeste del sol y me pareció una mierda: best seller postmoderno. Mi hermana me regaló para una navidad Crónica del pájaro que da cuerda al mundo y tuve que reconocer que no sólo es un postmoderno asquersoso pero que a veces le sale escribir. Ahora estoy leyendo Kafka en la orilla y, ante mi horror, me doy cuenta de que hay algo de su postmodernidad que me gusta. No sé bien qué es.

Tengo una traducción bastante mala de Kafka en la orila, el tipo se pone explicativo, a veces incluso denso, y aún así su historia se abre paso a través de las propias limitaciones del autor. Eso me parece increíble. La historia es tan poderosa que rompe todos los obstáculos que le ponen en el camino. Tal vez lo mismo se puede decir de Gaijin. Mis limitaciones, al fin y al cabo, fueron vistas como virtudes porque la historia que me tocó contar era demasiado poderosa.

Creo que la verdadera virtud del tipo, además de la construcción de sus personajes que es de admirar, es su capacidad de unir historias a través de los eventos. Ahora que pienso es algo así como la relación sincrónica de la que escribí hace poco. Los dos libros que me gustaron tienen esto: las historias de sus personajes se unen no a través de la causalidad sino del sincronismo. Murakami tiene el talento de mostrarnos esa relación, engatusarnos (bien usada esta palabra, el tipo es fan de los gatos) y hacer que nuestras mentes positivistas le vean su lógica.

2 comments:

Anonymous said...

Mata es buenísimo que te hagas auto crítica literaria, sos un grosso!

paulenka said...

y, pero, no sé, sigo creyendo que una buena historia no es suficiente para salvar una novela-
todos tenemos historias poderosas por ahí rodeándonos...