Tuesday, April 28, 2009

El celular sonó cuando el mar ya lo había cubierto todo y la ciudad no era más que archipiélagos de islas cuadradas. Buen día, dijo M. La sonrisa de L dio el permiso y M la besó. La abrazó y trató de comer de aquel perfume, de guardar algo de ella. No, no te voy a dar mi teléfono, había repetido. Aquella noche dijo pocas cosas pero las repitió varias veces: me llamo L; por favor, no te enamores. Ella apretó el abrazo y lo apartó. ¿No podés quedarte a desayunar? No, tengo que irme, ya estoy tarde. Eran tan pocas las palabras que se habían cruzado que se vio obligado a creerle todo. ¿Cómo no creerle a un fantasma? Hacía pocas horas, M, casi sin poder sostener su borrachera, había seguido las indicaciones de un amigo y esquivado decenas de personas para llegar al baño del boliche. Llamó a la puerta, no escuchó nada, abrió y se encontró con una chica que terminaba de acomodarse la pollera. Disculpame. No, no te preocupes, ya terminé. M, inmóvil, había visto cómo aquellos ojos verdes se volvían cada vez más grandes hasta que se cerraron en un beso, que los dejó solos, en un boliche que se había vaciado. Después el taxi, el ascensor y la cama. L se puso de pie sobre el colchón, el pelo perfecto, como recién cepillado, y empezó a buscar su ropa. Se vistió: bombacha rayada a colores, pollera negra a lunares, corpiño y musculosa blanca. M también se visitó. No encontró una de las zapatillas, se puso ojotas. L tendió la mano y él no se la soltó ni para buscar las llaves en el bolsillo. Bajaron en el ascensor. Se besaron. Por suerte es el último piso, pensó M pero la planta baja golpeó como si lo despertara. Caminaron por el pasillo larguísimo salpicado de agua. M resbaló varias veces. Salieron en busca de un taxi. Buenos Aires llovía. Se quitó las ojotas y caminó descalzo, todavía de la mano de L. ¿Vas a dejar que sea la última vez nos veamos? Ella sonrió y cerró la puerta negra. M regresó a su casa preguntándose cuánto tardaría el cielo en ahogar la ciudad, cada punzada del azfalto repetida en gotas de lluvia.

2 comments:

Anonymous said...

mmmmmmmmm... que lindo escribis!
Un abrazo grande M.
L.

Mata said...

Abrazo para vos también.