Saturday, September 05, 2009

Ayer a la noche vi Walkabout de Nicolas Roeg. Una película hermosa. Es australiana y de los principios de los setenta. Trata de dos hermanos, una adolescente y un chico, que se pierden en el desierto australiano y van vagando por ahí hasta que los encuentra un nativo que los guía y les enseña a sobrevivir.
Por favor, vean esta pelicula. La fotografía es increíble, cierto es que los paisajes hacen gran parte del trabajo; las acutuaciones son muy buenas, sin contar que son dos adolescentes y un nene los que actúan; la historia es simple y de una potencia devastadora pero lo que se nota es el cariño que todos le tenían. Se nota desde todos los aspectos que la gente involucrada le tenía cariño a todo lo que se estaba contando. Por eso transmite cierta inocencia. Pero no la inocencia del no saber sino del saber demasiado, a la que se llega después de haber recorrido mucho. Voy a hacer una crítica, porque soy un impertinente y por ganas de molestar: algunas escenas que comparan la vida de ciudad con la del desierto estropean la poesía que se venía contando. Cierto es que tener presente el contraste suma a la cuestión pero a veces lo hacen con torpeza.

La escena que inicia el viaje es zarpada, a lo Visitor Q. Y también como la peli de Miike, la escena que lo termina es de una belleza que dan ganas de llorar.
Eso, estoy escribiendo esto y dan ganas de llorar.

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