Tuesday, September 18, 2007

J. me había dicho que Ozu era uno de los diez mejores directores de la historia. Entonces no me quedó más remedio que tratar de bajar alguna de sus películas. Cosa no demasiado difícil pero que tomó dos semanas en llegar a mi compu. Y como sabemos, dos semanas en la era de la banda chancha es una bocha.
Bueno, ayer vi Late Spring con la compañía de Ari. Me gustó mucho pero quiero detallar algunas cosas. Empieza con los títulos sobre fondo gris (gris porque es una peli blanco y negro), que ya anuncian, durante unos cuatro minutos que no pasa nada además de letras que no entiendo, "peli lenta como pocas que haya visto". Llegamos a la primera escena: ceremonia del té. Cuatro, cinco mujeres sentadas en ronda que no hablan porque, claro, están en la ceremonia del té. Pero lo que pasa es que esta escena dura otros cinco minutos donde se muestra en detalle la delicadeza de cada gesto. De todas formas, desde el vamos se nota que el Ozu tiene una fotografía muy cuidada. En esta escena donde todas las personas están sentadas o arrodilladas en el piso, la cámara mira desde abajo, como si fuera un nene o alguien acostado contemplando lo que pasa. Mitad de la película está hecha de esta forma, otro tercio con una fotografía muy bonita y sólo me molestaron algunos primeros planos al mejor estilo de telenovela argentina(o sea: primer plano de Personaje Uno que pregunta; primer plano de Personaje Dos que contesta y pregunta; primer plano de Personaje Uno que responde) Otra cosa que me pareció rara es que todos los planos tenían nada de profundidad de campo (la mayor parte de la escena fuera de foco), no sé si por imposibilidad técnica o como recurso, y además el foco nunca se movía (y creo que la cámara tampoco).
A ver, pasemos a lo que me importa. Dejamos de lado otras escenas interminables (como la del teatro Noh) y pasemos al argumento. La historia es muy simple, incluso ingenua, y aún así te lleva y ayuda a atravesar la lentitud, una mirada para nosotros ya caduca y algunas actuaciones desesperantes (no sé si en esa época era así nomás, pero la mina no para de sonreír como si estuviera drogada). La cosa viene así: una mina vive con su padre, que quiere que se case de una vez por todas; pero la mina quiere tanto al padre que no quiere irse. El relato nos hace suponer que no se casa por algo de miedo por la vida que desconoce y, más que nada, por la relación edípica (para nosotros espectadores freudianos) con el viejo. Además, si ella se casa, seguro el padre se vuelve a casar, algo inmoral para la muchacha (y otra vez edipo). Todavía no sé bien por qué me gustó, pero la verdad que me quedé con la sensación de haber visto una muy buena película. Tal vez porque, pese a la actuación de la mina, logró que me creyera todo lo que me contaba.
Además, Ari, como siempre, lloró con la peli. Es algo que me gusta de ella: siempre logra compenetrarse con lo que sea que esté apreciando, sea película, música, libro, pintura. Aunque a veces esa sensibilidad la lleva a no soportar algunas historias porque le hacen mal. La he visto dejar libros por la mitad o salir del cine con la frase: "Te espero en el café de la esquina".

PD: por lo de "uno de los mejores direcotores de la historia", esta peli no me convenció pero sí logró que quiera ver más cosas del chabón. Ya veremos.

PPD: quien quiera ver la peli pero no quiera saber el final deje de leer ahora.

escena de la peli que me ganó el corazón:
La hija al final se casa. El padre está triste porque la hija se va pero feliz porque sabe que es lo mejor para ella (claro que esto no está explicado), entonces el tipo, con una sonrisa, mira por la ventana iluminada por el sol y dice: - Mañana va a ser otro día hermoso.

7 comments:

Mirta said...

Cada vez que decís:
"si lo quieren ver/ leer /escuchar/etc..., a partir de acá no lean más..." o algo así,
NO PUEDO EVITAR LEERLO IGUAL.

Mata said...

o. m. : tons cómo hago? uh, ya sé se me acaba de ocurrir una. (ja, te morís por saberla)

Anonymous said...

malvado.

paulenka said...

te expliqué lo de la cámara a la altura que representa una persona sentada en el tatami (o como se llame el almohadoncito). es cine japonés

y fijate porque el Ozu era un borrachín y le gusta poner borrachines.

a mí me parece que logra las mayores profundidades a través de esas distancias y "miradas caducas" (muy feo, esto, mata, muy muy feo) porque justamente, cuenta los sentimientos con imágenes, y no con palabras.

Mata said...

J: cierto, j, me habías dicho eso de la cámara, pero me pareció que estaba un poco más abajo aún, al menos en esta peli.

Mirada caduca de la historia, caduca para nosotros que vivimos sesenta años después de la filmación de la película y somos occidentales a los que se nos dificulta sentir un matrimonio arreglado y lo que significa que la única hija (encima hija) abandone al padre. No me refería a la mirada como director que, por otra parte, es lo que me sedujo de la película.

y ya que estamos en el tema, lo del diafragma bien abierto y que nunca mueva el foco es a propósito?

paulenka said...

que no soy J, soy yo!

y el conflicto varía pero el trasfondo es el mismo - el cambio como momento de enfrentarse a los miedos, o no.

el otro día vimos la peli para poder contestarte mejor, ji ji

Mata said...

P: sí, vos, que sos vos. Cherto, el tema es miedo al cambio y trasciende cualquier tiempo.
Le preguntás a J lo de la cámara? Si está aún más abajo y lo del foco?.