Tuesday, June 10, 2008

Ayer vi La nube errante de Tsai Ming-liang. Me gustó. Más que nada me dejó pensando en esa capacidad que tienen ese grupo de directores (Miike, Kim Ki Duk, Kitano, no se me ocurre ninguno occidental) de hacerse cargo de una historia y contarla con todas las escenas necesarias para contarla, sin escatimar nada.
A ver, empecemos por otro lado. Estoy seguro de que la mitad de las escenas provocaron risas incómodas en muchos espectadores de este lado del mundo. No sé bien de dónde surgen, tal vez del propio miedo al ridículo. Pero lo cierto es que en esta película no hay nada de ridículo. No es una mirada sarcástica la que se muestra, sino la más pura sinceridad. El director se liberó de todos los tapujos para mostrar una historia de amor y descubrirnos la belleza de la que son capaces las personas.
Me encantaría tener la capacidad de usar los extremos de la humanidad para contar algo. Cuando veo estas películas me da la sensación de que siempre me quedo por el medio.

1 comment:

paulenka said...

otra vez hablando de "la humanidad"... fijate, no sé...