Thursday, March 25, 2010

Día dos:

"Como soy un sonso, alquilé una bici sin cambios para subir 6km de camino de serruchito hasta la base de las siete cascadas. Cuando llegué con las piernas a la miseria una chica me hizo firmar una lista. Es para tener registro de quien sube, cuando bajás, tachás tu nombre, dijo. ¿Sabés dónde están los guías?, quise saber porque ya lo pintaba fiero. Están en reunión. Bueh, no me quedaba otra que encarar. Fui al lecho del río y seguí el sendero de agua. Pensé que era lo más razonable y tardé una hora y media en darme cuenta de mi error. Me perdí. Me perdí perdido. Muy lindo el paisaje pero atardecía y no quedaba mucho tiempo de luz. De pedo volví a encontrar el camino, la primera cascada, la segunda pero nunca llegué a la tercera que se supone que es la más copada. Bueh, no se supone, supongo yo. Hacía un par de horas que no veía a nadie y me agarró cagazo así que empecé a bajar. Y entonces vi un paisaje maravilloso. Todo el valle iluminado de naranja y la sombra de la montaña que de a poco se iba comiendo el amanecer. Pelé cámara y, claro, no tenía más película. Probé con el celular que hizo lo que pudo"

"Al fin llegué a la base y taché mi nombre para confirmar que no me había muerto. Agarré la bici y pasó algo que me hizo olvidar del cansancio: no tenía que pedalear. 6 km en bajada sobre ese camino con saltos y derrapes."

"Acabo de descubrir qu en el Norte me pongo en pedo fácil. Y también descubrí la razón: la bebida te la traen al toque pero con la comida se toman su tiempo"

"No sé cuántas voy, pero tengo esta sospecha: las empanadas salteñas pueden romper con lo indefinido del infinito" (la verdad que no sé qué quise decir)



PD: al final quedaron bien las fotos-celular.

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