Crónica de sábado por la noche
El sábado salí a eso de las 8 de casa, rumbo al recital de Robbie Williams (sí, pueden empezar a emocionarse), me tomé el bondi que iba hasta las manos de gente, muchos eran los que iban a river, muchas eran minitas, la mayoría insoportables. Avancé hacia el fondo, hasta quedar junto a la puerta y vi a una chica hermosa. Pelo castaño enrulado, ojos también castaños con algo de ámbar y una mirada tan profunda que te dolía. Ojalá vaya al recital, pensé aunque sabía que era imposible: llevaba unos apuntes bajo el brazo. Bueno hagamos así. Bajo donde baje ella, le invito un café y llego unos minutos tarde a Robbie. O no voy a Robbie y listo. Qué importan los ochenta pesos si esa mirada me habla y me sonríe (por favor, sonreí). Boludo, te van a lastimar, me decía un hijoputa. No seas puto, le dije al puto de mierda, bajá y hacé algo. Tengo que ir al recital, dijo, si no me voy a arrepentir. Yo me voy a arrepentir. La chabona bajó, yo quedé en el bondi.
Minutos más tarde, todos bajamos del bondi y camninamos hacia river. Avancé por el túnel hasta salir al campo: el estadio enorme repleto de gente. Siempre que veo a tantas personas que se encuentran en un mismo lugar por mismo motivo pienso que el universo se dobla. Así como la masa de los planteas hace que el universo se deforme, una masa de voluntades todas dirigidas en el mismo sentido debe generar una fuerza de gravedad. Traté de avanzar hacia el escenario por el centro pero choqué contra la cuerpos compacatados. Fui hacia la derecha, pude adelantar unos metros pero otra vez me encontré con la pared de gente. Lejos, en el escenario, los chabones de la portuaria tocaban para 60 mil personas que no los escuchaban y que no querían escucharlos. Miré a mi alrededor: había tantos tipos como minas y muchas chaboncitas de metro cincuenta y pico que no veían ni las pantallas a los lados del escenario. Faltaba media hora para las diez.
Algo pasadas las diez apareció Robbie. Sin que yo siquiera pensara en mover los pies, todos avanzamos varios metros. Un grito enorme que parecía surgir de la tierra. El primer tema que recuerdo (no estoy seguro de que haya sido el primero del recital) fue Rock DJ y fue un caño. Lanzallamas en el pasillo del escenario que se adentraba entre la gente se encendían sincronizados al piso que golpeaba mis piernas. La masa de gente saltaba al mismo tiempo y aunque uno no quisiera moverse te levantaban del suelo. Esto va a estar bueno.
Robbie hacía todos sus chistes, caritas y sonrisas y le ponía todos las ganas. Y yo compraba todo. Las chaboncitas de metro cincuenta y pico se iban desmayando de a una o se escapaban del centro del campo hacia la periferia en busca de aire. El aire respirable estaba por encima del metro sesenta y cinco. Pasaron los hits (que me gustan todos) mientras las olas de gente me empujaban hacia adelante, llegué a un par de metros de la valla. En un momento el chabón pidió que apagaran las luces: el estadio negro. Saquen sus celulares y cámaras a la cuenta de tres. Miré a mi alrededor: hermoso universo en river.
Durante la última media hora tuvimos que levantar a un par de minitas desmayadas por encima de la gente que la hizo navegar hasta los de cruz roja. Angels me dejó sin voz y sin aire. Es cierto, es un tema para gritar. Con feel me pasó lo mismo pero creo que ya ni siquiera salía un sonido de mi garganta. Llegó el tema Kids. Los primeros acordes resucitaron mis piernas. Otra vez en el aire gritaba Jump on board, take a ride... El tema terminó a pleno, con columnas de fuego que se levantaban varios metros y la gente desaforada. Apareció robbie solito en el escenario y empezó a cantar a capella she´s the one. Una chaboncita que todavía no se desmayaba me dijo que si la subía, que no había visto nada en todo el recital. La subí a los hombros un par de minutos en los que se dedicó a gritar como una hijaputa. La bajé antes de que terminara el tema. Otra chaboncita me pidió que la subiera. Okas, hasta que termine este tema. Más gritos. Robbie dijo buenas noches, apagaron las luces del escenario y encendieron las del estadio. ¡¿Quéeee?! No podés terminarlo asíiii. Hijoputaaaa. Y así terminó.
Resto de la noche fue caminar hasta encontrar un taxi, ir a una fiesta en la que bebí mucho, la pasé bien y charlé con gente copada pero de la que tuve que irme antes de que empezara realmente para ir a otra fiesta que ya había terminado cuando llegué.
El sábado salí a eso de las 8 de casa, rumbo al recital de Robbie Williams (sí, pueden empezar a emocionarse), me tomé el bondi que iba hasta las manos de gente, muchos eran los que iban a river, muchas eran minitas, la mayoría insoportables. Avancé hacia el fondo, hasta quedar junto a la puerta y vi a una chica hermosa. Pelo castaño enrulado, ojos también castaños con algo de ámbar y una mirada tan profunda que te dolía. Ojalá vaya al recital, pensé aunque sabía que era imposible: llevaba unos apuntes bajo el brazo. Bueno hagamos así. Bajo donde baje ella, le invito un café y llego unos minutos tarde a Robbie. O no voy a Robbie y listo. Qué importan los ochenta pesos si esa mirada me habla y me sonríe (por favor, sonreí). Boludo, te van a lastimar, me decía un hijoputa. No seas puto, le dije al puto de mierda, bajá y hacé algo. Tengo que ir al recital, dijo, si no me voy a arrepentir. Yo me voy a arrepentir. La chabona bajó, yo quedé en el bondi.
Minutos más tarde, todos bajamos del bondi y camninamos hacia river. Avancé por el túnel hasta salir al campo: el estadio enorme repleto de gente. Siempre que veo a tantas personas que se encuentran en un mismo lugar por mismo motivo pienso que el universo se dobla. Así como la masa de los planteas hace que el universo se deforme, una masa de voluntades todas dirigidas en el mismo sentido debe generar una fuerza de gravedad. Traté de avanzar hacia el escenario por el centro pero choqué contra la cuerpos compacatados. Fui hacia la derecha, pude adelantar unos metros pero otra vez me encontré con la pared de gente. Lejos, en el escenario, los chabones de la portuaria tocaban para 60 mil personas que no los escuchaban y que no querían escucharlos. Miré a mi alrededor: había tantos tipos como minas y muchas chaboncitas de metro cincuenta y pico que no veían ni las pantallas a los lados del escenario. Faltaba media hora para las diez.
Algo pasadas las diez apareció Robbie. Sin que yo siquiera pensara en mover los pies, todos avanzamos varios metros. Un grito enorme que parecía surgir de la tierra. El primer tema que recuerdo (no estoy seguro de que haya sido el primero del recital) fue Rock DJ y fue un caño. Lanzallamas en el pasillo del escenario que se adentraba entre la gente se encendían sincronizados al piso que golpeaba mis piernas. La masa de gente saltaba al mismo tiempo y aunque uno no quisiera moverse te levantaban del suelo. Esto va a estar bueno.
Robbie hacía todos sus chistes, caritas y sonrisas y le ponía todos las ganas. Y yo compraba todo. Las chaboncitas de metro cincuenta y pico se iban desmayando de a una o se escapaban del centro del campo hacia la periferia en busca de aire. El aire respirable estaba por encima del metro sesenta y cinco. Pasaron los hits (que me gustan todos) mientras las olas de gente me empujaban hacia adelante, llegué a un par de metros de la valla. En un momento el chabón pidió que apagaran las luces: el estadio negro. Saquen sus celulares y cámaras a la cuenta de tres. Miré a mi alrededor: hermoso universo en river.
Durante la última media hora tuvimos que levantar a un par de minitas desmayadas por encima de la gente que la hizo navegar hasta los de cruz roja. Angels me dejó sin voz y sin aire. Es cierto, es un tema para gritar. Con feel me pasó lo mismo pero creo que ya ni siquiera salía un sonido de mi garganta. Llegó el tema Kids. Los primeros acordes resucitaron mis piernas. Otra vez en el aire gritaba Jump on board, take a ride... El tema terminó a pleno, con columnas de fuego que se levantaban varios metros y la gente desaforada. Apareció robbie solito en el escenario y empezó a cantar a capella she´s the one. Una chaboncita que todavía no se desmayaba me dijo que si la subía, que no había visto nada en todo el recital. La subí a los hombros un par de minutos en los que se dedicó a gritar como una hijaputa. La bajé antes de que terminara el tema. Otra chaboncita me pidió que la subiera. Okas, hasta que termine este tema. Más gritos. Robbie dijo buenas noches, apagaron las luces del escenario y encendieron las del estadio. ¡¿Quéeee?! No podés terminarlo asíiii. Hijoputaaaa. Y así terminó.
Resto de la noche fue caminar hasta encontrar un taxi, ir a una fiesta en la que bebí mucho, la pasé bien y charlé con gente copada pero de la que tuve que irme antes de que empezara realmente para ir a otra fiesta que ya había terminado cuando llegué.
Kids de, claro, RW.
2 comments:
uh loco, qué lunita.
yo digo q te tendrías q haber bajado en la parada de la mina. o haber subido a tus hombros alguna niña bonita. pero no ayuda, lo que hacés no ayuda. Encima dps deambulás por fiestas que no son más que vísperas u ocasos.
no mata, así no, no rifes más oportunidades.
al fin volviste a escribir!
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