Tuesday, December 05, 2006

Hace diez días empezó a dolerme el oído derecho (sí, ya fui al médico) y hace cinco que lo tengo tapado. Sólo ayer me di cuenta de todo lo que te aísla la pérdida de los sentidos. Y esto es sólo un oído, y está sólo en parte tapado. Pero ya se generó un mecanismo en mi mente que se resigna a no oir lo que se genere por el lado derecho, hay una parte del mundo que casi no oigo y eso me hace sentir leeeeejosss. Cuando hablo frente a frente con alguien, siento que en realidad mis palabras no salen de mi boca, que en realidad no las estoy diciendo, como si leyera en lugar de hablar. Durante estos días hubo momentos en los que sólo era testigo de mi vida. Esto es algo que me suele pasar pero ahora es algo físico. Como dice Baricco en Seda: "Vivía su vida como los demás miramos la lluvia" Por ejemplo ayer: iba en bicicleta muy tranquilo, casi sin esfuerzo y me miraba pedalear y avanzar cuadras, y mirar era lo único que en realidad estaba haciendo, cualquier otra acción era de ese otro. Tan así fue que me pasé unas cinco cuadras de donde tenía que doblar, dos veces en el mismo trayecto. Miro mi vida como quien está en la parada del bondi o a la espera de un tren y no tiene otra cosa que hacer que mirar a ese tipo que mira las revistas del puesto.
Mañana voy otra vez al médico.

2 comments:

Anonymous said...

¿Ser testigo de tu propia vida no es algo así como verte desde el lugar de otro? Y si te estás viendo como si miraras a otro, ¿no se te cumplió el deseo de SER otro? Sí, ya sé, la vida tiene un extraño sentido del humor... no era exactamente un dolor de oído ni un sentirte distante de vos mismo lo que querías, pero nadie dijo que no se genera a veces un telefono descompuesto con el universo.
PD: sí, me fui al carajo, pero es que estoy en espera en una llamada y me aburroooo

Anonymous said...

lo de menos es si eres o no testigo de bla bla bla.... tenés que destaparte ese oìdo antes que te altere el equilibrio y te provoque vértigo, eso sí que es horrible.