



Esta mierda va tan rápido que me marea. Es que cruzamos por el medio de la ciudad a los pedos y se ven los edificios y casas pasar a pocos metros de la ventana. Están demasiado cerca, conchasumadre. Ah, me acordé qué quería contarles. Un poco de moda tokyota pa uds. Además de muchas minitas hermosas lo que tiene de agradable este lugar es que esas minitas usan unos shorcitos pequeños pequeños. No les importa que sea invierno. Mejor porque lo pueden combinar con unas medias largas hasta arriba de la rodilla. Yo estoy más que a favor. No sé, tienen una forma muy particular de vestirse. Me da la sensación de que están como 8 pasos delante de Palermo joliud. Otra cosa que vi es a tipos con broches en el pelo. Esos broches largos que parecen picos de algún pájaro. Y no, no son putos. Eso me lleva a la otra reflexión. Esta sociedad, con todas sus censuras y represiones parece estar preparada para una sexualidad más madura. Al menos en algunos de sus aspectos. Lo femenino y masculino tienen fronteras más permeables, por empezar. El otro día vi a una mina (que estaba re buena) que era mina desde los 14 años, antes de eso había sido un chico. Creo que no estaba operada ni nada. Es una cantante bastante exitosa. Y la cosa es que acá no se lo toman como un fenómeno. No es que es un personaje super extrovertido o controvertido, como puede ser Florencia de la V, sino una minita que canta bien. El otro día vimos una peli del estudio Ghibli y uno de los personajes no tenía género, al menos no diferenciable. O lo que es lo mismo, tenía los dos géneros. Ya vi otros anime y manga que tienen personajes así, pero es sólo una característica más. No se juzga a nadie por ser alto, bajo, de pelo corto o transexual. Al menos, dan esa impresión. Y eso me parece maravilloso.
Pah, esta mierda va a los re pedos.
Ayer con chitose decidimos ir al barrio chino que queda en Yokohama, extremo sur de la megametrópolis de Tokio. Tan al sur que queda en otra provincia, aunque sea la continuación de la misma ciudad. Bien, para llegar, tuvimos que tomarnos cuatro trenes (entre trenes y subtes) y hacer sus combinaciones. El barrio chino estuvo bien, lleno de chinos supuestamente, aunque no los diferencio de los japoneses al menos que hablen. Pero se puede confiar en que fueran chinos, si de todas formas sobran en el mundo. En fin, dejando de lado la tasa de natalidad asiática vuelvo a lo de los subtes. Tokio tiene en total 18 líneas entre subtes y trenes. Esto sin contar las líneas que salen de Tokio hacia otras provincias, como el shinkansen (tren bala, sisi hagan sus chistes) que me estoy por tomar. Mi tren sale a las 11:03. Esto es: llega a la estación a las 10:53 y sale a las 11:03. Esperen que me perdí. Ah sí, fuimos al barrio chino donde me compré una de esas camisas chinas que tanto me gustan. Después fuimos a la casa de una amiga de chitose para la cena y de ahí volvimos a la casa. En total nos tomamos 9 trenes entre todas las combinaciones, idas y vueltas.
Ayer también vi usos del celular que no conocía. Además de las funciones que todos conocen de filmar, sacar fotos y esas cosas que a mí todavía me parecen una maravilla, acá usan el celular para casi todo. Tienen Internet, para empezar. Ayer, por ejemplo, chitose puso la estación donde estábamos y a la que queríamos ir, para que el celu le dijera no sólo cuál era la mejor combinación para hacer sino cuántos minutos se tardaba. También vi a una mina con un celu que está de moda, que es para chicas más que nada, porque funciona como espejo. Primero entró al subte usando el celular como pase. El molinete (que no es molinete) puede lee el celular que podés cargar con crédito para que te sirva de pase en los medios de transporte. Bueno, éste tiene una pantalla grande que gira para ponerse horizontal y una cámara que mira hacia uno. Entonces, en el tren uno puede ver minitas que se maquillan mirándose al celular.
Bueno, me voy, que tengo miedo que el bala ese me deje pagando.
Uh, casi la cago. Me subí cuando mi reloj marcaba 10:55 pero el tren arrancó cuando marcaba 10:59.