Pueblo 2 (Azul). Día 3 y 4.
Sí, todos lo sabíamos: no logramos levantarnos para ir al teatro. Eran como las 2 de la mañana cuando salimos a buscar algo de comer. Entonces sí que estábamos en el horno. ¿Dónde íbamos a conseguir comida a esa hora en Azul? Dimos varias vueltas hasta que se nos ocurrió preguntar en el pool amigo. Sí, tenemos empanadas. Jooosha. Mande a marchar 3 de jamón y queso y 3 de carne. Chicos, soy X (no recuerdo el nombre de la moza). Cualquier cosa que necesiten me avisan. Pero no dejen el dinero sobre la mesa que eso acá no se acostumbra. Ta bieeen, ya entendimos. Trajeron empanadas de pollo y entibiadas al microondas. Llamamos a la moza que nos las cambió por otras empanadas un poco más frías. Bebimos sólo una cerveza y jugamos al pool en una mesa que se quedaba quietita. Tal vez por eso apestamos y tardamos montón en jugar sólo dos fichas. Volvimos pronto al hotel y nos mudamos a la única cama que quedaba sin usar.
Nos levantamos temprano para tomar el desayuno, que fue mucho mejor de lo esperado. Un café con leche y medialunas que estaban muy bien. Miramos la lluvia, que ya se había vuelto costumbre, y a los otros pasajeros. Cosa extraña: había bastante gente. ¿Dónde estaban metidos? Como somos muy inteligentes, después del desayuno y antes de partir para Buenos Aires, pasamos por la oficina de turismo. Fue ahí que nos enteramos de que hay unas cierras copadas para ver, el camping municipal, el parque municipal, la biblioteca de quijotes y demases. Ni modo, tendré que volver a Azul. Hicimos a tiempo para visitar el cementerio y el parque municipal. A la entrada del cementerio está tremendo Arcángel (creo que es un arcángel) de Salamone, con su espada y sus alas. La verdad es que sorprende. Ves alrededor las casas bajas, las calles casi vacías, la sensación de pueblo y ahí en el medio el señor Arcángel y, detrás de él, la puertota de cemento y piedra. Seguimos al parque municipal. La entrada también fue diseñada por Salamone y se nota por esa geometría monolítica y el diseño del parque es de Thays, el mismo del parque Centenario, el Jardín Botánico, las Barrancas de Belgrano, etc. Así que muy pero muy lindo. Hasta tiene un trencito, que claro que en ese momento no estaba funcionando. Sacamos varias fotos pero en ese momento ya sabía que no iba a lograr captar tantos colores. Nos despedimos de Azul y arrancamos para Buenos Aires.
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