Monday, December 22, 2008

Siempre digo que escribir es lo único en lo que logro ser sincero pero en realidad, hasta ahora, no había entendido cuál era el mecanismo. Escribo para poder engañarme, para esquivar mis negaciones, mis censuras, mis miedos. Es la única forma que encuentro para llegar a mi ser más profundo.
Mi cabeza es una flor de hija de puta; siempre bloqueando, durmiendo, empañando lo que realmente quiero alcanzar. Por eso necesito engañarla. Porque cuando estoy cerca de algo, las palabras se escabullen, me olvido de lo que quería decir o surge algo totalmente distinto. Entonces, tengo que dar un gran rodeo: repartir pesos en diferentes personajes, desarticular hechos en varias escenas, cocinar con los ingredientes bien separados, para que mi inconciente no sepa hacia dónde voy a patear.
Las órdenes nacen, pasan, se traducen y terminan en la misma cabeza que trato de evitar: es casi imposible. Pero por suerte siempre hay grietas.
Lo fundamental surge de las grietas.

villa ventana 30

1 comment:

Anonymous said...

"La palabra fue dada al hombre para ocultar su pensamiento" R.R. Malagrida (Epígrafe de un capítulo del rojo y el negro de stendhal.) Tienes razón respecto a las oscuras motivaciones de la escritura. ¿Las grietas? Interesante... De hecho sin las grietas el arte en conjunto sería inexistente.
Miraba atento una ventana. Al tiempo que la observaba repetía una y otra vez ventana ventana ventana... Luego de un rato la palabra, con sus tres sílabas, se convirtió en un sinsentido. Hasta que de pronto, cuando ya me había acostumbrado al vidrio absurdo, surgió una grieta.