Thursday, January 29, 2009


De chico me preguntaba por qué era tan fácil saber cuando uno estaba despierto y tan difícil entender que algo era un sueño. Mi hermana, toda misteriosa y con la crueldad de los adolescentes, me dijo: ¿Qué sabés si esto no es un sueño?. Y ahí me la cagó. Empecé a flashear. Pellizcate, me dijo. ¿Cómo? Que te pellizques así sabés. No, no quiero. Me daba terror decubrir que todo era un sueño. Ella se dio cuenta y empezó a perseguirme. Me acuerdo que yo corría mientras empezaba a llorar. No entendí la hijadeputez, no tanto de mi hermana sino de algunos sueños o de la realidad, hasta mucho tiempo después. En otra ciudad, me había tomado un bondi que me dejó en cualquier parte, en medio de un descampado (sí, estaba en pedo). Hacía un frío de cagarse, el asfalto sonaba a escarchado en cada paso. Creí reconocer un camino y empecé a correr. El vapor que salía de mi boca me humedecía de poco las mejillas, el viento me cortaba en los ojos. Corrí y corrí pero no parecía avanzar, el descampado era siempre el mismo. Entonces me acordé de mi hermana. Pensé en pellizcarme pero en vez de eso corrí más rápido. En algún momento, gracias al instinto del borracho, llegué a la casa donde me estaba quedando.

Ahora que lo pienso creo que nunca me pellizqué en mi vida.

1 comment:

fraann said...

mataa
sabes si sigue habiendo kung fu en vacaciones?
hoy fui despues d muchos dias y me dijieron que hacia mucho que no veian a nadie de kung fu,
:(
un abrazooo