Tuesday, November 14, 2006
Es así. Para que vea alma en las cosas que escribo, tiene que ser algo que me toque de cerca, algo que pueda sentir, dolor o alegría, pero sincero y real. Soy conciente de que es imposible separar el el texto del autor, pero mi caso ya es demasiado. Ahora escribo el cuento de un cocinero y no hay forma de hacerme creer que yo no soy ese chabón y que su viejo no es mi viejo. No importa cuánto traslade las acciones, los personajes y la geografía, esa historia es mi historia. Hay algo de pelotudo en todo esto. Esa necesidad de mostrar el diario íntimo que nunca tuve y hacerme el que no me importa. Tal vez porque estoy seguro que a todos les pasa las mismas cosas que a mí. Tengo la certeza de que leer una idiotez que se pensó en una tarde de cerveza crea una conexión entre las personas. Todos piensan esas boludeces, me digo y es como el permiso que necesito para escribirlas. Pero la verdad es que nunca pregunté si a los demás les pasa. Tengo miedo a preguntar. Tal vez me encuentre real y sinceramente solo.
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2 comments:
estás solo.
tanto, que fijate: este comentario lo hiciste vos mismo. te cambiaste el apodo, entraste desde otra compu, pero sos vos, quiero decir yo.
jajaja genial !
mata: no me deprimas.
y subi algunas fotos que a esto le esta faltando color.---
besos y love / mirta
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