Hoy pasó a visitarme quien sería Andrea. Bajé los ocho pisos y, mientras caminaba por el pasillo de como treinta metros, miraba a mi ex, a mi amiga, parada en la puerta de calle. Con cada paso se formaba una idea en mi mente. La luz debía hacer un largo recorrido desde la salida hasta donde yo estaba, el sol se agachaba y miraba con un ojo cerrado a través del pasillo. Cuando estaba a pocos metros comprendí la certeza que había nacido desde mis pies y había subido como enredadera hasta mi boca. No puedo creer que hayamos sido pareja, dije antes de saludarla. Boludo, estaba pensando exactamente lo mismo, dijo sin saludarme. Esos cinco años de conocernos todos los días y los dos años de convivencia se habían convertido en un abrazo. Rodear su espalda con mis brazos, cerrar los ojos y sentir mejilla contra mejilla. Eso era todo. Es extraordinario cómo nuestra mente, nuestra alma, nuestra panza (todo siempre pasa por la panza) son capaces de sintetizar tantos años de nuestra propia historia en unos pocos segundos. Porque ahora, todos esos elementos que durante años dieron razón a mi vida se habían mezclado, dejado madurar y cocinado a horno muy lento para formar una relación que sólo espera un abrazo del otro. El abrazo más sincero que puedo dar, el abrazo más sincero que vaya a recibir.
Dejo Hooked on the feeling de B J. Thomas.
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2 comments:
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