Hoy quedé encerrado entre barrotes de llovizna. Sólo salí a comprar coquitos, Altísimo Alimento, para mi té matutino.
Al despertar, miré la biblioteca y no había ningún reflejo del sol. Seguro son como las 11, puta madre (me había acostado a las 3). Pero no, eran las 8 am. Joya, me dije. Sabía que mi compañera no llegaba hasta las cinco de la tarde. Decidí estar en pelotas por la casa: felicidad. Qué lindo es estar en pelotas. No sé por qué la humanidad pensó que debía estar vestida cuando no era necesario. Bastante boluda la humanidad. Oía la lluvia afuera mientras escuchaba música (ahora les pongo un tema). Y pensaba qué pasaría si mi compañera llegara en ese momento: nada. No pasaría nada. Me vestiría, pero sin ningún escándalo. El otro día hice la primera sesión posta de desnudos, la vez anterior había sido improvisada y le había sacado a mi ex cuando ya era mi ex. Esta vez, una amiga me dijo de hacer una sesión y yo justo tenía muchos rollos para usar. Estuvimos laburando cuatro horas, 60 fotos: 36 en 35mm y 24 en 6x6. Muchas salieron hermosas. Y mientras armaba cada toma veía la belleza de su cuerpo, de las curvas y las sombras. El cuerpo humano es maravilloso, el de la mujer más. Y todos los días nos privamos de algo de esa belleza. Todavía no digo que estemos en pelotas siempre, pero sí me pregunto por qué no. Además de las razones obvias como que nuestra sociedad tiene un tratamiento de la sexualidad algo precario, no encontré más razones. Tal vez nos falta evolucionar. Sentado en el sillón de casa, pensaba en estas boludeces cuando tocaron el timbre. Me vestí. Era un amigo, un hermano para mí. Fuimos a buscar los coquitos, subimos. Charlamos diez minutos y se fue. A los pocos segundos llegó mi compañera de casa, que no había ido a laburar.
Les dejo Leali de Rasha. Por favor disfruten de las olas del Mediterráneo (con algo de indio, ¿no?).
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1 comment:
Disculpas. No pude encontrar la letra.
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