¿cap 17?
Disculpen el desorden. Final de filmación de la publicidad de chocolates.
Termina la filmación y, mientras todos aplauden, camino hacia el patio donde está estacionado el camión de vestuarios. Sin llamar, abro la puerta y subo. Todo está oscuro salvo por el rectángulo de luz amarilla que apunta hacia la vestuarista. Desnuda, sentada en uno de los sillones, me mira mientras no deja de masturbarse. Todavía con el picaporte en la mano, me disculpo, quiero retroceder dos pasos y cerrar la puerta pero me quedo inmóvil. Disfruta del orgasmo en silencio y por unos segundos esconde tras sus párpados aquellos ojos marrones. Mi respiración suena más fuerte que nunca. ¿Qué necesitás?, dice al fin. Vengo a devolver la ropa, me apuro a decir. Dejala ahí, señala con la misma mano que hace unos segundos acariciaba su clítoris. ¿Tomamos un café?, me oigo decir. Estúpido. Sos tan estúpido. ¿Cómo es posible que alguna vez un tipo se haya levantado una mina? Somos tan pelotudos que parece algo imposible. Debe ser por lástima. Ella sonríe. Ella. Sonríe. No, dice. Claro, digo y dejo la ropa en el piso. Cuando retrocedo los tres pasos siento la torpeza de mis piernas, como si estuvieran a destiempo de alguna danza. Me alejo del camión, tengo que esforzarme para no mirar hacia atrás.
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