Tuesday, June 27, 2006

Acabo de ver una película maravillosa: Chugoku no Chojin (The bird people from china / Las personas pájaro de China) de Takeshi Miike. Me voló la cabeza. Me dejó pensando, viajando, viviendo por mundos y alturas increíbles. Cómo me gustan los relatos japoneses. Los ejes de las historias siempre pasan por un lugar profundo y sincero. Algo que no se entiende con la razón sino con las sensaciones, algo que no depende de la fórmula protagonista-antagonista-conflicto que tanto se enseña por estos pagos. La sensación llega tan profundo que dan ganas de llorar, no porque se esté viendo una escena triste o una feliz sino porque hay algo en nuestro cuerpo que vibra como un armónico de lo que se está contando.

Les cuento sólo una cosa de la película: en un pueblo perdido en las montañas hay una escuela que le enseña a los chicos a volar.