En los Himalaya, existió un pequeño pueblo donde los hombres eran respetados como divinades. Desde que nacían hasta el vigésimotercer verano, las mujeres se esforzaban por complacerlos y ellos no hacían otra cosa que disfrutar de la vida. Después, los hombres se convertían en comida para el invierno.
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1 comment:
me parece muy justo.
aunque con vos nos moriríamos de hambre-
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