Thursday, June 08, 2006
QUÉ EMBOLE
Hoy fui a la presentación de una antología: Una terraza propia. Un libro de cuentos de 23 escritoras. No me gustan las presentaciones de los libros, me parecen al pedo y aburridas. Incluso las presentaciones de libros que me involucran. Ésta no fue una excepción. En este caso fui porque conozco a algunas de las escritoras y una en particualr es una amiga querida que no veía hacía tiempo. Claro que ni tuve oportunidad de tener una conversación verdadera. Sólo un abrazo, intercambio de algunas palabras y ya. No conozco a ningún escritor o persona que escriba que vea alguna utilidad en las presentaciones de los libros. Todos (público y protagonistas) nos aburrimos, no sabemos por qué estamos ahí y queremos que llegue pronto la hora de los sánguches y las copas de vino. Bueno, en realidad, en la presentación de Gaijin en la Feria del Libro me divertí bastante. Tal vez, todos se divierten la primera vez. No sé. Hasta esto que escribí es aburrido.
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3 comments:
Si tiene vino y morfi gratarola no puede ser tan aburrido. También, para no aburrirse, vale la opción de tratar de prestar atención a lo que se está diciendo (aunque no podemos garantizar interés).
sos un desastre, mata.
si las presentaciones de libros son aburridas es porque los que publican libros no tienen nada más para decir que su libro, y eso un poco triste.
por otra parte, si me hubieran invitado, hubiese dicho que la Woolf no abogaba por escritura femenina sino andrógina, así que déjense de pelotudeces en su nombre.
M P: uno presta atención hasta que se aburre.
P: las presentaciones de los libros son aburridas porque no tienen sentido. No se puede discutir demasiado porque pocos lo han leído y sería una descortesía adelantar algo de su contenido. Claro, que como vos bien siempre andás molestando, el título es discutible y también la tapa, contratapa y demases que tienen menos que ver con el contenido. Ayer obvio que se habló de la literatura femenina, si existía como género, bla bla bla. No se dijo nada nuevo. Si en realidad hay algo nuevo, se va a ver en los cuentos. Tendría que existir un evento como seis meses más tarde de la salida del libro, eso sería constructivo. Pero como estas cosas están hechas por las editoriales y no por la gente a quien en realidad le interesa la literatura, terminan siendo un embole. Por cierto, la tapa es horrible: el dibujo de una terraza con ropa colgada. ¿A quién se le ocurre hacer una tapa así en un libro escrito por todas mujeres? Hay que ser bastante boludo. Cuando se quiso discutir eso, los editores se escaparon con no me acuerdo qué comentario boludo.
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