Wednesday, September 20, 2006
El otro día vino mi ex a casa (sí, otra vez). Estaba más hermosa que nunca. Cociné milanesas de pollo y papas al horno con crema y verdeo, y una ensalada. Comimos, quedamos tirados en las silla, felices. Con ella me sucede algo que no me sucede con nadie más. Nunca me siento solo. Cuando me siento realmente solo y veo a mis amigos, no siempre la soledad se disipa. Pero con ella es una garantía. Mi hermana punk dice que eso es obvvvvvvio. Que le pasa a todo el mundo, con las parejas o ex parejas de años. No sé. No me importa. Le dije esto a mi ex y me dijo que le pasa lo mismo. Sí, somos unos boludos.
Habíamos subido a la terraza a sacar unas fotos y las miramos en la compu. Ves, dije, de todos los tipos que conocés, yo soy quien te ve más linda. Es cierto, dijo.
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7 comments:
ay, Mata, Mata...
Vicky.
V: lo sé lo sé.
D: también sé eso, pero a veces eso no es suficiente.
Es increible lo que lográs conseguir con una cámara, es como ver con tus ojos, es ver las cosas con la misma luz, con el mismo aura con el cual vos recubrìs las cosas.
Es verdad que a veces con querer a alguien no alcanza. Pero querer a alguien, tener una relaciòn copada y quedarse suspirando a la distancia tampoco alcanza. A veces en la acciòn misma está el secreto, aunque el resultado sea un fracaso rotundo. El probar, el HACER ALGO de una buena puta vez ya de por sí puede ser la liberación.
Mata, vos no necesitás consejos. Lo que te hace falta es una buena patada en el culo.
Dada con mucho amor, claro.
¡qué lindo!, puro y tan sencillo...
lo que le hace falta es la violencia de una zapatista con pasamontañas
que encierre a la ex pareja en un cuarto y no los deje salir hasta o que mueran
o consuman el acto.
ok.
ya te lo dije a vos, se lo dije a ella, la próxima vez qeu los vea algo así les va a suceder asi que se juntan en otro lado o sufren las consecuencias.
amor amor
tupa.
mj
Saeta
Hallo tu nombre al evocar tu presencia,
cada instante en que cautivante apareces,
tu alma habita en tus palabras
y en tu voz de aurora boreal,
y sólo una línea tenue
nos separa como puntos suspensivos.
Imposible no admirarte entonces:
tus ojos como los ojos de la gaviota,
tus labios colmados de corales,
y tus pechos peñascos sobre el azul
mar de tu cuerpo.
Cada aparición tuya se me hace leve pero inabarcable.
Cada aparición tuya me atraviesa como una saeta helada.
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