Friday, August 18, 2006
Día de sol maravilloso. Por suerte, todos bebimos tanto ayer que nadie recuerda lo que sucedió, ¿no es cierto? Bien, perfecto, estamos de acuerdo. Anoche, cuando intentaba dormir, me despertaba mi propia borrachera y mareo. Algo bien feíto. En una de esas vueltas, vi salir una mano de la pared. Se extendió con la palma hacia arriba, junto a mi cara. La piel parecía vieja o, mejor dicho, muerta. Como si algo o alguien se hubiera hecho un guante de la mano de una persona. Y ese guante, a medida que la piel se secaba, se iba apergaminando. Algo así. Debería haberme asustado, pero no. En ese momento me pareció lo más natural que existieran guantes de piel, de mano. Después la mano volvió a la pared. Tengo que dejar de beber, al menos un poco.
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