Hoy vi algo hermoso. Bajé del bondi para caminar las dos cuadras que me llevan a donde entreno kung fu. Al comienzo de la segunda cuadra, en la esquina, la luz del sol formaba un triángulo de varios metros. Frente a mí, se acercaba un tipo de unos sesenta años, ciego, con un bastón blanco que pendulaba frente a cada uno de sus pasos. Cuando al fin llega a la esquina, se detiene. Sostiene su bastón contra el pecho, lejos del piso, inclina la cabeza hacia atrás, sonríe y se queda así: el sol de lleno en su cara, en sus ojos cerrados. Lo miré un rato, era demasiado hermoso.
PD:No le saqué foto. No sé por qué. Sí sé por qué, porque no tenía ganas.
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1 comment:
matanga, me encantanga haber escuchado el comentario desde tus labios, y no leerlo primero!
asíque esto de vernos entresemana, hagamoslo más seguido (aunque ya no esté en el ccr)
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