Wednesday, April 18, 2007
Ayer vi el final de una película que debo haber visto por partes unas cinco veces: Duro de matar. Es realmente una bosta yanqui entretenida. Hacía varios años que no le veía y no recordaba al personaje secundario: un cana negro y gordito. Bueno, este cana tenía como gran traba de su vida no poder disparar porque le había disparado a un pendejo desarmado en un callejón oscuro. A través de una terrible lucha interna, estehéroe nos enseña que todos cometemos errores (todos cagamos matando a gente en los callejones) pero que hay que superarlos. Y por eso, al final de la película, él comprende que tiene que seguir disparando porque ésa es su vida. Ahí es cuando desenfunda y salva al roñoso de bru güilis. Hermoso, ¿no?
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