Atardece en baires. En realidad, ya debe haber atardecido porque con tantos edificios el horizonte se pone prepotente. Decía, ya queda poca luz en buenos aires. Es una luz gris de niebla. Frente a mí, flores varias, mermelada de frutilla, un plato con galletitas, mate lavado y termo casi vacío. También un reloj despertador rodeado por un anillo de cinta adhesiva, el tic tac suena molesto pero no logro estirar mi brazo para apartarlo. Bien, vuelvo a lo que quería contarles. La luz, siempre maravillosa en mi comedor, hoy llega en blanco y negro. Tal vez por eso dije gris. Los colores se ven como un recuerdo o una intención. Se sabe que la mermelada es ¿carmesí?, las flores amarillas lilas y rosas, el mate marrón, el despertador rojo. Pero, como siempre, es uno quien imprime los colores sobre la realidad. Tal vez, la única verdad que nos regalaron nuestros padres haya sido un libro para colorear.
PD: hoy me di cuenta de que está bueno ponerle un poco de mermelada de frutilla al mate.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
bueno, vengo a hacer acto de presencia. llegué aquí por el blog de mirta, y desde que lo conocí, entro muy seguido.
me gustan mucho las fotos, y las cosas que escribís.
déjote mis saludos.
gracias
Post a Comment